Martes y Viernes de Misterios Dolorosos y Santo Rosario

Los Misterios Dolorosos, consisten en la aflicción que llegó a pasar nuestro señor Jesucristo, además de que hace referencia a la resurrección de Cristo al 3er día luego de haber muerto. En el siguiente artículo conoceremos todo lo referente a que son los Misterios Dolorosos y en qué consisten.

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Misterios Dolorosos

Los llamados Misterios Dolorosos del Santo Rosario. Posteriormente de los denominados Misterios Gozosos del anuncio y de la niñez de Jesús, y también de los Misterios Luminosos de la vida pública de nuestro señor Jesucristo, dichos misterios dolorosos tienden a abordar lo que es la Pasión, desde el monte Getsemaní hasta lo que llega a ser su Santo Sepulcro. Tras estos llamados Misterios proceden los Misterios Gloriosos, que son referente a la resurrección de Cristo.

Los Misterios Dolorosos del Santo Rosario tiende a escoger ciertos momentos de la Pasión de Cristo, llegando a instituir a los creyentes que todos y cada uno de ellos hablan de la revelación del gran amor y la fuente de salvación de los creyentes por medio de Cristo.

Los misterios dolorosos o Santos Rosarios del Viernes hacen que el creyente vaya y reviva la muerte de Jesús ubicándolos al pie de la cruz del calvario junto a su madre María, para que penetre juntamente con ella en la enorme cantidad de amor de Dios hacia el hombre y poder sentir toda su plena fuerza regeneradora en nuestro ser.

Desde la institución de los Misterios Luminosos dados por el Papa Juan Pablo II, se llegan a reservar el día Martes y el día Viernes para llegar a recitar y meditar sobre los Misterios Dolorosos. Llegan a ser unos 5 eventos de los Misterios Dolorosos los cuales son los Siguientes:

Introducción

Para comenzar estos Misterios Dolorosos lo primero que se debe de hacer es realizar un Credo, un Padre Nuestro, 3 Ave María que sean por la fe, la caridad y la esperanza, un Gloria.

Oración Inicial

Antes de comenzar con los rezos y las reflexiones sobre los Misterios Dolorosos del Santo Rosario se debe de iniciar con una oración de comienzo la cual es la siguiente:

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

¡Oh Dios!, tú único y verdadero Hijo nos ha conseguido por medio de su muerte y resurrección los bienes de la gran salvación eterna: te pedimos que nos concedas que, venerando estos misterios dolorosos en el Santo Rosario de la Virgen María, podamos imitar aquello que llegan a contener y podamos obtener aquello que prometen. Por el nombre de Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Primer Misterio Doloroso: La Agonía de Jesús en el Huerto

La Cita Bíblica que habla de este Misterio Doloroso es la siguiente, encontrada en el libro de Lucas capitulo 22 del versículo 39 al 44, que dice:

“Salió y fue, según su costumbre, al monte de los Olivos. Sus discípulos lo acompañaban. Cuando llegó al lugar, les dijo: Orad para no caer en la tentación. Él se apartó de ellos como un tiro de piedra, se arrodilló y se puso a orar, diciendo: Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya. Y se le apareció un ángel del cielo reconfortándolo. Entró en agonía, y oraba más intensamente; sudaba como gotas de sangre, que corrían por el suelo”.

Lucas 22:39-44.

Este tipo de lucha y la victoria solamente llegaron a ser posible gracias a la oración que nuestro señor Jesús realizó. A través de la oración realizada, Jesús logra ser el vencedor de la Tentación, desde un comienzo y en el último combate de su agonía.

Mientras se reflexiona en el primer misterio doloroso se puede realizar un Padrenuestro, 10 Avemaría y 1 gloria. Y se procede a hacer la siguiente oración:

Oh Jesús mío, te pido que perdones todos nuestros pecados, que nos libres del fuego del infierno, que por tu infinita misericordia sean llevadas al cielo nuestras almas, en especial a todas aquellas que son muy necesitadas de tu gran misericordia.

Oh Dios, grande, omnipotente y misericordioso, que estando en el huerto de los Olivos abandonaste a tu Hijo en una amarguísima agonía para poder hacer la expiación de los pecados de todos los hombres de este mundo; convierte a ti, la suma bondad, nuestras frágiles voluntades para que de esa manera detestando el pecado, nos podamos convertir a la santidad y a la justicia. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ofrecemos este gran misterio por todos los pobres y por todos los que tienden a sufrir:

Para que el Señor sea el que los auxilie en todas sus necesidades, y aprendan a poder descubrir la dimensión reconciliadora del dolor y también logren encontrar en todos los miembros de la Iglesia un testimonio de amor solidario como el de Jesús. Amén.

Segundo Misterio Doloroso: La Flagelación del Señor

El segundo misterio doloroso o Santo Rosario del Martes se encuentra en la flagelación de Jesús, la cual se encuentra en el libro de Juan capítulo 19 versículo del 1 al 3, y dice de la siguiente manera:

“Pilato entonces tomó a Jesús y mandó azotarle. Los soldados trenzaron una corona de espinas, se la pusieron en la cabeza y le vistieron un manto de púrpura; y, acercándose a él, le decían: “Salve, Rey de los judíos”. Y le daban bofetadas”.

Juan 19:1-3.

Los padecimientos que llevó Jesús han ido tomando una forma histórica muy concreta por el simple hecho de haber sido rechazado y reprobado por los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos de esa época, los cuales tuvieron la labor de llevar a Jesús a ser entregado ante los gentiles, para que se burlaran de él, le azotaran y le crucificaran.

Oh Dios de gran e infinita bondad y también de eterna justicia, que llegaste a tolerar la pena dolorosa de la flagelación de tu amado y divino Hijo para que por medio de su sangre pudiesen ser lavados los hombres de la miseria; imprime en nosotros los sentimientos de vivo dolor por todos nuestros pecados y al mismo tiempo confirma el sincero propósito de poder repararlo generosa y sinceramente. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Ofrecemos este gran misterio por el Santo Padre, el denominado Papa Juan Pablo II:

Para que el Señor que lo ha llegado a elegir como el sucesor de San Pedro, lo cuide y también lo ayude en todo momento, con el propósito de que sea para la Iglesia principio y el fundamento de manera visible de la unidad de la fe y de la comunión en la caridad. Seguidamente se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria al Padre.

Tercer Misterio Doloroso: La Coronación de Espinas

Otro de los misterios Dolorosos específicamente el tercero tiene que ver con la Coronación de Espinas, es decir, cuando los soldados romanos llegaron a crear una corona de espinas que le fue colocada luego de haber sido azotado. Esta escritura la podemos encontrar en el libro de Mateo capitulo 27 versículo 27 al 29 que dice así:

“Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto púrpura y, trenzando una corona de espinas, se la pusieron sobre la cabeza, y en su mano derecha una caña, y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: “Salve, Rey de los judíos”.

Mateo 27:27-29.

El amor de Dios hasta el extremo tiende a ser el que confiere su valor de redención y también de reparación, además de expiación y de satisfacción al sacrificio de nuestro Señor Jesucristo. El cual nos ha conocido y de la misma manera nos ha amado a todos en la ofrenda de su vida.

La gran sabiduría eterna de Dios, que no te guardastes a tu hijo, nuestro gran salvador, el dolor y la aflicción de que le colocaran una corona de espinas para que fuese expiado de manera especial los pecados de impureza y de orgullo de toda la humanidad; por lo que hicisteis ese gran sacrificio para salvarnos de las tinieblas del mal. Por nuestro señor Jesucristo. Amén.

Este misterio doloroso es ofrecido por las familias:

Para que las relaciones de los padres con los hijos y de los esposos con las esposas se encuentren vivificadas por el amor, la comunicación y también por el respeto. Seguidamente se reza un Padrenuestro, 10 Avemarías y un Gloria al Padre.

Cuarto Misterio Doloroso: Jesús con la Cruz a Cuestas

Otro de los Misterios Dolorosos es el cuarto el de Jesús con la Cruz a Cuestas. Este puede ser leído en el libro de Marcos capítulo 15 versículo 21 al 22, que dice de la siguiente manera:

“Y obligaron a uno que pasaba, a Simón de Cirene, que volvía del campo, el padre de Alejandro y de Rufo, a que llevara su cruz. Lo condujeron al lugar del Gólgota, que quiere decir de la “Calavera”.

Marcos 15:21-22.

En el libro de Juan de la misma manera se puede encontrar otras de las Citas Bíblicas que llega a hacer referencia a este acontecimiento el cual dice de la siguiente manera:

“Jesús quedó en manos de los judíos y, cargado con la cruz, salió hacia el lugar llamado “la calavera”, en hebreo “Gólgota”, donde lo crucificaron”.

Juan 19:17-18.

Oh Dios, que te llegaste a manifestar con tu gran e inmenso amor en la admirable redención del hombre y que de la penosa subida a la cruz del Calvario de tu divino Hijo fue que sacaste la plena satisfacción por las culpas de toda la humanidad completa; convierte a todos los pecadores al verdadero camino, para que de esa manera vuelvan a recorrerlo, llegando a aceptar de buen grado el peso de la cruz y también de las humillaciones a causas de sus pecados. Por nuestro señor Jesucristo. Amén.

La realización de este misterio doloroso es por todos aquellos pueblos de la tierra:

Para que, sean plenamente iluminados por la sabiduría del Santo Espíritu de Dios, y que al mismo tiempo reconozcan al Señor Jesús como el Hijo amado que el Padre llegó a enviar para la salvación de toda la humanidad. Seguidamente se reza 1 Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria al Padre.

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Quinto Misterio Doloroso: La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor

Finalmente, el último de los Misterios Dolorosos, específicamente el Quinto el cual se trata de la Crucifixión y la muerte de Jesús en la cruz del calvario. Este evento puede ser hallado en el libro de Lucas capítulo 23 versículo del 33 al 46, y dice así:

“Llegados al lugar llamado “La Calavera”, lo crucificaron allí a él y a los dos malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. Jesús decía: “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” El velo del Santuario se rasgó por medio y Jesús, dando un fuerte grito dijo: “Padre, en tus manos pongo mi espíritu” y, dicho esto, expiró”

Lucas 23:33-46.

Las escrituras también hacen referencia a este evento en el libro de Juan capítulo 29 versículo 28 al 30 y dice:

“Después de esto, Jesús, sabiendo que todo se había consumado, para que se cumpliera la Escritura, dijo: “Tengo sed”. Había allí un vaso lleno de vinagre; empaparon una esponja en el vinagre, la pusieron en una caña y se la acercaron a la boca. Cuando Jesús lo probó, dijo: “Todo está cumplido”. E, inclinando la cabeza, expiró”.

Juan 19:28-30.

Te imploramos, Oh Señor mío, que, por tu misericordia infinita, por la muerte de tu hijo amado Jesucristo en la cruz del calvario, en obediencia suprema a tu designio divino; para que en todo momento por los siglos de los siglos sea dignamente honrada tu justicia y que todos los hombres puedan plenamente ingresar a gozar de tu presencia en la casa paterna. Por nuestro amado señor Jesucristo. Amén.

Los Misterios Dolorosos en especial este es ofrecido por el incremento de nuestro amor filial a la Santa María:

Para que todos juntos amándola como el Señor Jesús la llega a amar, María nos pueda configurar mucho más plenamente con su divino Hijo Jesús. Seguidamente se hace 1 rezo del Padrenuestro, 10 Avemarías y 1 Gloria al Padre.

Conclusión

Para concluir con los Misterios Dolorosos de la resurrección de Jesús se hace lo siguiente:

Concluimos este rezo del Santo Rosario dirigiendo a la Madre de nuestro señor Jesús, con gran amor filial, el rezo de la Salve: Dios te salve, Reina y Madre… Igualmente se pueden llegar a rezar las Letanías.

Por lo que te pedimos, Señor, que nosotros, todos tus siervos, podamos gozar en todo momento de la buena del cuerpo, de la mente y del espíritu, y por la intercesión de la Santa María, la Virgen, te pedimos que nos libres de las tristezas de este mundo y que nos concedas las alegrías del cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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