De Jesús conocemos muy poco de su vida personal y que amigos tuvo durante su infancia. Salvo el episodio ocurrido a los 12 años, cuando se pierde en Jerusalén y aparece en el templo, no hay otros detalles. En este artículo te mostraremos de primera mano todo lo relacionado con vida oculta de Jesús, infancia, los misterios, resumen y mucho más, no deje de leerlo, te será útil
Indice De Contenido
- 1 La infancia y vida oculta de Jesús de Nazaret
- 2 Vida oculta de Jesús en Nazaret
- 3 La vida oculta de Jesús, vista desde el Evangelio de Mateo
- 4 Vida oculta de Jesús, desde la óptica de Lucas
- 5 Vida pública de Jesús
- 6 La vida oculta de Jesús, se hace pública
- 7 La vida oculta de Jesús, es pública a través de la resurrección
La infancia y vida oculta de Jesús de Nazaret
Muy poco es divulgada esa etapa de Jesús, ¿qué deseaba ser cuando grande?, ¿le gustaba jugar con otros niños de su edad?. Como es sabido por todos, Jesús tuvo una madre y padre aquí en la tierra, por esa razón nos vamos a concentrar inicialmente, en como transcurrieron los hechos antes de su nacimiento. Haremos un periplo, a través, de los misterios que se relatan en el evangelio sobre la vida oculta de Jesús, mucho antes de su nacimiento.
La Anunciación del ángel a María
De la futura madre que llevaría en su vientre nada más, y nada menos que a Jesús no se conocía nada, excepto que vivía en Nazaret. Era una completa extraña, podía pasar desapercibida ante los ojos de los hombres, pero ya Dios había cifrado sus esperanzas en ella para que formara parte de esta gran historia de la humanidad.
Biografía de María
Los padres de María eran oriundos de la tribu de Judá, la cual era una de las doce tribus de Israel, que descendieron del patriarca Judá, quien fue el cuarto hijo de Jacob. Los nombres de sus padres eran Joaquín y Ana. María, desde muy pequeña frecuenta el Templo, donde aprende distintas tradiciones, además de la Sagrada Escritura, con tal empeño y dedicación que no era muy usual que fuese de esta manera en las mujeres de israelitas.
Siendo adolescente, María siente el llamado de Dios, pidiéndole con mucha claridad a que permaneciera virgen por amor a Él y su propósito. Es a través de, su permanente conexión con Dios en oración, que puede permanecer distante del matrimonio y el embarazo. No fue algo fortuito que ella viviera de esa manera, Dios quería que así exactamente fuera su modo de vivir, la preparó para que su amor fuera a corazón completo y de entrega total, para su obra.
Lo que Dios tenía planeado
Al momento de cumplir sus trece años, y de acuerdo a las costumbres, sus padres, estipulan las dotes, para que María pudiera contraer nupcias con el mejor pretendiente posible. De todos los casamenteros de la tribu, el único que reunía las condiciones de la familia para casarse con María, es un joven de nombre José. Un muchacho trabajador, sencillo, honrado y respetuoso de la palabra de Dios.
Los planes de Dios siguen su curso, y ahora será el momento en que José entre a formar parte de su obra, para que sea el responsable de cuidar a María. A través, de la unión matrimonial, que será contada por siempre en la vida oculta de Jesús.
El anuncio del ángel
Ya acordado lo de la boda entre María y José, habiendo pasado muy poco tiempo, ocurre un evento que marca la cúspide de toda la historia. Estando María sumida en la oración, es visitada de manera intempestiva, por el Ángel Gabriel y le dijo: “Regocíjate, llena de gracia, que el Señor es contigo, ella se impactó al escuchar esas palabras, y quedó pensativa de que significaría esta expresión”.
Lucas
En el libro de Lucas se puede apreciar con mayor precisión, tal evento:
Transcurría el sexto mes, y el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a visitar a una virgen que se iba a casar con un hombre llamado José, descendiente de David. El nombre de esa virgen era María. Al entrar a donde ella estaba, le dijo:
¡Te saludo, eres muy afortunada! El Señor está contigo.
María se impactó con esas palabras y se cuestionaba por saber qué clase de revelación sería ésta. Entonces el ángel le dijo:
¡No tengas miedo, María! Porque has encontrado gracia ante Dios. Te hago saber que concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, al cual llamarás Jesús. Se hará grande, y lo llamaran el Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de su padre David. También reinará sobre los descendientes de Jacob para siempre, y de su reino no tendrá fin.
Entonces María dijo al ángel:
¿Pero cómo puede ser esto posible? Es que yo no conozco varón.
A lo que le respondió el Ángel: el Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra, por lo cual también el Santo Ser que parirás lo llamaran el Hijo de Dios. También te digo, que tu parienta Elisabet ha concebido un hijo en su adultez, y este es el sexto mes de embarazo, aun siendo ella estéril. Ya que ninguna cosa es imposible para Dios.
Entonces María dijo:
Soy yo, una sierva del Señor; cúmplase conmigo de acuerdo a tu palabra.
Y entonces, el Ángel se desapareció.
Lucas 1:26-38
La Visita de María
En el episodio en donde el Ángel le hace el anuncio a María de que su pariente Isabel está esperando a un hijo y tiene seis meses de embarazo, siendo bastante mayor de edad, es una demostración de la grandeza de Dios. Para María no es un secreto que Isabel no podía concebir hijos.
Es tanta la alegría que siente María en su corazón, y llena de bondad y caridad, decide emprender viaje para visitarla y compartir con ella esa tremenda dicha. Es relevante para los propósitos de Dios, que estas dos mujeres se mantengan en comunión, para que se desarrollen los acontecimientos venideros.
Movida por el Espíritu Santo, es la razón por la cual María emprende viaje, para visitar a su pariente Isabel. Desea mostrarle su gran alegría, ayudarla el día de su parto, darle muestras de apoyo, de caridad y amor.
El saludo de Isabel
Y entonces emprende el camino hacia las montañas de Judea, su transitar por esos caminos, es el como si caminara el mismo Dios de la mano de ella, entre los hombres, acompañado de una madre bendita.
El trayecto hasta Judea es largo, y al llegar al pueblo, entró en la casa de Zacarías, dándole un efusivo saludo a Isabel. Cuando María le habló a Isabel, el niño que llevaba en su vientre saltó de gozo, quedando bañada del Espíritu Santo, y este exclamó en voz alta, diciendo:
“Bendita tú entre todas las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí?
Porque tan pronto como llegó la voz de tu saludo a mis oídos, mi bebe ha saltado de alegría en mi vientre.
Y bienaventurada la que creyó, porque todo se hará, como lo que le fue dicho de parte del Señor”.
Lucas 1:42-45
Todo el encuentro transcurre en completa alegría. Contentura, por la llegada de María, una pariente tan querida. Euforia por saber y comprender, que contará con una valiosa ayuda al momento del alumbramiento y después de él, que no serán momentos muy fáciles. Pero, la mayor alegría, es saber que su gozo, nace en el Espíritu Santo y embriaga el corazón de Isabel. Isabel está muy contenta, porque su hijo también salta de gozo en su seno, ya que es la presencia de Dios mismo.
También hay mucha tranquilidad y contentura en María, porque se sabe amada de su familia y especialmente amada y satisfecha de Dios. Cuando María ve la gran satisfacción de Isabel, su alma se explaya y pone de manifiesto, sus más íntimos sentimientos.
María, una mujer de mucha humildad
Esta mujer elegida por Dios entre muchas otras, es sin duda una criatura que no alberga en su corazón ninguna malicia y tampoco desea protagonismo. Se mantiene ceñida al plan divino de Dios. Demostración de esa humildad, la encontramos en el siguiente pasaje.
Entonces María dijo:
“Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se alegrará en Dios mi Salvador. Porque ha visto la bajeza de su sierva; puesto que yo, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha bendecido grandemente el altísimo; Santo es su nombre, y su misericordia es conocida de generación en generación, a los que le temen.
Hizo grandezas con su brazo; desparramó a los petulantes en el pensamiento de sus corazones. Apartó de los tronos a los poderosos, y glorificó a los humildes. A los hambrientos llenó de bienes, y a los ricos envió vacíos.
Ayudó a Israel su siervo, acordándose de la misericordia de la cual habló a nuestros padres, para con Abraham y su descendencia para siempre”.
Lucas 1:46-55
Las palabras manan de sus labios como agua, de un pozo de abundante reserva. Se ha pasado interminables horas, dedicadas a la meditación, y ha podido entender todo, con la ayuda divina del Espíritu Santo. Observa meditabunda lo pequeño que es su ser, pero, además, denota que todo lo que Dios ha obrado en ella, son tan grandes como el universo mismo. Es capaz de ver la salvación de los hombres, la caída del pecado aplastado por la gracia de Dios.
Vida oculta de Jesús: José es puesto a prueba
En los relatos de la vida oculta de Jesús, se cuenta que José al despertarse después de haber sido visitado por el ángel, cumplió con lo que el Señor le había ordenado, y recibió a su esposa María.
El dilema de José
María, además de cumplir con la santa voluntad de Dios, a la cual se entrega en cuerpo y alma. De igual manera, es expuesta a innumerables pruebas como las que tuvo que soportar, como el episodio de dudas, por el cual pasó José en un momento determinado.
Todo transcurre con total normalidad, hasta que María regresa de visitar a su prima Isabel. Las señales de su embarazo son bastantes marcadas, y José se percata de tal hecho.
En el libro de Mateo capítulo 1, versículos del 18 al 21, se relata cómo fue el nacimiento de Jesús:
“Estando unida en matrimonio María su madre con José, y mucho antes de haber consumado esa unión, se encontró que había concebido del Espíritu Santo.
José quien era un marido justo, y no quería desacreditarla públicamente, quiso dejarla secretamente”.
Revelación del ángel
Y mientras él pensaba en eso, en ese preciso momento, un ángel de Dios se le apareció en sueños y le dijo: José, quien eres hijo de David, no tengas temor de recibir a María tu mujer, porque lo que ella lleva en su vientre, fue engendrado por el Espíritu Santo.
Ella dará a luz un hijo, y por nombre lo llamarás Jesús, porque él vendrá a salvar a su pueblo de sus pecados”.
Mateo 1:18-21
La integridad moral de María, para José no cabe la duda. Más bien se trata de un tema de sentirse sorprendido, ante el hecho de que algo divino ha ocurrido en sus vidas y él aún desconoce que es. Está en conocimiento del intempestivo viaje de María para ver a Isabel, para él no es un secreto que Isabel siendo estéril quedó embarazada; es testigo del rostro de alegría María, y de cómo su vida transcurre en la oración.
Pero lo inquieta el no saberlo todo, que apenas conozca fragmento de toda esta gran obra. El intuye que algo grande y santo está sucediendo, pero siente que no es merecedor de formar parte de tan grande obra. Medita en la posibilidad de alejarse por completo de todo, en la idea que será repudiado por todos. Pero también sopesa el abandonar a María y a su hijo.
Misión y obediencia de José
Vistas las angustias que agobiaban a José por no conocer por completo los planes de Dios, se le dan luces de una forma tan sorprendente de todo lo que era la obra de Dios. Se le hace saber que la palabra se hizo carne, que su esposa María forma parte de esta hermosa planificación y que será la madre del hijo de Dios, de quien será el Salvador del mundo y del pueblo de Israel.
Le hacen entender las razones del porque Isabel dará a luz un hijo siendo tan anciana, y que ese hijo tendrá un lugar en la historia, como el antecesor del Mesías Salvador. Y que él, José se convertirá ante los ojos de los hombres, y en su corazón, como el padre de ese Hijo, que sólo es Hijo de Dios. Le es encomendado para que sea quien guarde la honra de María y de su hijo Jesús.
Dios le asigna la tarea de convertirse en el hombre que conviva con la esposa del Espíritu Santo, que también es esposa de él, y con el Hijo Unigénito de Dios. Este pasaje también forma parte de la historia poco contada de la vida oculta de Jesús.
El nacimiento de Jesús
En los relatos de la vida oculta de Jesús, hay que resaltar los hechos que se producen cuando nace el niño, y es quien vendrá a abrir los caminos divinos de la tierra
El empadronamiento
Transcurrieron seis meses después de haber sido revelada la verdad a José, los cuales fueron de gran alegría, para María y José. Los anuncios de los eran que el Mesías tenía que nacer en Belén, la ciudad de David; pero María y José como ya era sus costumbres, deciden dejarlo en las manos de Dios, que en definitiva es el que los guía como el Padre que es.
El emperador César Augusto, firmó un decreto en el que todos debían censarse. Y para cuando llega la noticia del empadronamiento en la ciudad de Belén, ya está a punto de nacer el niño Jesús, y estos se dirigen a la ciudad de David. Con lo cual se da inicio al cumplimiento de las Escrituras.
“Sucedió que, en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo tenía que empadronarse.
Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser censados, cada uno a su respectiva localidad. Y José se dirigió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba embarazada.
Y sucedió que estando ellos allí, se llegó el día del parto. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en sabanas, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en las posadas”.
Lucas 2:1-7
El nacimiento
El que María y José pudieran llegar a Belén, mucho antes del nacimiento de Jesús no fue una tarea fácil. En el poblado no pudieron encontrar posada, para que pudiera dar a luz, y esto los inquietó muchísimo. Pero, aun así, se sintieron confiados, ya que estaban acostumbrados a ser guiados por la mano de Dios, y así cumplir con sus planes.
En su incansable búsqueda, José logra encontrar una gruta que se reserva para los animales. No teniendo más opciones, deciden entrar y acondicionarla para pasar la noche. Es en este lugar, y en aquella noche bendita, en que llega a este mundo, el que se convertirá años más tarde, en la Luz de todos los hombres.
María está alborozada por el nacimiento de su hijo, el Hijo de Dios. Fue un nacimiento sin desmedro en su físico, con el más grande gozo. Toma en sus brazos a aquel pequeño niño, indefenso como cualquiera de los otros niños recién nacidos, que no dice palabra alguna, pero que es la palabra en si misma que viene al rescate de este mundo.
Los espectadores
Para Dios era muy importante que hubiera testigos de este especial acontecimiento, en la historia de la vida oculta de Jesús. Y quien mejor que unos pastores, para que presencien este hecho con sus corazones limpios y puros.
Muy cerca del lugar del gran acontecimiento, había unos pastores los cuales dormían a la intemperie, mientras se turnaban para vigilar el rebaño durante la noche. Inesperadamente, un ángel del Señor se les reveló, y fueron impregnados por la gloria del Señor, llenándose de mucho miedo.
Las palabras de este ángel fueron: No teman, ya que he venido a anunciarles una grata y alegre noticia, que también lo será para todos en el pueblo, y es que hoy ha nacido, en el pueblo de David, nuestro Salvador y Señor; y esto les servirá de señal “Ustedes encontraran a un niño que está envuelto en pañales y se encuentra durmiendo en un pesebre. De la nada se les apareció, al lado del ángel un tropel la hueste celestial, alabando a Dios diciendo:
“Gloria a Dios en las alturas, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”
Lucas 2:14
Viaje de los pastores
Luego de este evento, y habiéndose ido los ángeles hacia el cielo, los pastores se dijeron unos a otros, que debían ir a hasta Belén, y ver con sus propios ojos, este hecho que acaba de ocurrir, en el que el señor se les había manifestado. Y partieron apresuradamente, y se encontraron a María, a José y al niño reposando en su pesebre.
Al llegar y verlo, pudieron percatarse de todo lo que les había anunciado el ángel, respecto a este niño. Los pastaron relataron lo que les dijo el ángel, y todos los que atentos escucharon, quedaron maravillados de todo lo que los pastores les dijeron. Todos los relatos, María los fue atesorando en lo más profundo de su corazón.
“Y los humildes pastores volvieron a casa, y mientras lo hacían, iban glorificando y alabando a Dios, por cada una de las cosas habían oído y visto, tal como se les había dicho”.
Lucas 2:20
Otros visitantes
Además de los pastores, de la noticia del nacimiento del niño de Belén, se enteran otros personajes, como se aprecia en los relatos de la vida oculta de Jesús. Entre esos están los Magos de Oriente, que llegaron preguntando ¿Dónde está el rey de todos los judíos, que ha nacido? Ya que hemos visto su estrella alumbrar en el Oriente, y decidimos emprender viaje para venir a adorarlo.
Cuando llegó esta noticia a oídos de Herodes, éste se perturbó mucho. Para saber con más profundidad del hecho, hizo reunir a todos los principales sacerdotes y a los escribas de la ciudad, para interrogarlos y conocer el lugar exacto, donde había nacido el Mesías. Logró saber que era en Belén de Judá, y que de esa manera estaba escrito por los Profetas.
“Más tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre los millares de Judá, de ti me saldrá el que será gobernante en Israel; y sus orígenes son desde tiempos antiguos, desde los días de la eternidad”.
Miqueas 5:2
Se esparce la noticia
El acontecimiento del nacimiento de Jesús, también llega a oídos de los intelectuales, y por intermediación de ellos, a toda Jerusalén. También son informados los doctores de la Ley, y estos dan lujo de detalles a Herodes, pero nunca se dirigen a Belén, ya que este acontecimiento muy poco les importa, o no le dan mucho crédito.
Herodes fragua en lo interno de su corazón, muchas conspiraciones para deshacerse del niño Jesús. Todo transcurre con mucha calma, y las muestras de cariño son muy grandes para María y José; y los ángeles rebozan de alegría por ello. Pero la maldad ya muestras sus garras, porque aún es muy fuerte y sus raíces se han esparcido, más allá de su tronco.
Los obsequios a Jesús
Herodes, hizo llamar secretamente a los Magos, para que ellos les informaran el momento preciso en que fue vista la estrella de Belén en el Oriente. Una vez que obtuvo lo que quería, les encomendó ir a visitarlos en Belén, con la siguiente misión:
Vayan y conozcan todos los detalles referentes al niño; y cuando lo encuentren, deben avisarme para poder ir yo también a adorarle. Los Magos, después de oír al rey, se dispusieron a emprender viaje hacia Belén. Y la estrella que habían visto en el Oriente, siempre se mantuvo delante de ellos, hasta detenerse exactamente sobre el lugar donde había nacido el niño.
Cuando vieron la estrella se colmaron de una gran alegría. A lo que entraron a la casa, y vieron al niño con María, su madre; se arrodillaron a adorarlo y luego abrieron sus cofres, para ofrecerle los presentes, que consistían en oro, incienso y mirra. Ya dispuestos a recuperar fuerzas por el cansancio del viaje, durante su sueño fueron avisados de que no debían volver con Herodes, y que retornara a su país utilizando una ruta distinta.
“Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino”.
Mateo 2:12
Significado de los obsequios
El los relatos de la vida oculta de Jesús ¿Qué se sabe del significado de los obsequios? El significado de los presentes de los Magos a Jesús: el oro como el de un rey, el incienso como el de los sacerdotes y la mirra cuyo significado es la inmortalidad. Los reyes Magos conocen perfectamente de aquel que ellos buscan.
Esta es la razón, por la que emprenden tan lago viaje, y atraviesan senderos tan complicados. Para ello el cansancio no es un impedimento, porque irán a conocer al rey de los judíos, el que vino a librar al mundo de todos sus pecados.
La estrella simboliza la luz que anda en la noche. Cuando ella se oculta, se recurre a los que guardan la palabra de Dios. Y sus corazones se encuentran henchidos, por la inmensa alegría de haber reencontrado la estrella, y poder ver al hijo de Dios en brazos de su Madre, para poder adorarlo y así regresar felices a su país, colmadas sus almas de esa luz que el irradia.
La purificación en el Templo
La vida oculta de Jesús, ya cumplidos los días de su purificación como está escrito y según la Ley de Moisés, es llevado a Jerusalén para presentarlo al Señor.
María y José, van al Templo para la purificación, ritual donde debe estar presente la madre. El Espíritu Santo se manifiesta a través de un anciano, y habla para dar la clave de cómo entender a Jesús cuando se manifieste en su vida pública
“Y cuando se cumplieron los días de la purificación según la Ley de Moisés, lo llevaron a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley del Señor. Que todo varón primogénito será entregado al Señor; y para como ofrenda ha de presentarse, un par de tórtolas o igual número de pichones, según lo estipulado en la Ley del Señor”.
Lucas 2:22-24
Simeón
En Jerusalén vivía un hombre que llevaba por nombre Simeón. Era un hombre, justo y temeroso de Dios, que esperaba la consolación de Israel. Con él se encontraba el Espíritu Santo estaba, del cual había recibido la revelación de que no moriría sin antes haber visto al hijo del Señor. Fue así, como se acercó al Templo movido por el Espíritu. Y cuando José y María entraron con el niño Jesús en sus brazos, para cumplir con lo que decían las leyes sobre él. Simeón, lo tomó entre sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras:
“Ahora Señor, permite que tu siervo se vaya en paz, según tu palabra: porque ya mis ojos han visto tu salvación, la que has preparado ante la presencia de todos los pueblos: luz que ilumine a los gentiles y gloria a tu pueblo Israel”.
Lucas 2:29-32
María y José estaban sorprendidos, por las palabras que acaban de escuchar de Simeón. Este los bendijo, y le dijo a María, que él había venido al mundo para acabar con el pecado y hacer resucitar al pueblo de Israel.
“Y vivía una profetisa que llevaba por nombre Ana, esta era hija de Fanuel, que pertenecía a la tribu de Aser. Ella era de una edad bastante avanzada, había vivido con su marido siete años casada, y después de enviudar, vivió hasta los ochenta y cuatro años. Siempre se mantuvo cerca del Templo, haciendo ayunos y orando día y noche. Y cuando pudo ver ese momento en la vida oculta de Jesús, no paraba de alabar a Dios, y hablaba de él a todos los que deseaban la salvación de Jerusalén”
Lucas 2: 36-38
Vida oculta de Jesús en Nazaret
El tiempo que transcurre durante la permanencia de Jesús en Nazaret, desde su nacimiento hasta aproximadamente los treinta años de edad, es lo que se conoce como vida oculta de Jesús.
Los evangelistas comenzaron a relatar la vida de Jesús, pero lo hicieron desde el final, es decir, dan inicio a sus relatos, a partir de la resurrección. Prosiguieron su escritura, narrando todo lo que habían podido ver haciendo a Jesús y las palabras que él les había dicho.
Cuando se llega el momento de registra de manera escrita, como había transcurrido la niñez de Jesús, se percatan que en realidad conocían muy poco respecto a ella. Es entonces que se ven en la necesidad de recurrir a María, y preguntarle a ella para que le aporte los datos y así continuar con el registro de la vida oculta de Jesús, además tuvieron que entrevistar a muchas de las personas que estuvieron a su lado, y lo habían visto crecer.
Acopio de información
Con este cumulo de información recabada, es como pudieron dejar por escrito la vida de Jesús, a partir de su nacimiento hasta los treinta años de edad, que es cuando Jesús sale del seno familiar para ser bautizado por Juan Bautista en el Jordán.
Los evangelistas, a medida que iban escribiendo la vida oculta de Jesús, se van percatando de que Jesús, a pesar de haber sido un hombre igual que ellos, era alguien muy especial. Esta es la razón, por la que, en los evangelios, aparecen resaltadas esas características que lo hacían sobresalir del resto de los hombres.
Es así, que encontramos situaciones en el nacimiento de Jesús, que jamás encontraremos en el nacimiento de otro niño. Por ejemplo, la estrella sobre el portal en Belén, los reyes Magos que recorrieron un largo trayecto para adorarlo, todos los ángeles que fueron enviados por Dios, para anunciar la preñez de María, les avisan a los pastores que ya ha nacido el Mesías, y así como estas, muchas más que no es típico que ocurra en el alumbramiento de una mujer.
Jesús y la familia
A esta altura de la historia, para nadie es un secreto de que Jesús nació en Belén, el cual es un pueblo de Judea, en Israel. El nombre completo es Jesús de Nazaret, y esto se debe a que, en los tiempos antiguos, no se empleaban los apellidos, en su lugar, las personas utilizaban como apellido, el nombre del poblado donde nacieran, es por tal razón que Jesús adopta al de Nazaret.
Sus padres, tenían por nombre el de María, su madre; y José el de su padre. Su padre tenía como oficio, el de carpintero y María se encargaba de las tareas de casa. El oficio de ama de casa, en aquellos tiempos era una tarea muy ruda, ya que había labores que requerían de un gran esfuerzo y desgaste físico.
El estrato social donde se ubica la familia de Jesús, es el de clase media baja, y esto es gracias al oficio de carpintero de José y que tenía su propia carpintería. Y Jesús pertenece al pueblo judío, y es considerado como un heredero de Abraham, Jacob y David.
La vida oculta de Jesús, vista desde el Evangelio de Mateo
En Nazaret transcurrirá lo que se conoce como la vida oculta del Señor. Todos los habitantes, desconocen de todos los sucesos ocurridos.
La genealogía de Jesús
Mateo empieza la escritura de su evangelio, caracterizando a cada uno de los miembros que componen el árbol genealógico de Jesús. Y con ello quiere dejar en claro, que Jesús pertenece al pueblo de Israel y que es el Mesías que tanto han esperado. A continuación, te mencionamos el árbol completo de donde se desprende la vida de Jesús, hijo de David e hijo de Abraham.
- Abraham engendró a Isaac, Isaac a Jacob, y Jacob a Judá y a todos sus hermanos.
- Judá procreó de Tamar, a Fares y a Zara; Fares a Esrom, y Esrom a Aram.
- Aram dio vida a Aminadab, Aminadab a Naasón, y este último a Salmón.
- Salmón concibió con Rahab a Booz, Booz engendró de Rut a Obed, y Obed a Isaí.
- Isaí procreó al rey David, y el rey David le dio vida a Salomón, de la que fue mujer de Urías.
- Salomón concibió a Roboam, Roboam a Abías, y Abías a Asa.
- Asa engendró a Josafat, Josafat a Joram, y Joram a Uzías.
- Uzías procreó a Jotam, Jotam a Acaz, y Acaz a Ezequías.
- Ezequías dio vida a Manasés, Manasés a Amón, y Amón a Josías.
- Josías procreó a Jeconías y a todos sus hermanos, en el tiempo del destierro a Babilonia.
- Después del destierro a Babilonia, Jeconías procreó a Salatiel, y Salatiel a Zorobabel.
- Zorobabel engendró a Abiud, Abiud a Eliaquim, y Eliaquim a Azor.
- Azor le dio vida a Sadoc, Sadoc a Aquim, y Aquim a Eliud.
- Eliud engendró a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob.
- Jacob le dio vida a José, quien se convirtió en marido de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo.
Y así de esta manera, es que todas las generaciones desde Abraham hasta David fueron catorce; desde David hasta el destierro a Babilonia, también fueron catorce generaciones, e igual número de generaciones, desde el destierro a Babilonia hasta Cristo.
Nacimiento del Mesías
Es Mateo quien afirma que María quedaría encinta, aún sin haber consumado su matrimonio con José. Con esta afirmación le da un reconocimiento al hecho, de que dicho embarazo, es obra y a la acción del Espíritu Santo.
El acto de que sea José, el que decide el nombre del niño que pronto verá la luz, es un indicio de que actúa como padre abnegado y que acepta, por completo la misión que ha sido colocada bajo su responsabilidad, para su fiel cumplimiento.
Los que vienen del Oriente
Los sabios de Oriente, llegaron de un país muy lejano. Para adorar al Mesías, muy a pesar de que su religión y cultura, no tenían semejanzas con la cultura judía, y dan crédito en que Jesús, era digno de conocer y ser adorado.
Es a través de este relato, que Mateo quiere expresar que Jesús, viene al mundo para salvar a todos los seres humanos, sin excluir a aquellos que no son los hijo y habitantes de Israel. Este acontecimiento se conoce con el nombre de Epifanía, la cual quiere decir, que es una manifestación de Dios ante los hombres.
Persecución de Herodes y la huida a Egipto
Muy distinto a lo ocurrido con los sabios de Oriente, Herodes, quien era el rey de los judíos, no se siente seguro con el nacimiento de Jesús, que acaba de nacer. Tal situación, propicia que José y María tengan que huir con su familia a Egipto y de las muertes de niños inocentes.
Un ángel se le aparece en sueño a José, para hacerle saber del peligro, que corren como familia.
José interrumpe el sueño de María para hacerle saber algo urgente: un ángel de Dios, se le acaba de revelar en un sueño y le ha dicho:
“Levántate, agarra al niño y a su madre, y huye de inmediato a Egipto, y permanece allí hasta que yo te diga, porque Herodes ordenó que buscaran a todos los niños para matarlo”
Mateo 2:13
De esta forma, es como José, María y Jesús emprenden la huida esa misma noche. Tal hecho, sucede justo a tiempo, porque a Herodes llegan noticias de que los astrólogos lo engañaron. Él les había solicitado, que después de visitar al Mesías, regresaran a darle noticias, acerca del niño, pero, en cambio, se fueron por otros caminos, rumbo a su país.
Con lo que Herodes entra en una ira incontenible, y con la firme determinación de acabar con el niño Jesús, instruye a su ejército a que asesinen a todos los niños de sexo masculino, cuyas edades estuvieran comprendida entre los dos años o menos, que vivieran en Belén y zonas adyacentes.
Estadía en Egipto
José y su familia, permanecen en Egipto por un largo periodo, tras la muerte de Herodes. Transcurrido algún tiempo, un ángel vuelve a revelarse en sueño a José y le dice:
“Ahora es tiempo de que te levantes y tomes al niño, junto a su madre, y vuelve a la tierra de Israel, ya que han muerto los que pretendían quitarle la vida al niño”
Mateo 2:20
Al ser notificado de que ya no corrían ningún peligro, José emprende el viaje de retorno, junto a la familia a su país. Con esta acción se cumple otra de lo profetizado en la Biblia, en la que se afirma que Dios llamaría de Egipto a su hijo.
“Cuando Israel era un muchacho, lo amé, y llamé a mi hijo para que saliera de Egipto”.
Oseas 11:1
En el deseo de establecerse de nuevo en un lugar cercano de su antigua residencia, José medita en la posibilidad, de regresar con su familia a Judea, es posible que muy cerca de Belén. Pero le llegan noticias, de que Arquelao, quien es hijo del maléfico Herodes, actualmente es el rey de Judea.
Desiste de esa idea, porque a través de otro sueño, Dios le hace saber que corren peligro de irse a vivir allí. Entonces junto a María, deciden enrumbarse más al norte para establecerse en la ciudad Galilea de Nazaret, muy alejados del centro del judaísmo. Allí crece Jesús y se cumple otra de lo que está profetizado.
“Y se quedó a vivir en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que se había dicho por medio de los profetas: “Será llamado Nazareno”
Mateo 2:23
Vida oculta de Jesús, desde la óptica de Lucas
Como las Santas Escrituras se tratan de una apreciación personalísima de los acontecimientos ocurridos, cada uno de los evangelistas plasmaron en el papel, como vivieron al lado de Jesús. Y Lucas no es la excepción de esta norma.
Es anunciado el nacimiento de Juan Bautista y Jesús
En el libro de Lucas, paralelamente se presentan acontecimientos que están referidos a Juan Bautista y a Jesús. De esta manera, está dejando muy en claro de la estrecha relación, existente entre Juan y Jesús. Es Juan Bautista, el último de los profetas del Antiguo Testamento, y su misión es la de hacer el anuncio de la llegada de un Mesías, de un Redentor. Por el contrario, Jesús, es el Mesías que tanto han esperado, el salvador. Es a través de Jesús, que se da inicio a la etapa de la salvación.
Lucas, en su relato de anunciación, otorga un papel protagónico a María, es ella quien habla de manera directa con el enviado de Dios, y acepta de buena manera, la misión que se le ha encomendado. De esta manera, el evangelista desea hacer saber, la importancia que tiene María en toda la historia de la salvación.
La visita de María a Isabel
La oportunidad de reencontrarse María e Isabel, es también una oportunidad para el encuentro de sus dos hijos no nacidos aún. En donde Juan demuestra su afecto, dando patadas y saltos en el vientre de su madre Isabel. A partir de este hecho, Juan deja saber la superioridad de Jesús.
Isabel ensalza a María, con palabras casi idénticas, a las dichas por el ángel, cuando hace la anunciación. A lo que María, responde con un hermoso poema, a través del que da gracias a Dios, porque en ella se cumplen las promesas anunciadas en el Antiguo Testamento.
El nacimiento de Juan Bautista y Jesús
Lucas, cuando hace una descripción del nacimiento de Jesús, es muy insistente en el hecho de que este ocurrió en la ciudad de Belén. Y de esta manera, pretende dejar en claro, la estrecha relación que hay entre Jesús y David, que también nació en Belén.
Con el relato de los pastores, Lucas pretende señalar que Jesús se hace más cercano, a todos los seres humanos desposeídos, sencillos de corazón y con un alma buena.
Circuncisión y presentación
Son Simeón y Ana, dos dignos representantes del pueblo judío, y ellos reconocen a Jesús como su Salvador, no sólo para Israel, sino para todos los pueblos, cuando es presentado en el templo por maría y José.
Con los hechos de la circuncisión y su presentación en el templo, es un indicio de que Jesús acepta los preceptos de la ley judía. Es a través de esta narrativa, que Lucas deja entrever, la misión para la cual Jesús ha venido a este mundo, y no es otra que a cumplir la voluntad de su padre Dios.
Ni María ni José le habían dado instrucciones a través del Ángel para obviar las exigencias de la Ley judía, sobre los recién nacidos y las que han dado a luz. Por eso a los ocho días de ocurrido el nacimiento, cumplen con la ceremonia de la circuncisión y a los cuarenta días, con la de la purificación de la madre y la presentación del primogénito en el Templo:
“Cumplidos los ocho días, circuncidaron al niño y le pusieron el nombre de Jesús, nombre que había indicado el ángel antes de que su madre quedara embarazada.
De igual forma, cuando llegó el día en que, de acuerdo a la Ley de Moisés, debían cumplir el rito de la purificación, llevaron al Niño a Jerusalén para presentarlo al Señor”
Lucas 2:21-22
Vida pública de Jesús
El periodo comprendido desde los treinta años, hasta el momento de su muerte, se le conoce como Vida Pública de Jesús. Esto se debe a que es el momento en que Jesús, se hizo conocido y empezó a predicar las palabras de verdad, y escuchó la verdad del resto de los hombres.
Este periodo de vida pública de Jesús, aun estando imbuida dentro de los relatos de la vida oculta de Jesús, es de gran trascendencia histórica, ya que se conoce de su magnánima personalidad, y de todo lo que Dios tenía planeado para la humanidad a través de él.
La vida pública de Jesús transcurre en tres momentos. La razón de esta subdivisión, obedece a la necesidad de poder comprender con mayor facilidad, la historia de la vida oculta de Jesús. A continuación, se desarrollan los acontecimientos bíblicos.
El Bautismo
Jesús aparece públicamente en las inmediaciones del río Jordán, y lo hace junto a Juan el Bautista. Jesús, se apersonó allí como cualquier otro israelita, y no era para otra cosa, sino para ser bautizado. Ante tal hecho, Juan estaba muy sorprendido, y trató de persuadirlo. El grupo de creyentes que se encontraban en el lugar se preguntaban, ¿no es el Mesías que tanto esperamos? Por tal razón, no era necesario que se convirtiera.
A pesar de ello, Jesús fue muy insistente con esta acción, porque para Él, ser bautizado tenía un significado muy especial. El cual era, poder expresar de manera pública, cumplir con la tarea que el Dios Padre le había encomendado.
“Juan intentó persuadirlo. Le dijo: “Soy yo el que requiere ser bautizado por ti, ¿y acudes tú a mí?”.
“Jesús le contestó: Deja que sea así esta vez, ya que está bien que cumplamos de este modo con todo lo que es justo”. Entonces Juan dejó de impedírselo.
Mateo 3:14-15
Otros pasajes bíblicos
Es así que, cuando él entra en el mundo, dice: “‘No quisiste ni sacrificios ni ofrendas, pero me preparaste un cuerpo. No aprobaste ni ofrendas quemadas ni ofrendas por el pecado”. Entonces dije: ‘Mira, he venido, y en el libro está escrito acerca de mí, para que se haga tu voluntad, oh, Dios’”
Hebreos 10:5-7
Ni siquiera yo sabía de él, pero el que me encomendó que bautizara en agua me dijo: “Sabrás quién es el que bautiza en Espíritu Santo, cuando veas que el espíritu baja y se posa sobre él’.
Juan 1:33
Y en cuanto Jesús fue bautizado, salió del agua, y en ese preciso momento los cielos se abrieron y él, vio el Espíritu de Dios que descendió en la forma de una paloma y viniendo sobre Jesús”
Juan 3:16
Provocaciones en el desierto
Luego de que Jesús, es bautizado por Juan, se dispone a realizar un retiro por un prolongado periodo de tiempo, en el desierto. Dedicando gran parte de los días a hacer ayunos y entregarse en la oración. Estando en el cumplimiento de su retiro, es tentado en tres oportunidades.
Pero, la tentación de tener abundantes recursos materiales, tener mucho poder y la ambición de ser reconocido, no le restan posibilidad de cumplir con su misión.
Apoyándose en su fe, reconoce que cediendo o entregándose a estas tentaciones, sería echar a un lado su tarea, y dejar de cumplir la voluntad del Padre. Por esta razón las rechaza, y toma la determinación de elegir tres senderos, que lo guiaran a través de su largo recorrido. Estos caminos son el de la pobreza, se de servir al prójimo, y ser un hombre lleno de humildad. Y es así como la vida oculta de Jesús, no deja de ser un enigma, aun en nuestros tiempos.
Primera tentación
Entonces Jesús, guiado por el Espíritu, se dispuso a realizar su retiro, en el desierto donde fue tentado por el Diablo. Guardó un ayuno de cuarenta días, con sus cuarenta noches y al final de ese tiempo sintió hambre. A lo que se le acercó el Diablo y le dijo: ” Si realmente eres el Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan”. Y Él contestó: “Está escrito: que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”.
Segunda tentación
Después el Diablo se lo llevó a la Ciudad Santa, donde lo colocó en el tejado del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate al vacío, ya pues está escrito: que ha ordenado a sus ángeles acerca de ti; y te llevarán en sus palmas para que tu pie no tropiece en la piedra”. A lo que Jesús respondió: “También está escrito: No está permitido, poner a prueba al Señor, tu Dios”.
Última tentación
Por último, el Diablo llevó a Jesús a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: “Todo esto será tuyo, si te postras ante mí, y me rindes adoración”. Y la respuesta de Jesús fue: “¡Aléjate, de mí Satanás! Que así está escrito: Al Señor tu Dios adorarás, a él sólo le servirás”. En ese momento el Diablo se alejó, y unos ángeles vinieron a servirle.
Mateo 4:1-11
Es anunciado el reino de Dios
Jesús como todo buen hijo de Israel, fue educado por María y José, siguiendo la costumbre de transmitir a las siguientes generaciones, de que habría un reino de Dios o del reinado de Dios. Era una idea que todos albergaban en su mente y en su corazón; en especial Jesús, que a medida que su fe y su comunicación con su Padre se fueron estrechando más, la idea se fue haciendo cada vez, más clara.
Para Jesús, la capacidad de predicación era innata y lo hacía con tal originalidad, que fue el único profeta judío, en afirmar con total convencimiento que el reinado de Dios, que tanto había sido anunciado, y la salvación que iba implícita, no era una simple promesa, más bien se trataba una realidad que pronto se haría realidad. Y que era a través de él, que se materializaría. Así se puede leer, en la historia de la vida oculta de Jesús.
Signos en la sinagoga de Nazaret
“Jesús regresó a Galilea guiado por el Espíritu Santo, y su gloria se esparció por toda la región. Él iba predicando en sus sinagogas, y era alabado por todos. Llegó a Nazaret, lugar donde había sido educado y criado y, de acuerdo a las costumbres, tuvo que entrar en la sinagoga el día de sábado, y se dirigió para hacer la lectura.
Le hicieron entrega del libro del profeta Isaías y al abrirlo, se encontró el pasaje donde reza lo siguiente: “El Espíritu del Señor posa sobre mí, porque he sido marcado con óleo sagrado, para ser el portador de las buenas nuevas, a los pobres, he sido traído para que proclame la liberación de los cautivos y le de vista a todos los ciegos. También para traer la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”.
Cerró el libro, y lo entregó al ministro, y luego se sentó. En la sinagoga todos los presentes, tenían la mirada fija en él. A lo que Jesús, empezó a decirles: “Esto que acabo de leerles y ustedes escuchado, se ha cumplido el día de hoy”. Y todos los presentes daban testimonio de él y estaban embelesados con las palabras llenas de gracia que salían de su boca.”
(Lucas 4, 14-22)
La conmoción
Ese día sábado en la sinagoga, con esas palabras, Jesús produjo gran conmoción en todos los asistentes. Algunos, que fueron en realidad muy pocos, realmente creyeron en él y pudieron aceptarla. Mientras que una gran mayoría, no les dieron ningún crédito a sus palabras. Sin embargo, el gran peso y poder de esas palabras, se fueron ganando el terreno de los creyentes, porque Dios estaba allí, y a través de él, se fueron suscitando cambios maravillosos en cada una de las personas, y el en resto del mundo.
Para Jesús era sabido, y de esa manera lo transmitía, que, a través, de sus palabras y de cómo actuara, aun no representaba la expresión plena, del reinado de Dios, pero era enfático, en mostrar en ellas y con ellas, que él era en sí mismo el Padre Dios. Que, con su amor salvador, actuaba en el mundo, y la misión, de cuantos lo vieran y escucharan, era abrir explayar sus corazones, para anidarlo y acogerlo, para empezar a vivir de una manera nueva.
Todas las actividades en las que participaba Jesús, están al servicio del reino de Dios, y todo gira en torno a eso, a partir de ahí. Todo está sujeto a la idea de la llegada del reino de Dios, todo absorbe su unidad, su esencia y la grandeza, a partir de esa certeza del Reino.
Intenciones en las palabras de Jesús
Desde tiempos inmemoriales, las palabras de Jesús llevaban la intencionalidad de transmitir a su generación, y a las generaciones futuras, es que todos los seres humanos de todas las épocas y de todas las naciones, abrieran sus corazones y sus vidas, y las consagraran a Dios, y a su infinita bondad. Asumiendo en nuestro comportamiento diario, lo que Él aspira de nosotros, que no es otra cosa, que lo amemos profundamente, y que, así como lo amamos desde lo más profundo de nuestros corazones, seamos capaces de amar al prójimo.
Por otro lado, Jesús expresaba en sus predicas, que la fe cristiana, no puede ser interiorizada, como una simple aceptación desde lo teórico, sino que más bien, debemos ser unos buscadores activos del reino de Dios, en todo el mundo. Como lo dijo Jesús a sus discípulos:
“Busquen primero el Reino de Dios y toda su justicia, y todo lo demás vendrá como complemento de eso”
Mateo 6:33
El anuncio
Es anunciado la pronta venida del reino de Dios, en los relatos de la vida oculta de Jesús, nos dice que ya está cerca, y que, además, está entre nosotros. Esto se constituye en una excelente noticia, porque, a fin de cuentas, es el reino de Dios, la constitución en este plano terrenal, de la materialización de la salvación, que tanto se nos había prometido, cuando llegara el Mesías a su pueblo.
Jesús nombra a quienes serán sus primeros discípulos, Simón, que en realidad se llama Pedro, a su hermano Andrés, también se encuentra entre ellos a Santiago, a Juan, y a un hermano de él. Pero con el devenir del tiempo, y a medida que le número de los seguidores se fue incrementando, hubo que nombrar a doce discípulos para que le ayudaran.
Y en compañía de ellos, se dedicó a viajar de pueblo en pueblo, y las aldeas aledañas, para anunciar la llegada del reino de Dios, como ya habían hecho algunos profetas hebreos antes que él.
“La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él.”
Lucas 16:16
Jesús revela que Dios es su Padre
En un pasaje de la historia de la vida oculta de Jesús, en que es acusado, por un grupo de judíos por desobedecer la ley del sábado, y también por haber curado a un hombre enfermo, en ese día, él les dice:
“Mi Padre a esta hora continúa trabajando, por eso yo también sigo trabajando”
Juan 5:17
En realidad, Jesús no ha desobedecido la ley que Dios ha dado sobre el día sábado. Por el contrario, cuando predica y sana a los enfermos cualquier día de la semana, está realizando buenas obras, al igual que lo hace su Padre. Es por eso, que Jesús obra con el bien todos los días.
Los judíos reunidos frente a Jesús, concluyen erróneamente que él no es respetuoso de lo estipulado en la ley del sábado, además de sentirse ofendidos porque ha dicho que Dios es su Padre y, para ellos eso es una blasfemia. Pero Jesús no se siente atemorizado por esto que han dicho, y les ofrece detalles de la estrecha relación que tiene con Dios.
“Porque el Padre que quiere al Hijo, y le enseña todas las cosas que él mismo hace. También le enseñará obras mucho más grandes que estas, para que ustedes queden asombrados”
Juan 5:20
Vida oculta de Jesús: Dador de vida
De acuerdo a lo escrito por Juan en el capítulo 5, versículos del 21 al 24. El Padre es quien otorga la vida. De esto existen hechos que demuestran, que el pasado, Dios invistió de la gracia a algunos de sus siervos, para que pudieran resucitar a otras personas. Es así, como tanto el Padre como el Hijo pueden resucitar a los muertos y darles vida.
“Así como el Padre resucita a los muertos, y les da vida, de igual manera el Hijo a los que él quiere le dará vida”.
Ya que el Padre a nadie juzga, sino que esa potestad se la dio al Hijo, para que todos honren al Hijo, de la misma manera, en que honran al Padre. Y el que no honra al Hijo, tampoco estará honrando al Padre que lo mandó”.
“Muy cierto es, y se los digo: El que escucha mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida”.
Juan 5:21-24
Subordinación
Jesús es consciente, de que, a pesar de contar con una extraordinaria autoridad, reconoce y deja muy en claro que es inferior a Dios, y esto es evidente cuando expresa, que no puede hacer nada por su voluntad, simplemente cumple con la voluntad de su Padre.
“No puedo yo hacer nada por mí mismo; según oigo, así juzgo; y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió, la del Padre”.
Juan 5:30
Por todo lo antes expuesto, es que los judíos no tenían pretextos para rechazar a Jesús, ya que, en las escrituras, tenían el vivo testimonio, referente a Jesús. De que, si por un instante creyeran en la palabra de Moisés, también creerían en él, ya que fue Moisés, quien escribió, referente a Jesús.
“Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?”
Juan 5:46-47
La vida oculta de Jesús, se hace pública
Cuando Jesús da el salto a la palestra pública, se crea una polémica, en torno a él. Inicialmente, ganó muchos adeptos, pero a medida que iban transcurriendo los días, comenzaron a florecer reacciones en su contra.
Los fariseos y los doctores de la Ley, no estaban muy de acuerdo con la interpretación, que Jesús estaba haciendo en torno a las leyes judías, en especial la que hacía mención, a la ley del sábado. Otro aspecto que causó inquietudes, fue el que perdonara los pecados, sin exigir el cumplimiento de lo establecido como penitencia, en la Ley.
Pasión, muerte y sepultura
Desde el principio cuando se hace público de que Jesús es el Mesías que tanto habían esperado, fue un hombre que sus pares no comprendieron realmente el propósito de su misión. Muchos de los pobladores sintieron que fueron estafados, ya que esperaban milagros y, Jesús, solo les pedía la conversión de corazón.
Hasta por sus propios discípulos, fue un incomprendido. Por ejemplo, Pedro, no podía entender y mucho menos aceptar, la idea de que el Hijo de Dios tuviera que morir crucificado, además de ser traicionado por Judas.
Las autoridades judías que constituían el sanedrín o Consejo Supremo Nacional Religioso, veían un peligro latente en Jesús, para todas sus instituciones, en especial por sus ataques al templo de Jerusalén.
Todo este cumulo de situaciones adversas a la vida oculta de Jesús, fue propiciando la creación de un clima, que no favorecía en nada, la causa del Mesías. Que se hizo mucho más tenso, a raíz de su llegada a Jerusalén, para la celebración de las fiestas de Pascua. Fue entonces, que el sanedrín decidiera que debían tomar cartas en el asunto y aniquilar a Jesús.
El rechazo
Jesús, era consciente de la reacción adversa que producían todas sus actividades, e intuía que ya estaba sentenciado a muerte. En innumerables ocasiones, lo señaló a todos sus discípulos. Pero, aun así, esto no fue motivo para que cambiara el mensaje, y mucho menos sus obras. Por el contrario, estimaba que la muerte era parte en sí misma, de la misión que le había dado su Padre.
Procuró darle sentido a su muerte, que ya se le avecinaba, Jesús decía que, a través, de su muerte, estaría dando vida a otros, esa era la recompensa de todo su trabajo.
“De cierto, de cierto os digo, que, si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto.
El que ama su vida, la perderá; y el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará.
Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”.
Juan 12:24-26
Al anunciar Jesús anunciaba su muerte, también está hablando de su resurrección, ya que confía en que su Padre, no permitirá que todo este proceso de la obra, finalice con su muerte, ya que esto hubiese sido, darle la razón a los que deseaban su muerte.
Última cena y Eucaristía
Por la mañana, del día jueves, Jesús llamó a parte a sus dos discípulos favoritos, que eran Pedro y Juan, y les encomendó ir a Jerusalén, diciéndoles:
“Vayan y preparen la Pascua para que comamos”
Lucas 22:8
Ya con esas instrucciones salieron apresuradamente, Pedro y Juan, de Betania y corrieron hacia Jerusalén para organizar todo lo necesario para el festín. Al llegar a Jerusalén encontraron el lugar, de acuerdo, a como Jesús se los había solicitado. Los preparativos eran muchos para la celebración de este banquete.
Al llegar el ocaso, llegó Jesús al lugar de la celebración, y se sentó a la mesa con sus doce apóstoles. Esta ocasión era para celebrar entre ellos, por lo que no hubo otros comensales. El sitio destinado para la reunión, se encontraba situado en la cima del Monte Sión, lugar que, hasta la fecha, aún se venera.
Muchos aún se preguntan, cual fue la verdadera razón ¿por qué Jesús recurrió a esta táctica tan misteriosa?, de enviar a los dos discípulos para que encontraran el lugar donde, él quería que se celebrara la cena de Pascua.
Pues la respuesta es muy sencilla, quería a toda costa que Judas supiera con antelación, el lugar de la reunión. Si hubiese tenido conocimiento de antemano, lo iba a informar a los príncipes de los sacerdotes durante el día; y muy probablemente, éstos lo hubieran capturado antes de la hora prevista, previo del legado y donativo de amor generoso, que quería hacer a su Iglesia, a través, de la celebración de la Sagrada Eucaristía.
Vida oculta de Jesús: Llega la hora del arresto
Una vez concluida la celebración de la cena, los discípulos salieron a recorren el poblado, mientras Jesús se quedó orando. En la idea de que pronto se haría la voluntad de su Padre, ya entrada bien la noche y mientras los discípulos dormían, Jesús fue arrestado, y todos huyeron.
El juicio
Jesús fue sometido a dos juicios, uno fue de tipo religioso y el otro fue político.
Juicio religioso
Una vez apresado, Jesús es conducido ante el Sanedrín, que es la máxima autoridad religiosa del pueblo judío. Este es presidido por el sumo sacerdote. Estando allí, lo acusan de haber hablado en contra del templo. A tal acusación, Jesús reconoció públicamente ser el Mesías enviado por Dios, a los ojos y criterio del sumo sacerdote, Jesús estaba blasfemando, y de acuerdo a las leyes judías, la blasfemia se castiga con la muerte. Y esto le mereció ser condenado a muerte de manera inmediata.
El juicio político
Una vez que finalizó el juicio religioso, las autoridades judías trasladaron a Jesús donde Poncio Pilato, quien era el gobernador romano. Las razones que argumentaron para su presentación, ante la autoridad romana eran:
- Elegían que fueran las autoridades romanas, y no ellos, los que tuvieran que dar respuestas al pueblo, por la muerte de Jesús.
- Querían congraciarse con los romanos, ya que, haciéndole entrega a Jesús, los reconocían como su autoridad política.
El juicio ante Pilato, tuvo otro matiz, muy distinto al que se realizó ante el sanedrín. Ahora se le acusa de proclamarse el rey de los judíos. Y esta es una acusación muy peligrosa, ya que colocaban a Jesús en una posición de ser un sujeto que está alterando el orden público.
La sentencia de Pilato, fue la condena a morir crucificado, y esta pena solo era destinada para aquellos criminales de alta peligrosidad, y a los miembros de las clases sociales inferiores.
La vida oculta de Jesús, es pública a través de la resurrección
Se debe hacer una diferenciación con respecto a ¿qué es revivir? Y ¿qué es resucitar?, ya que son dos cosas completamente distintas. En primer lugar, tenemos que revivir, es lo que experimenta el cuerpo al volver a la vida, en un mismo espacio y tiempo. Como, por ejemplo, la catalepsia que padecía Santa teresa de Jesús.
Esta condición se trata de un trastorno del sistema nervioso central. Y se caracteriza porque la persona sufre una parálisis corporal, acompañado de un entumecimiento de los músculos, lo que le impide realizar ningún tipo de movimiento.
Este trastorno por años se ha conocido como. La muerte aparente, ya que se conocen de casos en los que algunas personas fueron enterradas vivas en estado de catalepsia, y de las cuales se pensaba que habían fallecido.
Y resucitar es continuar viviendo, pero de una manera diferente a nuestra vida anterior. El tema de la resurrección, es directamente proporcional a nuestra fe en un Dios Padre, el cual nos da la vida, y no permite que se pierda.
El sepulcro vacío
En el escenario de la resurrección de Jesús, la fe de los discípulos, no fue lo que posible que hablaran de la resurrección del Mesías. Por el contrario, fue producto del encuentro real con Jesús resucitado, ya que pudieron verlo y tocarlo, muy a pesar de su incredulidad. Tal evento levantó la fe de los discípulos, a través de la firme realidad de su presencia, mediante su resurrección.
A esta convicción, se le añade el hecho de que el sepulcro de Jesús se encontraba vacío, es decir, que no encontraron su cuerpo. Es un punto que no puede verse de manera aislada, porque algunas investigaciones recientes, quieren hacer ver que la no presencia del cadáver dentro del sepulcro, no significa que Jesús haya resucitado. También puede deberse este hecho, a pudieron robar el cuerpo, durante la noche, pero no tiene ninguna conexión ya que la resurrección, hace mención al cuerpo, entendido que se refiere a la persona en su totalidad.
El hecho del sepulcro vacío, no significa un punto de inicio para que pudiéramos creer en la resurrección de Jesús, ya que este admite un gran número de interpretaciones. Fue simplemente un signo o mensaje de Dios, para preparar a sus discípulos a recibir el mensaje de la resurrección.
Encuentros con Jesús resucitado
El encuentro de Jesús con sus discípulos, una vez resucitado, causaron un desbordamiento de fe inenarrable. Les produjo un asalto de alegría, paz y muchos deseos de salir a anunciar a los demás, lo que ellos habían visto.
Cuando se asevera que Jesús ha resucitado, no se refiere que simplemente estaba vivo en la memoria de los discípulos, o que su mensaje seguía vivo entre ellos. Decir que Jesús ha resucitado, se está afirmando que él se encuentra vivo para siempre, actuando y haciéndose visible en el mundo. Es lo que se dice en la vida oculta de Jesús.
Asciende al cielo
No se puede afirmar que el cielo, sea un lugar y por tal razón, no se puede estar ni arriba, ni abajo. A lo que nosotros llamamos, el cielo, es el mundo de Dios, y estar en el cielo, es igual a afirmar que estaremos con Dios para siempre.
Lo que contienen los evangelios, y es lo que nos quieren dar a entender, al decir que subió al cielo, es que Jesús sólo se apareció a sus discípulos durante un tiempo, y que esos encuentros, no volverán a repetirse otra vez, y que el Mesías está desde entonces, gozando de la divina vida plenamente. Ese periodo de apariciones tuvo un principio y un final. Y así está escrito en los relatos de la vida oculta de Jesús.
“Cuando el Señor Jesús terminó de hablar con sus discípulos, Dios lo subió al cielo. Allí, Jesús se sentó en el lugar de honor, al lado derecho de Dios”.
Marcos 16:19
La crucifixión y muerte
A Jesús lo sometieron a horribles e impensables torturas, sus verdugos fueron inclementes con su humanidad, lo azotaron, lo apalearon, se burlaron de él, entre otros vejámenes que el pobre Jesús tuvo que soportar. Lo crucificaron a las afueras de las murallas de Jerusalén, junto a otros dos delincuentes. Muchos de sus enemigos, se vanagloriaban del sufrimiento de Jesús, y muchos de sus seguidores lo veían como a un fracasado.
Jesús, antes de morir, entregó a María como madre a su discípulo amado, y a éste como hijo a María. A partir de ese momento, María se convirtió en madre de todos los discípulos de Jesús.
Jesús, fiel a la voluntad de su Padre Dios, cumplió con todo lo que estaba escrito que sucedería, y por eso su muerte es un acto de salvación para toda la humanidad.
Viacrucis
El vía crucis o viacrucis como también se le conoce, son los diferentes eventos que padeció Jesús desde que lo apresaron, hasta su crucifixión y posterior sepultura. Y está contenido en la historia de la vida oculta de Jesús.
Para su representación, consta de 14 diferentes estaciones. En las cuales se narran las distintas vivencias que tuvo Jesús, en su camino hacia su muerte y posterior resurrección.
Es el vía crucis es si mismo, una devoción al sacrificio realizado por nuestro Señor Jesús en la cruz del calvario. En primer lugar, para salvar nuestras almas de una eternidad alejados de él, a través del vía crucis se puede meditar en la pasión de Cristo. Y al mismo tiempo, orar, rezar y pedir perdón por cada uno de nuestros pecados y las ofensas, confiados en que Dios nos concederá el perdón, a través de su Hijo.
Las catorce estaciones te las mostramos a continuación:
I
Los soldados apresan a Jesús en el Monte de los Olivos, condenándolo a la muerte. Es juzgado y condenado en la noche, cosa que estaba prohibido en Israel, por lo que, en sí, ya presenta a tal acto como un juicio injusto.
II
Jesús carga con la cruz. Debido a su debilitamiento por la pérdida de sangre, solo pudo cargar con uno de los palos, y no con toda la cruz.
III
Jesús tuvo su primera caída. A medida que transcurría el tiempo, sus fuerzas eran menos, pero la intención era que muriera en la cruz. Era imperioso para ellos que el pueblo lo viera y pudiera escarmentar.
IV
Él se encuentra con su madre, María. La cual se encontraba como el resto de las personas, a ambos lados de la calle.
V
Un hombre llamado Simón de Cirene, se ofrece para ayudar a Jesús a llevar la cruz.
VI
La Verónica seca el rostro de Jesús. No es un hecho, que se sepa que ocurrió tal cual como se cuenta.
VII
Sufre el Hijo de Dios, su segunda caída.
VIII
El Mesías, consuela a las mujeres de Jerusalén. Diciéndoles que no deben llorar por él, sino por ellas mismas y por sus hijos.
IX
Ocurre por tercera vez, la caída de Jesús.
X
Despojas de las vestiduras al hijo de Dios, lo someten a la más severa de las humillaciones, que es desnudarlo en público.
XI
Es crucificado
XII
Muere en la cruz, pero antes de que suceda pronuncia unas palabras, pidiendo agua, pues tiene mucha sed.
XIII
El señor es bajado de la cruz.
XIV
Es llevado al santo sepulcro.
Obra teatral: El Viacrucis
Como parte del rescate de nuestros valores religiosos y en aras de incrementar el amor de los jóvenes por la historia de la vida oculta de Jesús, se presenta un extracto de este doloroso acontecimiento vivido por Jesús.
A continuación, se presentan una serie de personajes que intervienen, en la ejemplificación del viacrucis. Sugerimos que por cuestiones de locación o de tiempo se puedan adecuar a cada necesidad de la comunidad. Lo importante es que se masifiquen estas enseñanzas en nuestros jóvenes. Y se den a conocer los relatos de la vida oculta de Jesús.
Es importante que se empleen trajes que vayan a tono con la obra que se representará, traten de que los espectadores reciban el impacto visual, a través del vestuario idóneo.
Personajes:
Narradores: Judas, Pilato, Discípulo # 2, Pueblo # 3, Pueblo # 6, Jesús, Sumo sacerdote, Centurión, Pueblo # 1, Pueblo # 4, Pueblo # 7, Pedro, Criada, Discípulo # 1, Pueblo # 2, Pueblo # 5.
Narrador: En el primer día de los ácimos, al momento en que se sacrificaba el cordero pascual, sus discípulos le dijeron a Jesús:
Discípulo # 1: ¿Señor, a dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?
Narrador: Él mandó a dos discípulos diciéndoles:
Jesús: Id a la ciudad, allí encontraran a un hombre que lleva un cántaro de agua; deben seguirlo, y en la casa en que entre, ustedes también lo harán, y deben decirle al dueño: “El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?” Él les enseñará una sala grande en el piso de arriba, que está arreglada con divanes. Allí deben preparar la cena.
Narrador: Los discípulos se marcharon, y al llegar a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Cuando se hizo de tarde, llegó Jesús con los Doce. Estando a la mesa comiendo dijo Jesús:
Jesús: Les aseguro que uno de ustedes me va a traicionar, y es uno que está comiendo conmigo.
Narrador: Ellos, estupefactos, empezaron a preguntarle uno tras otro.
Discípulo # 2: ¿Seré yo?
Narrador: Respondió:
Jesús: Uno de los Doce es, el que está mojando en la misma fuente que yo. El Hijo de Dios se va, como está escrito; pero ¡ay del que entregará al Hijo de Dios ¡más le valdría no haber nacido!
Eucaristía
Narrador: Y mientras comían, Jesús tomó una torta de pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio diciendo:
Jesús: Esto es mi cuerpo.
Narrador: Y tomando una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio y todos bebieron. Y les dijo:
Jesús: Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, que será derramada por todos. Les aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid, hasta el día que beba el vino nuevo en el Reino de Dios.
Narrador: Luego de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos. Jesús les dijo:
Jesús: Todos van a caer, como está escrito: “Heriré al pastor y se esparramaran las ovejas”. Pero cuando resucite, iré antes que ustedes a Galilea.
Narrador: Pedro replicó:
Pedro: Aunque todos caigan, yo no.
Narrador: Jesús le contestó:
Jesús: Yo te aseguro que tú hoy, en esta noche, y antes que el gallo cante dos veces, me habrás negado tres.
Narrador: Pero él siguió insistiendo:
Pedro: Señor, aunque tenga que morir contigo, no te negaré.
Narrador: A lo que los demás, replicaron lo mismo.
Visita a la finca Getsemaní
Narrador: Y dijo a sus discípulos:
Jesús: siéntense conmigo aquí mientras, yo oro.
Narrador: Se llevó a Pedro, a Santiago y a Juan, en eso empezó a sentir terror y angustia, y les dijo:
Jesús: Me muero de tristeza, quédense aquí pendientes.
Narrador: Y alejándose un poco, se tumbó en tierra pidiendo que, si era posible, se alejase de Él aquella hora; y dijo:
Jesús: iAbba! (Padre): tú lo puedes todo, aparta de mí ese cáliz. Pero no sea lo que yo quiero, sino lo que tú quieres.
Narrador: Cuando regresó, los encontró dormidos, dijo a Pedro:
Jesús: Simón, ¿duermes?, ¿no has podido velar ni una hora? Vela y reza, para no caer en la tentación; el espíritu es decidido, pero la carne es débil.
Narrador: De nuevo se apartó y oraba repitiendo las mismas palabras. Volvió, y los encontró otra vez dormidos, porque tenían los ojos cansados. Y no sabían qué contestarle. Volvió y les dijo:
Jesús: Ya pueden ir a dormir y descansar. ¡Basta! Ha llegado la hora; miren que el Hijo del Hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense, vamos! Ya está cerca el que me entrega.
La traición
Durante los ensayos, es importante que se destaquen los episodios más resaltantes de la vida oculta de Jesús.
Narrador: Aún estaba hablando, cuando se presentó Judas, y tras de él, había gente con espadas y palos, que fueron mandada por los sumos sacerdotes, los letrados y los ancianos. El traidor les había dado una contraseña, diciéndoles:
Judas: Al que yo bese, es él: apresarlo y llévenlo bien sujeto.
Narrador: Y en cuanto llegó, se acercó y le dijo:
Judas: ¡Maestro!
Narrador: Y le estampó un beso en la mejilla. Ellos le echaron mano y lo apresaron. Pero uno de los presentes, sacó su espada, y de un golpe le cortó la oreja al criado del sumo sacerdote. Jesús tomó la palabra y les dijo:
Jesús: ¿Vinieron a apresarme con espadas y palos, como quien caza a un bandido? A diario los he estado enseñando en el templo, y no me detuvieron. Pero que se cumplan las Escrituras.
Narrador: Y todos lo abandonaron y huyeron. Como estaba escrito en la vida oculta de Jesús.
Detrás de él, lo iba siguiendo un muchacho envuelto sólo en una sábana; y también quisieron apresarlo; pero él, se zafó de la sábana, y se les escapó desnudo.
Llevaron a Jesús a casa del sumo sacerdote, y se congregaron todos los sumos sacerdotes, los letrados y los ancianos. Pedro estuvo siguiéndolo de lejos, hasta el interior del patio del sumo sacerdote; y se sentó con los criados cerca del fuego para calentarse.
Los sumos sacerdotes y el sanedrín en pleno trataban de encontrar un testimonio contra Jesús, para condenarlo a muerte; y no lo encontraban. Pues, aunque muchos daban falso testimonio contra él, los testimonios no eran suficientes. Y algunos, Poniéndose de pie, daban testimonio contra él diciendo:
Pueblo: # 1: Nosotros le hemos oído decir, “Yo destruiré este templo, edificado por hombres, y en tres días construiré otro no edificado por hombres”.
Narrador: Pero ni en esto eran coherentes los testimonios.
El sumo sacerdote se puso en pie en medio e interrogó a Jesús:
Sumo sacerdote: ¿No tienes nada que responder? ¿Qué son estos cargos que levantan contra ti?
Narrador: Pero él permanecía en silencio, sin dar respuesta. El sumo sacerdote lo interrogó de nuevo preguntándole:
Sumo sacerdote: ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios Bendito?
Narrador: Jesús contestó:
Jesús: Sí, yo soy. Y verán que el Hijo del Hombre, está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene desde el cielo.
Narrador: El sumo sacerdote se reventó las vestiduras diciendo:
Sumo sacerdote: Cuanta falta hacen más testigos, ¿Lo han oído? Tamaña blasfemia ¿Qué dices?
Narrador: Y todos lo declararon culpable, y lo sentenciaron a muerte. Algunos lo escupieron, lo abofeteaban y le decían:
Pueblo # 2: Actúa como un profeta.
Narrador: Y los criados le daban bofetadas.
Canta el gallo
Estando Pedro sentado en el patio, una criada del sumo sacerdote llegó y, cuando vio a Pedro que se calentaba el cuerpo, lo miró fijamente y dijo:
Criada: También tú te la pasabas con Jesús el Nazareno.
Narrador: Pero él lo negó diciendo:
Pedro: Ni sé, y mucho menos entiendo lo que quieres decir.
Narrador: Salió fuera al zaguán, y en ese instante un gallo cantó.
La criada, al verlo, volvió a decir a los presentes:
Criada: Él es uno de ellos.
Narrador: Y él volvió a negarlo nuevamente.
Al poco rato, también los presentes dijeron a Pedro:
Pueblo # 3: Es muy seguro que seas uno de ellos, pues eres galileo.
Narrador: Pero él se puso a echar maldiciones y a jurar:
Pedro: No conozco a este hombre, por favor que dicen.
Narrador: Y de inmediato el gallo cantó por segunda vez. De pronto Pedro se acordó de las palabras que le había dicho Jesús: “Antes de que cante el gallo dos veces, me habrás negado tres” y se puso a llorar.
Al siguiente día
Apenas fue el siguiente día, todos los sumos sacerdotes, los ancianos, letrados y el sanedrín en pleno, elaboraron la sentencia; y, atando a Jesús, lo trasladaron hasta donde Pilatos, para entregárselo. Pilato le preguntó:
Pilato: ¿Eres tú el rey de los judíos?
Narrador: Él respondió:
Jesús: Eres tú quien lo dice.
Narrador: Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato volvió a hacerle la pregunta:
Pilato: ¿No contestas nada? Escucha de cuántas cosas te acusan.
Narrador: Jesús no respondió nada más, de modo que Pilato estaba muy extrañado.
Era una costumbre que, por motivo de la fiesta de Pascua, solía liberarse a un preso, sin importar cual eligiera el pueblo. En la cárcel, estaba un hombre al que llamaban Barrabás, que, junto a los revoltosos, había cometido un homicidio en la revuelta. La gente subió y empezó a pedir el indulto de costumbre. Pilato les contestó:
Pilato: ¿Quieren que libere al rey de los judíos?
Narrador: Ya que sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia. Pero bajo cuerdas los sumos sacerdotes, habían acordado con unos cuantos, para que pidieran la libertad de Barrabás.
Narrador: Pilato pidió de nuevo la palabra y les preguntó:
Pilato: ¿Qué quieren que haga con el que ustedes llaman rey de los judíos?
Narrador: Ellos gritaron de nuevo:
Pueblo: Queremos que lo crucifiques.
Narrador: Pilato respondió.
Pilato: Y ¿qué mal ha hecho?
Narrador: Todos gritaron, con más fuerzas.
Pueblo: Crucifícalo.
Narrador: Y Pilato, como debía cumplir lo prometido a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio, y reunieron a toda la compañía. A Jesús lo vistieron de púrpura, le colocaron una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
Pueblo # 4: salve, rey de los judíos!
Narrador: Le dieron golpes fuertes en la cabeza, con una porra, lo escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Una vez que hubieron terminado con la burla, lo despojaron de la prenda púrpura, y le colocaron su ropa. Y lo sacaron a la calle para crucificarlo. Y a uno que pasaba, de vuelta del campo, a Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo, lo forzaron a llevar la cruz. Como está escrito en la vida oculta de Jesús.
Y llevaron a Jesús al Gólgota o lugar de la Calavera, y le ofrecieron vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucificaron y se repartieron sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Ya era la media mañana cuando lo crucificaron. Y en el letrero de la acusación tenía escrito: “El rey de los judíos”. Junto a Jesús, crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda. Así se cumplió la escritura que dice: “Lo consideraron como un delincuente”.
Todos los que pasaban lo insultaban, moviendo la cabeza, mientras decían:
Pueblo # 5: Anda, tú que decías que ibas a destruir el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz.
Narrador: Los sumos sacerdotes se burlaban también de él diciendo:
Sumo sacerdote: A otros ha salvado y, aun así, no puede salvarse a sí mismo. Que, si es el Mesías, el rey de Israel, baja ahora de esa cruz, para que podamos verlo y creerlo.
Narrador: También los que estaban crucificados con él lo insultaban.
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre María la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al poder ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre. Así está escrito en la vida oculta de Jesús.
Jesús: Madre, ahí tienes a tu hijo.
Narrador: Luego le dijo el discípulo: Jesús. Ahí tienes a tu madre.
Narrador: Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa.
Una vez que llegó el mediodía, toda el área quedó en tinieblas hasta la media tarde. Y a la media tarde, Jesús clamó con voz fuerte:
Jesús: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
Narrador: Algunos de los que seguían en el lugar, al oírlo, decían:
Pueblo # 6: Mira, está llamando a Elías.
Narrador: Y uno de ellos echó a correr y, mojando una esponja en vinagre, la sujetó a una vara, y le dio de beber diciendo:
Pueblo # 7: Dejen, y veamos si viene Elías a bajarlo.
Narrador: Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
El velo del templo se rompió en dos, de arriba abajo. El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
Centurión: de verdad este hombre era Hijo de Dios.
Narrador: Cuan se hizo de noche, y como era el día de la preparación, es decir, víspera del sábado, llegó José de Arimatea, quien era un noble magistrado, que también aguardaba el Reino de Dios; decidido, acudió ante Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se extrañó de que hubiera muerto ya; y, llamando al centurión, le preguntó si hacía mucho tiempo que había muerto.
Informado por el centurión, concedió el cadáver a José. Éste compró una sábana y, procedieron a bajar a Jesús. Fue envuelto en la sábana y su cadáver lo colocaron en un sepulcro, que habían excavado en una roca, y como seguro de entrada, rodó una piedra al sepulcro. Como estos relatos que acabamos de apreciar, hay muchísimos más que hablan de la vida oculta de Jesús.
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