La Oración al santísimo sacramento consiste en una plegaria que se realiza de manera constante en cualquier liturgia ceremonial que celebre la Iglesia, son diversas oraciones que los creyentes deben tener muy en cuenta, aprende un poco más sobre este tema leyendo el siguiente artículo.
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Oración al Santísimo
La oración al santísimo sacramento está compuesta por una serie de rezos y plegarias que permiten abrir el corazón de cualquier cristiano católico a Jesús, sirve para afianzar la fe y permitir que interceda en nuestras vidas.
Todo devoto católico debe conocer y aprender la oración al santísimo, sirve de ayuda en cualquier momento que se necesite, es la herramienta de los católicos para poder superar sus dificultades.
Cuando exista una necesidad espiritual sentimental y hasta física, es importante recurrir a este tipo de oración para aliviar nuestra alma y sentirnos un poco mejor, es recomendable realizarla con mucha fe, donde se sienta el verdadero impulso que salga del corazón.
La oración sirve en la mayoría de los casos, para adorar a Jesucristo, haciendo un reconocimiento al sacrificio que hizo en la cruz para buscar la salvación del hombre, en algunos casos la oración al santísimo recurre a la mención de la Virgen María con el objeto de interceder ante Jesús.
Cuando algún fiel sienta la necesidad de Dios en su vida, debe rezar la cualquier oración al santísimo, nosotros recomendamos la oración al santísimo expuesto, si desea pedir algún milagro o favor de tipo espiritual, cuando se realiza con fe, el milagro sucede, siempre teniendo la esperanza de contar con la entrega a Dios a través de Jesús.
Existen muchas plegarias que componen la oración al santísimo sacramento, más adelante veremos con detalle cómo funciona cada una, para que sirve, cuál es su estructura y contenido, sin embargo es necesario que la persona, si se considera un devoto de la religión católica, visite con regularidad la Iglesia, asista a la misa dominical, para que pueda renovar su fe.
El comienzo o Introducción de la oración al santísimo
La introducción es llamada “Adoración” y consiste en una pequeña plegaria que se hace con el objeto de rendir tributo a Jesús, se toma como referencia el rostro de Cristo y se realizan alabanzas y bendiciones, en esta parte no se realiza ningún de petición personal, sino de tipo general veamos como dice este comienzo de la Oración al santísimo:
“Rostro de Nuestro Señor Eterno Padre, yo te agradezco porque Tu infinito Amor me ha salvado, aún contra mi propia voluntad. Gracias, Padre mío, por Tu inmensa paciencia que me ha esperado. Gracias, Dios mío, por Tu inconmensurable compasión que tuvo piedad de mí.”
“La única recompensa que puedo darte en retribución de todo lo que me has dado es mi debilidad, mi dolor y mi miseria, estoy delante Tuyo, Espíritu de Amor, que eres fuego inextinguible y quiero permanecer en tu adorable presencia, quiero reparar mis culpas, renovarme en el fervor de mi consagración y entregarte mi homenaje de alabanza y adoración.”
“Jesús bendito, estoy frente a Ti y quiero arrancar a Tu Divino Corazón innumerables gracias para mí y para todas las almas, para la Santa Iglesia, sus sacerdotes y religiosos. Permite, oh Jesús, que estas horas sean verdaderamente horas de intimidad, horas de amor en las cuales me sea dado recibir todas las gracias que Tu Corazón divino me tiene reservadas.”
“Virgen María, Madre de Dios y Madre mía, me uno a Ti y te suplico me hagas partícipe de los sentimientos de Tu Corazón Inmaculado, ¡Dios mío! Yo creo, adoro, espero y te amo. Te pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman. Amen”
La introducción se considera una entrega total a Jesús, siempre realizada con fe, este comienzo permite reafirmar el amor y la esperanza que todo católico debe tener en su corazón, considerar a Jesús como el camino a la vida eterna y la realización espiritual.
Adoración y el acto de la fe
Esta Oración es extensa y hermosa, se puede realizar en momentos de crisis sentimental o cuando la persona sienta que tiene algún problema muy fuerte en su entorno, se solicita a Jesús su presencia para poder realizar las alabanzas respectivas, vemos una parte de cómo está conformada esta plegaria:
“Oh Jesús, con mi más viva fe, que estás realmente presente, aquí, delante mío, bajo las especies Eucarísticas; Tú, el Verbo eterno del Padre, engendrado desde todos los siglos y encarnado luego en las entrañas de la Virgen Madre, Jesucristo Redentor y Rey. Creo, realmente, que estás presente en la verdad inefable de Tu Divinidad y de Tu Humanidad.”
“Jesús mío, Te encuentras aquí, presente en la Hostia Consagrada, Santa, con un Corazón desbordante de ternura, un Corazón que ama infinitamente. En Tu Corazón, Jesús, encuentro el Amor Infinito, la Caridad divina: Dios, principio de vida, existente y vivificante. ¡Qué dulce me es, Dios mío, Trinidad Santísima, adorarte en este Sagrario en el que ahora estás!”
“Te adoro, Dios Padre, porque por medio de Cristo has descendido hasta mi humanidad y porque, por Su Corazón adorable, Te has unido tan estrechamente al hombre, a mí, pobre criatura ingrata. Te adoro en este templo, santificado por la presencia siempre actual de Tu Ser divino; me postro hasta la nada, en adoración delante de Tu Majestad Soberana pero, al mismo tiempo, el amor me eleva hasta Ti.”
“Te adoro porque encuentro en Ti todo poder y toda santidad, justicia y sabiduría; porque Tú eres mi Creador y mi Dios. Te amo porque encuentro en Ti toda belleza, toda bondad, toda ternura y toda misericordia. Te amo porque me has hecho el regalo de un tesoro invalorable.”
“Oh, Dios Padre, tanto has amado a tus criaturas que les diste a Tu único Hijo y, para que la Majestad de Tu Verbo no nos infundiese temor y nuestras almas se pudieran dirigir a Él con confianza, lo revestirse de una carne semejante a la nuestra.”
Luego continúa con una serie de reconocimiento donde el resto de los fieles se unen en la plegaria y dicen alguna parte en coro junto a la plegaria principal:
“Te adoro, Dios Padre, por Jesús y en Jesús. Adoro a Jesús, Tu Hijo, quien por Su Humanidad es mi hermano y por Su Divinidad es mi Dios. Te amo por Jesús y con Jesús. Te amo por el Corazón de Jesús, que el amor hizo mío. Te amo en Jesús. Por Él Te llega mi amor, por Él puedo alcanzarte y abrazarte.
Luego comienza una rememoración de las virtudes de Jesús donde participan los fieles dando respuesta a las alabanzas veamos:
Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En el misterio sublime de la Unidad de Tu Naturaleza y de la Trinidad de Tus Personas”, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la armonía de Tus perfecciones innumerables”, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la riqueza inagotable con que haces los seres de la nada, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la pacífica posesión de Tu eterna Bienaventuranza, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la sabiduría infinita con que gobiernas todas las cosas, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la bondad inefable con que elevas al hombre a la dignidad de hijo Tuyo, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la Misericordia infinita con que toleras y conservas al pecador, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la conmovedora generosidad con que dispensas tus dones, En la conmovedora generosidad con que dispensas tus dones, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En el misterioso trabajo de la gracia en la intimidad de las almas, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En el don purificador de tu Cruz, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En la maravillosa providencia con que sigues a cada criatura en el curso de su vida, Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
- “En Tu gloria infinita, que comunicas a Tus elegidos haciéndolos eternamente felices en el Cielo Responden los fieles: “Dios mío, reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí.”
Luego se dice una alabanza de agradecimiento
“En unión con Jesús te agradezco, Dios Padre, por todas las gracias personales que me has concedido. Tú me diste la vida, sacándome de la nada y me la conservaste día a día hasta este momento.”
“Pero Tú Me has dado otra vida más valiosa, la de la gracia, que me hace partícipe de Tu misma vida divina y, después de la primera gracia con la que me santificaste en el día del bautismo, ¡cuántas gracias me han sido concedidas, que conservaron, aumentaron y, tal vez, conquistaron la vida sobrenatural!”
- En la Iglesia,
- En los Sacerdotes
- En los perdones
- En la Eucaristía
- En la Virgen,
- En el Paraíso, que me has preparado y que con Tu gracia espero alcanzar.
Y continua la oración diciendo otros agradecimientos mas cortos, con una respuesta de los fieles que dicen: “Te doy gracias, Dios mío”
- “Por todo esto, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por las alegrías que me has permitido gozar, así como por los dolores y las pruebas con que has sembrado mi camino, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por las gracias conocidas y por las desconocidas, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por los favores del pasado y los del futuro, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por todo lo que has hecho en mí y por mí, y por todo lo que todavía querrás hacer en el futuro, Te doy gracias, Dios mío”
- “Sobre todo, por haberme llamado al conocimiento de Tu Amor y a consagrarme a él, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por la luz y la alegría Tuyas, que estoy tan lejos de merecer, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por la luz y la alegría que el conocimiento de Tu Amor trajo a mi vida, Te doy gracias, Dios mío”
- “Por la posesión de Tu amor que Te hace mío y a mí me hace Tuyo, Te doy gracias, Dios mío”
Oración Conclusiva
Es una plegaria que permite dar fin a la Oración al Santísimo, se forma haciendo un agradecimiento y forma de despedida hacia la forma en que Dios nos expresó su voluntad, existen muchas oraciones conclusivas que se pueden hacer en cualquier momento de la realización del acto de cierre de la ceremonia, mostramos entonces una de ellas que puede servir de referencia:
“Oh, Jesús, Sacerdote Eterno, Divino Sacrificado, Tú que en un impulso de incomparable amor a los hombres, Tus hermanos, hiciste brotar de Tu Sagrado Corazón el Sacerdocio cristiano, dígnate continuar derramando sobre Tus ministros, los torrentes vivificantes del Amor Infinito.”
“Vive en Tus Sacerdotes, transformarlos en Ti; hazlos, por Tu gracia, instrumentos de Tu misericordia; obra en ellos y por ellos, y haz que, después de haberse revestido totalmente de Ti, por la fiel imitación de Tus adorables virtudes cumplan, en Tu Nombre y por el poder de Tu Espíritu, las obras que Tú mismo realizaste para la salvación del mundo”.
“Divino Redentor de las almas, mira cuán grande es la multitud de los que aún duermen en las tinieblas del error; cuenta el número de las ovejas descarriadas que caminan entre precipicios; considera la turba de pobres, hambrientos, ignorantes y débiles que gimen en el abandono”.
“Vuelve, Señor, a nosotros por Tus Sacerdotes, revive verdaderamente en ellos, obra por medio de ellos y pasa de nuevo por el mundo, enseñando, perdonando, consolando, sacrificando y renovando los lazos sagrados del amor, entre el Corazón de Dios y el corazón del hombre. Amén”.
También se puede concluir la Oración al santísimo con la siguiente plegaria:
“Haz, oh Jesús, que la Obra de Tu Amor responda siempre plenamente a los fines para los cuales la quisiste; haz que se extienda y se consolide y conquiste todas las almas al Reino dulcísimo de Tu Amor”.
“Oh, Jesús, he pedido Tu Reino. No es necesario que pida nada para mí, tendré todo el resto por añadidura. Tú conoces lo que necesito; mira y haz lo que Tu Corazón Te sugiera. Yo me confío a Tu Corazón, me abandono en Tu dulce Providencia y, mientras, Te doy gracias por el don de estas horas de intimidad Contigo. Te agradezco desde ya, unido a María, por todos los beneficios que Tu Amor me reserva aún en el tiempo y en la eternidad”.
Complemento final del acto de fe
La culminación de esta larga oración concluye con un reconocimiento de la fe, los fieles vuelven a intervenir diciendo una pequeña frase de alabanza: “Te amo Dios mío”, veamos.
“Para que mi reconocimiento sea más eficaz me permito, oh Señor, vivificar con el amor. Por eso Te digo y Te repito: que Te amo con todo mi corazón, con toda mi alma, con toda mi mente y con todas mis fuerzas.
- “A Ti, que eres el amor infinito, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “A Ti, que me has salvado por Tu amor, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “A Tí, que me ordenas amarte, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “Con todo mi corazón, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “Con toda mi alma, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “Con todo mi espíritu, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “Con todas mis fuerzas, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “En unión al amor con que todos los Santos y Ángeles Te aman en el Cielo, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “En unión al amor con que Te ama la Bienaventurada Virgen María, Respuesta: Te amo Dios mío”
- “En unión al amor infinito con que nos amas eternamente, Respuesta: Te amo Dios mío”
Y finaliza con lo siguiente: “Me postro junto a Ti, oh Jesús, Hostia Divina, Redentor y Salvador mío, como un día la Magdalena. Y si bien es cierto que soy indigno de Tu amor, estoy seguro que tendrás para mí, la misma ternura misericordiosa. Amén.”
Oraciones al Santísimo Sacramento
Al principio habíamos comentado que existen muchas oraciones al santísimo sacramento, donde se vinculan diversos personajes del mundo Católico a las alabanzas, peticiones y ruegos, podemos decir que esta variedad se ha ido incrementando a medida que pasan los años y han nacido nuevas oraciones al santísimo Sacramento.
Un ejemplo de ello es la oración al Santísimo sacramento dedicada a personajes como Juan Pablo II, Santo Tomás de Aquino, Santa Gertrudis, al Divino rostro de Jesús, etc. conforman un hermoso grupo de oraciones que ayudan a los fieles a reafirmar su fe en Dios como el principal creador de la vida en el universo.
A continuación describiremos algunas oraciones más importantes, ya que sería muy extenso intentar colocar cada oración en un espacio tan reducido.
Salmo 51
El Salmo 51, es conocido como “Ten piedad”, o “Miserere” se usa en la Liturgia católica romana todos los viernes del año, y su contenido se basa en diferentes salmos penitenciales existentes en la Biblia, se cree que el autor directo de estos salmos fue David quien había escrito el salmo cuando reconoció su pecado de adulterio con Betsabé.
Se utiliza en la liturgia como un acto de contrición para rememorar el perdón y evitar el pecado como una forma humana que se puede revocar espiritualmente siempre que el mismo se haga con fe, veamos el contenido del Salmo 51 llamado también Miserere
“Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, y de mi pecado purifícame, pues mi delito yo lo reconozco, mi pecado sin cesar está ante mí, contra Ti, contra Ti solo he pecado, lo malo a tus ojos cometí.”
“Por que aparezca tu justicia cuando hablas, y tu victoria cuando juzgas, mira que en la culpa ya nací, pecador me concibió mi madre, más Tú amas la verdad en lo íntimo del ser, y en lo secreto me enseñas la sabiduría, rocíame con el hisopo, y seré limpio, lávame, y quedaré más blanco que la nieve.”
“Devuélveme el son del gozo y la alegría, exulten los huesos que machacamos Tú, retira tu faz de mis pecados, borra todas mis culpas. Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, un espíritu dentro de mí renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, no retires de mí tu santo espíritu.”
“Vuélveme la alegría de tu salvación, y en espíritu generoso afiánzame; enseñaré a los rebeldes tus caminos, y los pecadores volverán a Ti, líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y reclamará mi lengua tu justicia; abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza.”
“Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas, el sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias.”
“¡Favorece a Sion en tu benevolencia, reconstruye las murallas de Jerusalén! Entonces te agradan los sacrificios justos, se ofrecerán entonces sobre tu altar novillos. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.”
Al finalizar se realiza una reflexión que permite agradecer la misericordia de Dios ante todos los humanos que sufren penurias de tipo mental y físico, el Salmo 51 ofrece a quien lo realiza, una forma de pensar en la reflexión, establecer la pasión y la misericordia de Jesús como un acto que cada persona debe realizar diariamente.
Algunos optan por agradecer a Jesús por sus favores y por su presencia en sus vidas, y detallamos un ejemplo de cómo se puede finalizar este Salmo 51:
“Oh Jesús, Te ruego renueves Tu ofrecimiento al Padre, presentándole nuevamente Tus llagas; muéstrale las espinas, los flagelos y los clavos que traspasaron tus carnes; pero, especialmente, hazle ver Tu Corazón herido y rebosante de amor por Él y por nosotros, y pide Su perdón.”
“Tu Corazón está herido por las culpas de los más íntimos, para los que renuevan el beso de Judas o la negación de Pedro, también para ellos, oh Jesús, invoco Tu perdón. Que ninguno de ellos cumpla el gesto desesperado de Judas, sino que Tu gracia los induzca, como a Pedro, a una reparación de amor. Amén”
Las Letanías al Sagrado Corazón
Las letanías están consideradas una serie de oraciones que se usan en los servicios espirituales y procesiones, conforman un conjunto de peticiones que se hacen al Sagrado Corazón de Jesús, con el objeto de obtener beneficios de tipo espiritual y material.
Se remontan al año 1500, cuando algunos sacerdotes polacos las utilizaban en sus procesiones, volviéndose con el tiempo muy populares en los servicios de misa y procesión en la mayoría de los países de Europa, durante el año 1899 el papa León XIII , aprueba y reconoce las letanías al Sagrado corazón de Jesús como una de las oraciones más importantes de la Iglesia.
Está estructurada de una forma donde la voz principal menciona una letanía o petición a Jesús o Dios y el resto de los fieles en coro, contestan diversas frases que conforman unas solicitudes veamos:
Comienza la voz principal que puede ser realizada por un fiel o un sacerdote según sea el servicio religioso que se esté realizando:
“Cristo, ten piedad de nosotros”, Fieles: “Cristo, ten piedad de nosotros.”
“Señor, ten piedad de nosotros”, Fieles: “Señor, ten piedad de nosotros.
“Cristo, óyenos”, Fieles: “Cristo, óyenos.”
“Cristo, escúchanos”, Fieles: “Cristo, escúchanos.”
“Dios, Padre celestial”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Dios Hijo, Redentor del mundo”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Dios Espíritu Santo”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.
“Trinidad Santa, un solo Dios,” Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre”, Fieles:
“Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen María, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, unido sustancialmente al verbo de Dios,” Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, de majestad infinita”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, templo santo de Dios”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, lleno de bondad y amor”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, hoguera ardiente de caridad”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, asilo de justicia y de amor”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los corazones”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, en quien están todos los tesoros de la sabiduría y la ciencia, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, en quien el Padre halló sus complacencias”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, en cuya plenitud todos hemos recibido, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, deseo de los eternos collados”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, paciente y de mucha misericordia”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, rico para todos los que te invocan”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, fuente de vida y de santidad”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, propiciación por nuestros pecados”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, despedazado por nuestros delitos”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, traspasado por una lanza”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, víctima de los pecadores”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, salvación de los que en Ti esperan” Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
“Corazón de Jesús, esperanza de los que en Ti mueren y esperan”,
“Corazón de Jesús, delicia de todos los santos”, Fieles: “Ten piedad de nosotros.”
Seguidamente se pide al cordero de Dios de la siguiente manera:
“Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo”, Fieles: “perdónanos, Señor.”
“Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo” Fieles: “óyenos, Señor”.
“Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Fieles: ten piedad y misericordia de nosotros.
“Jesús, manso y humilde de corazón, Fieles: “Haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
“Sagrado Corazón de Jesús, Fieles: “En ti confío.”
“Sagrado Corazón de María”, Fieles: “Salvad el alma mía.
“Jesús y María os quiero con toda mi alma”, Fieles: “Salvad almas y salvad el alma mía.”
De esta forma concluye la Letanía al sagrado Corazón de Jesús
Súplica
La súplica, es un tipo de petición en forma de oración donde una de las partes solicita a la otra parte algún favor o le proporcione algo, estas deben ser hechas con humildad y benevolencia. Se remontan a miles de años atrás y no solos son utilizadas en el catolicismo sino también en otras corrientes religiosas.
Diversos poemas épicos de la antigua Grecia e incluso en espiritualidades Egipcias usaban la Súplica como un clamor hacia los dioses para buscar algún beneficio. Los celtas y los griegos las utilizaban con el objeto de solicitar beneficios en las batallas.
En la religión católica sirven de apoyo a la oración al santísimo, y se consideran una parte importante del contenido de la misma, sirven para pedir por la salud y en nombre de los enfermos que convalecen, cuando sus fuerzas están mermadas.
Un ejemplo de súplica en el catolicismo lo representan las novenas, en donde cada devoto pide de manera repetida el mismo favor, durante un lapso no mayor de nueve días consecutivos.
Durante estos días se realizan rituales donde se incluyen oraciones letanías himnos y antoninas, se formaron en la zona de España durante la Edad Media y en la actualidad son un elemento de vital importancia espiritual dentro de la Iglesia Católica.
En la actualidad se llevan cabo diversas súplicas donde se busca de pedir por la solución de los conflictos mundiales, que el hombre ha generado, gracias al egoísmo y la falta de fe, vemos entonces a continuación un ejemplo de súplica como parte de la oración al santísimo:
“Antes de alejarme de este Santo Sagrario quiero, oh Jesús mío, recurrir a las riquezas infinitas de Tu Corazón divino, consagrado a Tu amor, creo que no puedo pedir nada mejor que la satisfacción de Tus mismos deseos. Son estos, Tus deseos divinos, los que quiero presentar al Padre antes de terminar este tiempo de gracias y en Tu nombre suplicar que los escuche”.
“Permite pues, oh Jesús, que exprese mi ardiente voto de que se establezca en todo el mundo el Reino de Tu Amor. Oh Amor Infinito, viviente en el Divino Corazón de Jesús, hazte conocer de los hombres a fin de que ellos Te amen como Tú quieres ser amado”.
“El segundo deseo de Jesús es el de servirse, para este gran trabajo, de los Sacerdotes; hacer de ellos obreros activos y, por su intermedio, obrar en las almas y en el mundo, Oh Jesús, Sacerdote eterno y Salvador del mundo, para realizar este ardiente deseo de Tu Corazón, multiplica las vocaciones. Envía muchos y santos operarios a Tu mies”.
“Oh Jesús, haz de cada Sacerdote un verdadero sembrador de Tu amor. Te ruego por el Santo Padre, por los Obispos, por todos los Sacerdotes que me han hecho bien… por todos los Sacerdotes.
“Te pido, oh Jesús que los sostengas en las batallas, los confortes en la soledad, los alientes en los fracasos, fecundes sus fatigas y derrames en sus corazones el amor de Tu Corazón divino, Señor, para celar Tu honra y Tu gloria”
Entonces se unen los fieles en una respuesta a las peticiones diciendo: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para aumentar nuestra fe, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para sostener Tu Iglesia, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para predicar Tu doctrina, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para defender Tu causa, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para contrarrestar el error, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para aniquilar las sectas, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para sostener la verdad, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para dirigir nuestras almas, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para mejorar las costumbres, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para desterrar los vicios, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para iluminar al mundo, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para enseñar las riquezas de Tu Corazón, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para hacernos amar al Espíritu Santo, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
“Señor, para que todos Tus ministros sean luz del mundo y sal de la tierra, Fieles: “Danos Sacerdotes santos”.
Termina entonces la súplica diciendo:
“Oh Jesús, Sacerdote Santo, Te pedimos con la mayor humildad del alma, que aumentes las vocaciones sacerdotales y que los formes según los designios de Tu amante Corazón. Sólo así conseguiremos Sacerdotes santos y pronto en el mundo no habrá más que un sólo rebaño y un sólo Pastor. Amén”.
Oración Bendito sea Dios
La siguiente oración está dirigida a las personas que por cualquier motivo tienen algún impedimento para comulgar, se utiliza como sustituto en la adoración Eucarística o en la misa dominical, también al realizar cualquier servicio religioso, la misma dice así:
“Bendito sea Dios, bendito sea su Santo Nombre, bendito sea Jesucristo verdadero Dios y verdadero Hombre, bendito sea el Nombre de Jesús, bendito sea su Sacratísimo Corazón, bendito sea su Preciosísima Sangre, bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.”
“Bendito sea el Espíritu Santo Consolador, bendita sea la Incomparable Madre de Dios la Santísima Virgen María, bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción, bendita sea su gloriosa Asunción, bendito sea el Nombre de María Virgen y Madre, Bendito sea San José su casto esposo, bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos”.
A continuación se dice la siguiente plegaria:
“Oh Dios, que en este sacramento admirable, nos dejaste el memorial de Tú pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo, los sagrados misterios de Tu Cuerpo y de Tu Sangre, que experimentemos constantemente en nosotros, el fruto de Tu redención. Tú que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén”.
Himnos Eucarísticos
Son hermosas melodías que contienen plegarias relacionadas con el santísimo Sacramento, muy similares a las antoninas, sirven de complemento y se consideran sacramentales por su alto contenido espiritual y llenos de un mensaje de amor y fe, veamos tres himnos Eucarísticos sacramentales:
Primer Himno Eucarístico
“Ven, Jesús, mi Salvador, Divino Cordero, Ven a mí, dulce Señor, Oh mi Dios, mi amor, Eres Padre tierno, Eres buen Pastor, Eres verbo eterno, nuestro Redentor”.
“¡Oh de mi esperanza, dulce galardón!, Te doy alabanza y mi corazón, en Ti siempre espero, aumenta mi fe, con amor sincero, te recibiré. En esta apariencia, divino manjar, tu santa presencia, quieres ocultar”.
“Oh Sabiduría, eterno Señor, ven en este día a darme tu amor, Jesús de mi vida; Nunca más pecar, sólo a Ti rendida, mi alma quiere amar”.
Segundo Himno Eucarístico
“Jesús, amor de las almas, compañero en las jornadas, tan cercano y asequible, que en mí tienes tu morada, encarnado como Hombre, tu divinidad ocultas, y al hacerte Eucaristía, por completo te despojas”.
“En tu presencia se rinden, todos los celestes coros, y en la tierra no se aprecia, que te quedes con nosotros, de tu costado nacida, en la Iglesia sigues vivo, con tu gracia y sacramentos, das la vida al redimido”.
“Jesucristo, León fuerte, y cordero obediente, en tu Corazón conforten su valor las almas débiles, por el Padre coronado, el Señor de tierra y cielo nos envíe su Paráclito, que nos guíe al Reino eterno. Amén”.
Tercer himno Eucarístico
“Esta es mi Sangre, ofrenda de la tarde, ¡oh gran Misterio!”
“Este es mi Cuerpo, cual víctima me entrego, ¡oh gran Misterio!, te adoro, Carne, Pan de hombres y de ángeles, ¡oh gran Misterio!”
“Hacedlo en mi memoria, hasta el tiempo sin horas, ¡oh gran Misterio!”
“Como víctima única, mi Carne, Alianza fúlgida, ¡oh gran Misterio!, ¿No prolongas tu muerte, por darnos vida siempre? ¡Oh gran Misterio!, si contigo en el Gólgota, contigo en la victoria, ¡oh gran Misterio! Amén”
Oración a la Sagrada Escritura
Esta oración al santísimo es muy hermosa contienen una cantidad de estrofas y refranes de la biblia donde se agrupan tratando de forma un grupo de palabras que tenga relación, están comprendidas dentro de las oraciones al santísimo sacramento en momentos especiales, durante la comunión o el matrimonio vemos una de las más importantes que se usan hoy en día:
“Yo soy la vid, Vosotros los sarmientos, El que permanece en mí y yo en él, Ése da mucho fruto, Porque separados de mí no podéis hacer nada.” (Juan 15-5), “En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.” (Juan 5-53)
“y no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí, la vida que vivo al presente en la carne, la vivo en la fe del Hijo de Dios que me amó, y se entregó a sí mismo por mí.” (Gálatas 2,20) “Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Lucas 12,34).
En el testimonio de Juan entre los versículos 6, 48-57 aparecen una larga lista de frases que se refieren a las utilizadas por Jesús, y pueden utilizarse como oración:
“Yo soy el pan de la vid, vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron; éste es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. Yo soy el pan vivo, bajado del cielo, si uno come de este pan, vivirá para siempre, y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo….”
“Si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
“El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en Mí, Y yo en él”.
“Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el que me coma vivirá por mí”.
En Mateo entre los versículos 26 y 28 se encuentra un interesante relato que es tomado como oración veamos:
“Mientras estaban comiendo, tomó Jesús pan y lo bendijo, lo partió y, dándoselo a sus discípulos dijo: Tomad, comed, éste es mi cuerpo, tomó luego una copa y, dadas las gracias, se la dio diciendo: bebed de ella todos, porque ésta es mi sangre de la Alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados”.
Comunión Espiritual
Esta plegaria sirve como realización de la Eucaristía y puede ser usada como oración al santísimo sacramento del altar, veamos su contenido y forma:
“Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar. Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón”.
“Y como si ya os hubiese recibido, te abrazo y me uno del todo a Ti. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén”.
Adoración Eucarística de Juan Pablo II
La siguiente oración fue creada por su santidad Juan Pablo II durante su peregrinación como santo padre, es una plegaria llena de mucho amor y sentimiento, considerada como una oración al santísimo después de su fallecimiento y posterior beatificación , dice así:
“Te doy gracias Señor, Padre Santo, Dios Todopoderoso y eterno porque aunque soy un siervo pecador, y sin mérito alguno, has querido alimentarme misericordiosamente con el cuerpo y la sangre de tu hijo Nuestro Señor Jesucristo”.
“Que esta sagrada comunión, no vaya a ser para mí ocasión de castigo, sino causa de perdón y salvación. Que sea para mí armadura de fe, escudo de buena voluntad, que me libre de todos mis vicios, y me ayude a superar mis pasiones desordenadas, que aumente mi caridad y mi paciencia mi obediencia y humildad, y mi capacidad para hacer el bien”.
“Que sea defensa inexpugnable contra todos mis enemigos, visibles e invisibles; y guía de todos mis impulsos y deseos, que me une más íntimamente a ti, único y verdadero Dios y me conduzca con seguridad al banquete del cielo, donde tú, con tu hijo y el Espíritu Santo, eres luz verdadera, satisfacción cumplida gozo perdurable y felicidad perfecta”. Por Cristo, Nuestro Señor, Amén
Oración al Santísimo Sacramento de Santo Tomás de Aquino
Esta hermosa oración es recomendada cuando realmente necesites la presencia de Jesús, acude a la Iglesia o capilla donde existe una imagen del salvador y con mucha y fervor realiza y tomate el tiempo que desees, apréndela:
“Sólo cuando estoy frente a Ti, me siento pleno, mi corazón se llena de paz y felicidad, tu presencia me hace sentirme amado y completo, ¡Qué agradable es tu compañía!, mi fe aumenta al sentir tu abrazo”.
“Tú eres mi seguridad, mi alivio y mi bendición, en tus manos deposito mi confianza Inexplicable es tu hermosura, infinito es tu amor. Tu misericordia es más grande que mis errores. Tu protección me llena de calma, ¡Qué privilegiado soy al estar frente a ti!”
“Vengo adorarte aunque me sienta sediento, tu amor es la fuente que sacia la sequedad de mi corazón, cuando miro tu santidad mi alma se llena de gozo, tu reinas mi voluntad, Señor Jesús. Cierro mis ojos y me siento comprendido, tu presencia es la alegría de mis tristezas, tu misericordia sana mis heridas y renueva mi vida.”
“Cuando estoy a tu lado se desvanece mi soledad. Tu gracia aparta mi debilidad y armoniza mi vida, tú seduces mi alma y transformas mi corazón, extraordinario e incondicional es tu amor, nada se compara con tu majestad y tu gloriosa presencia”.
“De rodillas me alivias y me escoges, en el silencio de tu presencia me respondes, tu Palabra me acompaña y me anima, el miedo ya no manda en mi ser, Tu Señor de mi vida, guarda siempre mi alma, Amén”.
Lista de oraciones al santísimo
Resumir en un solo artículo un volumen tan grande oraciones resulta una tarea que llevaría el complementar muchas páginas, al lector le hacemos la siguiente recomendación para que pueda establecer el criterio de conocer el nombre del resto de las oraciones al Santísimo Sacramento que se realizan hoy en dia en la Eucaristía y las festividades y actividades de la Iglesia.
Algunas oraciones están dedicadas específicamente a niños y situaciones especiales, con el objeto de concentrar la fe y la gloria de la bondad en esos casos particulares una es llamada oración al santísimo para niños, el resto de las plegarias mas conocidas sigue de la siguiente manera:
- Oración para una visita a Jesús Sacramentado
- Himno a Jesús Sacramentado por Santo Tomás de Aquino
- Oración de San Buenaventura
- Oración al Santísimo Sacramento
- Al amor de los amores Jesús Sacramentado oración de Santa Teresa de Lisieux
- Saludo a Jesús Sacramentado
- Meditación para recibir al Santísimo Sacramento
- Oración de Santa Gertrudis La grande
- Exposición y bendición con el Santísimo Sacramento
- A Jesús Crucificado
- Oración al divino rostro de Cristo
- Oración de San Alfonso María ligorio
- Desagravios al Señor
- Oración “en ego”
- Devoción al Santísimo Sacramento del Altar
- Cántico de la Santísima Virgen
- Oracion al santisimo sacramento del altar bendito sea dios.
Sigue conectado a Dios y todas su gloria visitando los siguientes enlaces relacionados con este tema:
Oración de una Madre por su Hijo Enfermo
Oración a la Coraza de San Patricio
Oración Al Brazo Poderoso Del Sagrado Corazón De Jesús