La oración es el incentivo que se da a la persona que sufre de una enfermedad terminal, la cual reviste importancia porque con ella se busca darles consuelo, ánimo a luchar y fortalecerse en la fe en Dios. En este artículo nos referiremos a esa oración para un enfermo terminal para pedir su sanación, a la eficacia de la misma, a los pasajes bíblicos de ánimo, a la asistencia al enfermo y a la actitud frente a la decisión de Dios. Al final se presenta un ejemplo de oración al enfermo.
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¿Es eficaz la oración para un enfermo terminal?
Como se expresa en distintos pasajes de la Biblia, la oración es una herramienta contundente y directa para los casos de enfermedades complicados y así se refleja lo reflejan los libros de las Sagradas Escrituras.
Veamos qué virtudes debe poseer la oración inspirada en las palabras de Dios dedicada a un enfermo:
- debe llenar y crear: Da plenitud y una luz a la persona que la recibe y le inspira a crear en su mente esperanza para transformar su vida. Asimismo, da paz a su alma, pues es la paz de Dios la que penetra y llena su corazón. Es por ello que se dice que la Palabra de Dios es viva, pues estimula al que la escucha, y ello puede generar cambios y producir los efectos deseados. Pero es importante generar o incrementar la fe de la persona.
- Proporcionar sustento: Brinda al que recibe la oración alimento para su corazón, para su espíritu y para su cuerpo, pues al nutrir su corazón y su espíritu, el cuerpo se ve también beneficiado, pues la paz y consuelo que se obtiene, es recibido también por el organismo.
- Orientar: Guía a la persona en su situación para que cambie su visión y no desespere. La persona puede percibir la oración como una forma de mirar su vida bajo una nueva luz que le inspira y puede llegar a entender que la palabra de Dios es eficaz, en su propia vida, por los cambios que se producen si se deja guiar y transformar.
- Proteger del enemigo: la oración inspirada en la Palabra de Dios, fortalece el espíritu haciéndonos más fuertes a los ataques del maligno, a quien se puede derrotar.
Cuando decimos que la oración es eficaz, es así, pues se tiene constancia vivencial de enfermos que han superado su situación y han podido obtener lo que piden a través de la oración.
La eficacia de la oración sobre una persona enferma la encontramos en muchos de los testimonios que da la Biblia. Así lo podemos corroborar tanto en el Nuevo como en el Viejo Testamento en distintos relatos que así lo revelan.
No se puede cuestionar, entonces, lo que dicen las Escrituras, puesto eso está corroborado por todo y por todos y confirma que Dios escucha y responde a nuestras oraciones, llena y da su protección y provisión en todo momento y a todos por igual.
La Palabra de Dios en oración hace que las emociones y el espíritu se muevan y se sensibilicen y cuando eso sucede es como si Dios mismo nos hablara.
El aprender porque la oración es palabra de Dios viva y eficaz permite comprender la razón del por qué el cambio de algunas personas en su manera de actuar y proceder.
Pasajes bíblicos de ánimo al enfermo
Las circunstancias por las que atraviesa una persona enferma lo debilitan tanto física como espiritualmente. He allí la importancia que reviste el ofrecer a esas personas una oración de sanación, de manera tal que ella pueda encontrar los refuerzos espirituales que le ayuden a superarse ante estas dificultades cuando la fe ha disminuido.
Cuando nos enfrentamos a esas situaciones de desánimo, es cuando más debemos orar y leer la Biblia, de lo contrario daremos espacio al enemigo para que tome terreno en nuestra vida.
Es imprescindible actuar con la palabra de Dios rápidamente y evitar la depresión, rechazo y tristeza. Veamos algunos pasajes bíblicos que nos ayudan a realizar esta tarea.
- Juan 16:33 – “Estas cosas os he hablado para que en mi tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo“
Valiéndonos de este versículo, damos cuenta al enfermo de que Dios da paz y que por eso debemos descansar en sus preceptos y que nada pasa si Él no lo permite, que debemos confiar en su Palabra.
- Josué 1:9 – Se nos señala en este pasaje que Dios nunca abandona solos a sus hijos, que Él siempre está ahí ayudando y fortaleciendo nuestra fe y amor. Nos revela también que a pesar de todo, debemos esforzarnos, sin desanimarnos.
De allí la importancia de conocer las Escrituras, pues ellas nos indican como actuar en determinadas situaciones.
- Mateo 11, 28-30 – El versículo hace referencia al pedido del Señor Dios a dejarle a Él los problemas y las angustias y que se debe descansar en la tranquilidad que Él provee, con la certeza de que resolverá cualquier dificultad y aligerará las cargas.
- Mateo 7:7 – “Pidan y se les dará; busquen y hallarán; llamen y se les abrirá la puerta.”
Mediante este versículo podemos pedir al Señor que nos dé la fortaleza para animar al enfermo a pedir al Señor su sanación en la confianza que Él se la concederá si le pide de corazón, con fe, con humildad, con arrepentimiento por las ofensas cometidas.
Tratar de que la persona no se encierre en sí misma, en su dolor, en su incomodidad. Debemos animarlo a tocar la puerta del Señor, pues está la promesa de Dios que está de su parte y presto a escuchar sus peticiones, sus oraciones.
- Isaías 41: 10 – “No temas, que contigo estoy yo; no receles, que yo soy tu Dios. Yo te he robustecido y te he ayudado, y te tengo asido con mi diestra justiciera.”
Hacer entender al enfermo que las fuerzas que requiere las puede con encontrar en las manos de Dios. Solo a Él hay que acudir para expresarle ya sea algo bueno o malo. No hay más salida. Pedirle a Dios y alimentar la fe con las Escrituras Sagradas.
- Deuteronomio 31:8 – “Yahveh marchará delante de ti, él estará contigo; no te dejará ni te abandonará. No temas ni te asustes.”
Nos habla este versículo de que confiando en la Palabra de Dios, la persona estará protegida, no será desamparada. Se trata de una palabra viva, cierta y que no cambia, como tampoco lo hace Dios.
- Salmo 20:2 – Dar certeza al débil de que Dios responde y que se puede descansar en su Palabra siempre, no importa la situación que se esté atravesando. La confianza y la seguridad se deberá depositar en Él.
Ejemplo de oración para un enfermo terminal
En el nombre de nuestro Padre que está en los cielos y nos bendice. Perdóname las ofensas que he cometido, por mis faltas y porque no he hecho lo que sé que te agrada.
Quiero agradecer, primeramente, por el sacrificio de amor que hiciste por nosotros al morir en la cruz y redimir nuestros pecados.
Te agradezco también porque me amas, aun cuando soy indigno de tu amor. Gracias por darme una nueva oportunidad de hablar contigo y porque escuchas mis oraciones.
Te reconozco como mi Señor y único Salvador y hoy quiero interceder ante ti por la vida de mi ser querido.
Quiero pedirte perdón en su nombre por sus pecados y fallas. Padre, por tu infinito y misericordioso amor, te pido que te apiades de él y de su Espíritu.
Te ruego que alivies el dolor que está sintiendo en este momento. Señor, no sé lo que tienes destinado para él, por eso te pido que se haga tu santísima voluntad.
Danos la fortaleza, Padre, para afrontar lo que tu decidas. Hago esta oración para este hermano enfermo terminal para que tengas misericordia de su vida.
Te lo pido, Señor Padre, en el nombre de tu amadísimo hijo Jesús.
Amén
Otras oraciones propicias
Son varias las oraciones y rezos, aparte de las que surgen de la inspiración propia de cada quien, que se pueden brindar a la persona enferma solicitando su sanación.
Así tenemos, por ejemplo, rezar la coronilla de la Divina Misericordia, tal y como lo pidió Jesús a través de santa Faustina Kowalska: «Cuando recen esta coronilla junto a los moribundos, me pondré entre el Padre y el alma agonizante no como el Juez justo, sino como el Salvador misericordioso».
También podemos repetir en varias ocasiones ante la presencia del enfermo: Señor Jesús, Hijo de Dios, ten misericordia de tu siervo que pecador es. Amén, pidiéndole, al final, al Señor que perdone sus pecados y le conceda el perdón.
Asimismo se le puede rezar en repetidas oportunidades la siguiente oración: “¡Oh buen Jesús! El dolor y el sufrimiento de los demás conmovía tu corazón. Mira con piedad y misericordia el alma de tu siervo. Oye mi clamor de compasión por él y haz que disfrute pronto del descanso eterno en el hogar de tu amor en el Cielo. Amén”
Asistencia en el momento difícil
También podemos ayudar al hermano enfermo, no solo dándole apoyo material y espiritual, sino igualmente proveyéndolo que reciba la debida asistencia en cuanto al santo sacramento necesario para su condición y darle la confianza de que la infinita misericordia de Dios le va a guiar en esa situación.
Al respecto reiteramos lo dicho por el papa Francisco y nos hacemos eco de lo bien expresado por él sobre la atención a los enfermos. Citamos:
«Curar la enfermedad pero, sobre todo, cuidar al enfermo. Son dos cosas diferentes, y las dos importantes. Puede suceder que, mientras se medican las heridas del cuerpo, se agraven las heridas del alma, que son más lentas y, con frecuencia, más difíciles de sanar. Tanta gente tiene necesidad, tantos enfermos que se pelean por palabras de dulzura, que dan fuerza para llevar adelante la enfermedad o ir al encuentro con el Señor: tienen necesidad de ser ayudados en confiar en el Señor».
Sacramento de la unción de los enfermos
Como sabemos la unción a los enfermos es un acto litúrgico mediante el cual se signa al enfermo con los santos óleos, con el fin de atraer la salud de alma, espíritu y cuerpo. También se le administra a los que están en peligro de muerte o en edad avanzada.
Gracias a este acto se le confiere a la persona la gracia especial para enfrentar las dificultades que la enfermedad que padece o la vejez le impone. Es la fortaleza que debe tener la persona para poder sobrellevar ese momento de tránsito, sobre todo si es el tránsito a la Casa del Padre a través de la muerte.
En este acto se le unge la frente y las manos del enfermo y el obispo o presbítero, quienes son los únicos con la facultad para administrar este sacramento, le reza la oración litúrgica indicada.
Según las prácticas recientes una persona puede recibir más de una vez este sacramento, siempre que se trate de una enfermedad grave, incluso cuando el estado grave es producto de una recaída por una condición anterior en la que ya se le había administrado el sacramento.
Como beneficios inmediatos que tiene el enfermo luego de la unción están:
- Encontrar la paz y el consuelo para su pena.
- Obtener el perdón por sus pecados, en caso de que no lo haya hecho con el sacramento de la reconciliación
- Restituir su salud corporal, si conviene a la salud espiritual
- Prepararse para el paso a la vida eterna.
Actitud frente a la decisión de Dios
Es muy difícil enfrentar la situación de un enfermo terminal, ya que angustia a todos, quienes están siempre con la esperanza de que pueda sanar, de que suceda un milagro.
No obstante, es decisión de Dios el destino de esa persona, quien es quien sabe si su partida es para su descanso merecido.
Pero resulta un momento duro para los familiares aceptar con resignación ese designio de Dios, por el vacío que deja la persona, el cual nunca más nadie llenará.
Incluso ha sucedido que es el mismo enfermo que desea partir a la Casa del Padre, pues aparte del dolor que padece, siente el llamado del Señor y desea ya salir de ese trance.
Por eso la oración para un enfermo terminal ayuda a aliviar la pena tanto del enfermo como de los familiares y para que Dios se apiade tanto de uno como de los otros.
En estos casos tan difíciles, lo más apropiado es:
- Aferrarse a la palabra de Dios.
- Pedirle la fortaleza para aceptar sus designios, los cuales no entendemos porque eso está más allá de nuestro entendimiento humano.
- Pedir que se haga su santa voluntad, ya que es el propósito de Dios el que prevalece.
- Aceptar que no es un castigo divino.
- Lo que Dios hace, aun cuando no lo comprendamos, es para bien.
- Entender que Dios quita lo malo para dar lo bueno y también quita lo bueno, para dar lo mejor.
- Apelar a la sabiduría de su palabra, para, en cierta medida, poder comprender esto.
- Buscar a Dios y el consuelo en la oración.
- Pedir a Dios que nos ayude a sanar el dolor.
La Biblia dice en Filipenses 4:13 que «todo lo puedo en Cristo, que me fortalece», lo cual nos indica que debemos dejar todo en manos de Dios Padre, quien es el que todo lo sabe y todo lo puede.
Ayuda al enfermo
Todos podemos percibir lo triste que debe ser la situación de un enfermo que, además de sufrir por dolencia física, tenga también que pasar por el dolor de sentirse solo en su penuria y no contar con la palabra amiga, no solo de sus familiares, también de amigos y conocidos.
En la doctrina cristiana se han implementando diversas formas de tratar de mitigar esa situación, proporcionándole la debida asistencia a los enfermos de una forma más misericordiosa. Así podemos evidenciarlo en:
- Ayuda asistencial mediante medicamentos e implementos que el enfermo necesita.
- Ayuda que se les dispensa para atender sus necesidades básicas de comida y aseo.
- Visitas regulares y acompañamientos a sitios de atención al enfermo en los que se les prodiga la palabra de Dios de consuelo, bienestar y ánimo.
Son estas algunas de las formas en que se puede apoyar a un enfermo sobre todo si está en una etapa terminal. No obstante, lo que más aprecia una persona en esas circunstancias es la palabra de aliento y la oración cumple con ese cometido.
Ahora bien hay tres aspectos importante a tomar en cuenta en una oración de sanación, los cuales fueron muy bien definidos por Francis MacNutt, quien es sacerdote y ministro de sanación en Saint Louis Missouri, y es, además, autor de libros católicos sobre dimensiones curativas. Dichos aspectos son:
- La oración requiere discernimiento; es decir es indispensable saber de manera explícita el por qué se ora y que la misma esté inspirada por el Espíritu Santo, de manera de lograr la efectiva sanación.
- La curación requiere tiempo, instando con ello a rezar por un período largo durante el cual se hace imposición de manos a la persona afectada.
- Las emociones necesitan sanación; por lo que se le pide a la persona enferma que se arrepienta de sus decisiones y emociones impuras, que perdone a sus enemigos y que deje entrar en su espíritu a Jesucristo para que sane todo recuerdo de dolor.