Fe, Esperanza y Caridad, las Virtudes Teologales

Las virtudes teologales son características que debe poseer todo cristiano o creyente de Dios, como sabemos son Fe, Esperanza y Caridad. El ser humano en general debe poseerlas y poner en práctica en cada momento de nuestro diario vivir.

fe esperanza y caridad

Las virtudes en general

Comenzaremos por definir que la virtud no se trata de algo con lo que nace el ser humano, ni es un título de estudio o es algo que nos colocamos encima; no podemos decir ni siquiera que se trate de un don natural, ya que sino no podría considerarse virtud.

Lo que si podemos decir de ella es que se considera una condición humana lo cual se traduce como una disposición y capacidad para la virtud, facilitando la adquisición de éstas a través de medios adecuados que el mismo humano ponga en práctica.

Asimismo la virtud es considerada la disposición como decíamos anteriormente del ser humano, la cual es adquirida por la actuación consciente y libre de acuerdo al bien.

Para que la virtud sea virtud realmente debe ser habitual, no una actitud de vez en cuando o aislada. Se considera segunda naturaleza a la hora de pensar, reaccionar, actuar, etc. Lo contrario es el vicio, igualmente es un hábito que se adquiere por actos opuestos al bien.

Las Virtudes Teologales: Fe, Esperanza y Caridad

Cuando hablamos de virtudes teologales Fe y  Esperanza , y por último Caridad, las personas están predispuestas a aguantar un discurso sobre un sermón o prescripción lejos de intereses propios. Las virtudes teologales suelen estar hechas para pocas personas, ya que la mayoría no practican ni conocen de manera profunda, sobre todo cuando se encuentran ocupadas en asuntos mundanos.

Esto es algo teórico, ya que tristemente para la mayoría de los mortales, esto toca muy poco el interés y la propia vida. Esto no debería pasar así, ya que las virtudes teologales: fe, esperanza y caridad se debería caracterizar por convertirse en el hábitat o ambiente del cristiano, aún de la cotidianidad y las adversidades materialistas del mundo entero.

Virtudes teologales

Como especificamos en párrafos anteriores estas son tres: fe, esperanza y caridad. Estas fueron implantadas por Dios en cada alma del viviente el día del bautismo, las cuales debemos hacer florecer con nuestra actitud, oración y sacrificio.

Fin de las virtudes teologales

El propio Dios nos concedió las virtudes teologales Fe, Esperanza y Caridad, a fin de que aprendamos a actuar en relación a lo divino, o sea como sus hijos que somos y así ayudarnos a superar los impulsos naturales que sentimos hacia los demás como egoísmo, placeres y comodidad.

Características 

Las virtudes teologales presentan una serie de características que nos indican claramente su función en nuestras vidas, por obra de Dios a todos los seres humanos, entre ellas podemos mencionar:

  • Son regalos de Dios mismo, no logros del hombre.
  • Ellas siempre requerirán nuestra colaboración de forma libre y con conciencia para perfección y crecimiento.
  • No son virtudes sólo de forma teórica, sino un modo de aplicación directa en nuestro vivir diario.
  • Las tres virtudes fe, Esperanza y Caridad, siempre van juntas.

La virtud teologal de la Fe

Tal como dice la propia Biblia la Fe se define como tener la certeza de lo que no se ve, es decir es creer en las cosas que solicitemos de Dios en nuestras vidas sin necesidad de tener que verlo de manera física, sino es tener la confianza de creer que ya esta realizado sin aun verlo.

Definición

Es un regalo, una bendición divina por medio de la cual reconocemos a Dios, vemos a través de ella la mano de él en cada una de las situaciones que vivimos en el diario vivir, así como podemos ver las situaciones como el mismo Dios las ve.

fe esperanza y caridad

Por lo tanto, la virtud de la fe no es algo teórico, sin forma de doctrinas que debemos aprender. Es más que eso es una luz con la cual podemos entender las cosas de Dios.

Características

  • La virtud de la Fe podemos definirla como un encuentro con Dios, sus enseñanzas, ejemplos de su vida y salvación. Con la Fe verdadera en Dios el ser humano profesa una respuesta libre a ese encuentro directo con Dios, asimismo es la entrega total a él con voluntad e inteligencia.
  • La Fe es una virtud sencilla, no se trata de discursos ni asuntos abstractos, es una realidad de apego a Dios, así como María y Abraham.
  • Debe cambiar nuestra vida, debe estar plenamente demostrado en la vida de cada uno de los creyentes en Dios. Por tal razón debemos afirmar que debemos vivir de Fe.
  • Podemos considerar la Fe como experiencia, o la enseñanza de Dios mismo de forma privada con cada uno de sus hijos. Los que tienen fe disfrutan de la presencia de Dios. Es conocimiento del espíritu mismo de Dios, que nos lo concede para tener relación privada con Él.
  • Estos privilegios o momentos con Dios deben estar manifiestos en nuestras almas por medio del dolor, sacrificio, situaciones de prueba, en momentos que es requerida la mayor humildad de corazón y mayor desapego de nosotros mismos.
  • Es objetiva, a través de la Fe, creemos en un Dios que se nos revela a través de su propia palabra, recibida por la Iglesia. Esta palabra es necesario que la conozcamos, aprendamos y ponerla en práctica en nuestra vida, así como sentirla viva en nosotros.
  • Tener Fe siempre termina en compromiso con Dios. Es un compromiso nuestro con Dios, debemos ser fieles a sus enseñanzas, leyes y en la entrega total a Él. Debe existir en nosotros compromiso en la defensa con nuestra propia palabra y testimonio vivo; alimentarla con lectura continua de la Biblia y hacerla pública alrededor de nuestra vida diaria.

La virtud teologal de la Esperanza

Debido al temor, angustia  ante las situaciones de la vida, las personas caen en desanimo y sus pensamientos se tornan negativos en cuanto a que no hay nada que hacer, que nada se puede lograr. Sin embargo hay muchas otras personas que piensan que la esperanza es imaginario o ser ingenuo.

Pero debemos preguntarnos ¿En que forma reaccionarán los cristianos ante el mal, los problemas de la vida y las dificultades? ¿Estas actitudes las debe tener un cristiano en su vida? ¿Es verdad que Dios se manifiesta en la vida de cada uno de nosotros?.¿Cuál será la mayor aspiración de un cristiano?

Definición

La virtud de la Esperanza es por medio de la cual deseamos a Dios como Bien del Supremo Creador, a través de esta virtud tenemos la confianza firme de lograr la felicidad así como la manera de lograrla.

Fundamento

Debemos vivir confiados en tener esperanza ya que creemos en Cristo que es Dios omnipotente y de bondad, y por ello no falla a sus promesas. Asimismo lo especifica el Eclesiástico: Sabed que ninguno esperó en Jesús que fuera confundido. ¿Quién que se mantenga fiel a sus enseñanzas, habrá sido abandonado por Él, o quién, que le hubiere llamado, habrá sido por Él desatendido? Ya que el Señor tiene piedad y misericordia (2, 11-12).

Efectos

  • Coloca en nuestros corazones el deseo de ganarnos el cielo y de la posesión de Dios, desechándonos o alejándonos de los bienes terrenales.
  • Hace poderosas nuestras plegarias.
  • Nos concede ánimo y entrega en la lucha, concediéndonos el éxito.
  • Prepara a la misión que tenemos encomendada, ya que debemos lograr que sean cantidad de personas que lleguen a la posesión de Dios.

Obstáculos

Presunción: tener la seguridad de Dios al cielo y la gracia pertinente para poder llegar a Él, sin colocar de nuestra parte los medios que necesitemos.

Desesperación y desaliento: cuando nos sentimos tentados o vencidos en la lucha, nos desanimamos y pensamos que nunca lograremos cambiar y comienza el desespero de la salvación.

La Eucaristía, prenda del mundo venidero

Esta esperanza de logro del Reino se es realizada de forma misteriosa y real en cuanto a la comunión eucarística. La comunión es el comienzo a disfrutar la promesa del cielo y aumentar el deseo de la posesión eterna. Es una visión futura a la vida eterna en la tierra. Y es la seguridad y certeza de nuestra esperanza.

La virtud teologal de la Caridad

Debido a la esperanza es que tenemos la confianza del cumplimiento de las promesas de Jesucristo. Por medio de la Caridad actuamos en relación a lo que nos enseña el Evangelio. Estas dos virtudes teologales (Fe y Esperanza) no poseen sentido si no tienen el sentido de verdadero amor sobrenatural o caridad cristiana.

Definición

La virtud de la Caridad es la que a través de ella podemos profesar el amor a Dios y a nuestros hermanos en Cristo. Por esta misma virtud Dios nos hace participantes de su amor.

Esta experiencia del amor de Dios la viven muchos hombres. San Pablo dice: “Me amó y se entregó por mí”. Los que experimentan este amor han quedado satisfechos y dejan toda seguridad de la vida en demostrar el amor de Dios.

Características del amor de Dios

  • El amor de nuestro Padre Dios es lo más verdadero y seguro: siempre ha existido desde antes de nuestro nacimiento. Una vez que se consigue, se siente la sensación de haber perdido el tiempo, debido a la angustia por tantas cosas que no merecían haber luchado por ellas.
  • Este amor de Dios es firme y sólido como la roca como la que menciona el evangelio. El amor de la humanidad hay que sostenerlo de forma constante, hay que alimentarlo de manera continua para evitar que se apague.
  • Es un amor fresco, bello, nuevo todo el tiempo. San Agustín nos muestra su experiencia reveladora en estas palabras: “¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé! Y estabas tan dentro de mí y yo fuera, y por fuera te buscaba; y deforme como era me inclinaba sobre las cosas bellas que creaste. Te encontrabas conmigo mas yo no estaba contigo… Me llamaste, clamaste y quebrantaste mi sordera; iluminaste y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume y lo absorbí y ahora te deseo; probé de Ti, y ahora siento necesidad y sed de Ti; me tocaste y deseé la paz que procede tú concedes!”.
  • Amor eterno, así es el amor de Dios, no termina, cansa, no tiene límites. Si existen situaciones difíciles no es por Dios.

Otras características del amor

  • Sinceridad y pureza: este es un amor caracterizado por que nace del interior de la propia persona. No se considera un amor de apariencias, debemos tener en cuenta que Jesucristo siempre ve el corazón de las personas y su intención, es por ello que alaba a la pecadora arrepentida y la hipocresía de los fariseos echándoselo en la cara.
  • Servicio al que necesita: ayudar a la persona que tenga necesidades en alma y cuerpo. Jesús cura las enfermedades y sus bondades se caracterizan por dar de comer al que lo necesite, consolar a los tristes, cura enfermedades, ofrece el perdón, ilumina el corazón y la mente, en resumen esto se encierra en servir a los demás.
  • El perdón y la misericordia: se consideran las expresiones más bellas del amor que dios profesa a sus hijos, Él nos da ejemplo a través de su Hijo Jesucristo.
  • En relación a la fase de perdonar, tal vez lo que más cuesta a la persona es el olvido de lo que puedan haberles hecho, injurias o difamación. Sólo la gracia de Dios concede paz, perdón y amor hacia el difamador.
  • Universalidad y delicadeza: la universal: debe caracterizarse por amar a todos, por ser hijos de un mismo Dios. Delicada: busca estar presente en las cosas pequeñas, posee características y sensibilidad en cada persona diferente.

Himno a la caridad de san Pablo (1 Cor, 13, 1ss)

Paciencia: no se trata de incomodarse ante las adversidades sino aguantar hasta que vengan tiempos mejores, ni es valido el “que se le va a hacer”.

Es saber aguantar con pensamientos positivos con cara a Dios, ya que Él nos sobrepone ante la indiferencia, las contrariedades, malas situaciones, ingratitud, ya que descansa en Dios.

Es buena: procura bien, dulzura, bondad

No tiene la característica de envidiosa, ni se molesta por el hecho de dar.

Es tolerante, no es interesada

No es descortés, al contrario espera y todo lo perdona.

Se caracteriza por complacerse en la verdad

La caridad no pasará jamás

Resumen de la ley

Jesús en su palabra nos enseña el amor a Dios sobre todas las cosas y el amor a nuestro prójimo como principal mandamiento de sus leyes. Predica dos enseñanzas como un solo mandamiento.

Lo que quiere decir que el amor de Dios y para Dios cuando es sincero dentro de nuestro corazón, nos hace sentir amor hacia los demás como nuestros hermanos. La caridad tiene una característica divina de eliminarnos el egoísmo y en cambio nos hace vivir entregadas a la generosidad, amabilidad, o sea el amor mismo.

Cuando suceden peleas y egoísmos, Dios no puede habitar dentro de esa alma. Sólo cuando hay sencillez, desapego, servicio, perdón, apertura, allí está Dios de seguro en esa alma.

El amor a nuestro prójimo busca el bien de la humanidad, ello está al alcance de nuestras obras: amigos, familiares, compañeros de estudio y de trabajo, aquellos que se cruzan en nuestro diario caminar por la vida, incluso las personas que nos puedan haber hecho daño.

Conclusión

Las tres mayores virtudes como mencionábamos en párrafos anteriores son Fe, Esperanza y Caridad. Ellas son denominadas teologales ya que su eje principal es la figura de Dios.

A través de la Fe nos apegamos a lo que Jesús nos enseñaba en su palabra. Por la esperanza obtenemos de Dios su apoyo para enfrentar las situaciones difíciles que se nos puedan presentar ante la vida.

La Caridad permite que a través de ella amemos en todo sentido y con amor puro y verdadero a Dios, con nuestras buenas acciones a través de la Caridad podremos lograr algún día ver cara a cara a Dios.

Estas son las virtudes que son consideradas más desarrolladas ya que a través de ellas perfeccionamos otras que el hombre no alcanza tan fácilmente en el transcurso de su vida diaria.

Toda la creación existe como sabemos por y a través del Verbo de Dios Padre. Dada las enseñanzas del inicio de los tiempos las tres virtudes podemos decir fueron fortalecidas en función de la Encarnación de Jesús.

El motivo de la Fe es la autoridad de Dios mismo sobre las cuales el hombre debe creer fielmente. Dios no se equivoca, es infalible ni puede equivocarnos a ninguno de nosotros.

La esperanza está fortalecida por medio de la Encarnación igualmente del Verbo. Nuestra Fe se fortalece a través de ella, y no conforme con ello igualmente mueve nuestra Esperanza. Las tres virtudes van juntas de la mano. A través de esta virtud esperamos y pensamos en el bien Supremo.

Igualmente esta virtud nos hace sentir ánimo ante el desanimo de las circunstancias propias de los problemas, situaciones difíciles que vive el hombre en su diario vivir. Es una luz en medio de las duras situaciones que se nos presentan.

La caridad está igualmente fortalecida en virtud de la Encarnación. Ella nos muestra el gran amor de nuestro Señor por nosotros y teniendo el vivo ejemplo de ello en su pasión cuando murió por la humanidad por los pecados de todos.

Dios nos da la mayor demostración de amor aún cuando el que es felicidad plena cuando luego de haber creado al hombre y ver como éste pecaba y se perdía en el mundo terrenal, podía haberle abandonado a merced de su destino, sin embargo tan grande es su amor que envió a su propio Hijo para la salvación de todos los hombres por sus pecados.

Por tanto estas tres virtudes teologales nos deben hacer reflexionar en cada uno de nuestras actuaciones diarias ante nuestro prójimo y sentir en verdad ese amor de Dios verdadero en nuestro corazón para hacer el bien como si fuera al mismo Jesucristo que le estuviéramos ayudando.

La divina bondad y amor de Dios es manifiesta por el amor Supremo como Él nos amo enviándonos a su Hijo Unigénito: “Dios amó tanto al mundo que le dio su propio Hijo Unigénito.” (Jn 3, 16).

Por lo anterior podemos afirmar que esta es la verdad del cristianismo, ya que el amor de Dios para con nosotros nos, dándonos a nuestro Señor Jesucristo como Salvador. De manera que la Encarnación del Verbo, nos fortalece tanto nuestra Fe, Esperanza y Caridad.

El amor de nosotros a Dios crece cada día poniendo en  practica las enseñanzas y abnegándonos a Él. En este amor caminamos, crecemos con gracia de Dios. Podemos demostrar este amor cumpliendo la propia voluntad de Dios. Poniendo en práctica sus mandamientos o enseñanzas, siendo fieles a los deberes del mismo estado.

El que práctica la caridad verdadera es un apóstol entre su entorno siendo capaz de superar el temor y respeto humano.

Invitamos al lector a revisar:

Caridad

Virtudes humanas

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