La oración almas del purgatorio, es una costumbre muy practicada en el mundo entero y sobre todo por los católicos, se ha llegado a creer y sentir que sin esta oración es casi imposible que se les perdonen los pecados a los difuntos, se trata de ayudar a las almas que se encuentran en el purgatorio se dice que no hay comparación entre las penas que se viven en este mundo y las de allá.
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Oración para las almas del purgatorio
Esta plegaria es para ayudar a cada una de las personas ya sea familiares, amigos o conocidos etc. que se encuentran el purgatorio, se trata de auxiliar su alma de cualquier condena a la que puedan ser penado:
Dios omnipotente, Padre de bondad y de misericordia, apiadaos de las benditas almas del Purgatorio y ayudad a mis queridos padres y antepasados.
A cada invocación se contesta: ¡Jesús mío, misericordia!
“Ayudad a mis hermanos y parientes.
Ayudad a todos mis bienhechores espirituales y temporales.
Ayudad a los que han sido mis amigos y súbditos.
Ayudad a cuantos debo amor y oración.
Ayudad a cuantos he perjudicado y dañado.
Ayudad a los que han faltado contra mí.
Ayudad a aquellos a quienes profesáis predilección.
Ayudad a los que están más próximos a la unión con Vos.
Ayudad a los que os desean más ardientemente.
Ayudad a los que sufren más.
Ayudad a los que están más lejos de su liberación.
Ayudad a los que menos auxilio reciben.
Ayudad a los que más méritos tienen por la Iglesia.
Ayudad a los que fueron ricos aquí, y allí son los más pobres.
Ayudad a los poderosos, que ahora son como viles siervos.
Ayudad a los ciegos que ahora reconocen su ceguera.
Ayudad a los vanidosos que malgastaron su tiempo.
Ayudad a los pobres que no buscaron las riquezas divinas.
Ayudad a los tibios que muy poca oración han hecho.
Ayudad a los perezosos que han descuidado tantas obras buenas.
Ayudad a los de poca fe que descuidaron los santos Sacramentos.
Ayudad a los reincidentes que sólo por un milagro de la gracia se han salvado.
Ayudad a los padres que no vigilaron bien a sus hijos.
Ayudad a los superiores poco atentos a la salvación de sus súbditos.
Ayudad a los pobres hombres, que casi sólo se preocuparon del dinero y del placer.
Ayudad a los de espíritu mundano que no aprovecharon sus riquezas o talentos para el cielo.
Ayudad a los necios, que vieron morir a tantos no acordándose de su propia muerte.
Ayudad a los que no dispusieron a tiempo de su casa, estando completamente desprevenidos para el viaje más importante.
Ayudad a los que juzgaréis tanto más severamente, cuánto más les fue confiado.
Ayudad a los pontífices, reyes y príncipes.
Ayudad a los obispos y sus consejeros. Ayudad a mis maestros y pastores de almas.
Ayudad a los finados sacerdotes de esta diócesis.
Ayudad a los sacerdotes y religiosos de la Iglesia católica.
Ayudad a los defensores de la santa fe.
Ayudad a los caídos en los campos de batalla.
Ayudad a los sepultados en los mares.
Ayudad a los muertos repentinamente.
Ayudad a los fallecidos sin recibir los santos sacramentos.”
Existen la oración almas benditas, respetadas y queridas por cada ser humano como los padres y los difuntos familiares ya sea una hermana, tía o esa persona que sin llevar lazos sanguinos la consideramos parte de nuestra familia:
Por los padres difuntos
¡Oh bendito Dios! Nos mandaste honrar padre y madre. Por tu misericordia, ten piedad de mi padre (madre) y no recuerdes sus pecados. Que yo pueda verlo (la) de nuevo en el gozo de eterno fulgor. Te lo pido por Cristo nuestro Señor. Amén.
La familia
¡Oh mi señor Jesús! El dolor y sufrimiento de los demás conmovía siempre tu corazón. Mira con piedad las almas de mi querido familiar (nombre) que hoy se encuentra en el Purgatorio .Oye mi súplica de compasión por ellos y haz que aquellos a quienes separaste de nuestros hogares y corazones disfruten pronto del descanso eterno en el hogar de tu amor en el cielo.
Oración por las almas benditas
¡Señor Nuestro Creador y Redentor!, con tu poder Cristo conquistó la muerte y volvió a ti gloriosamente. Que todos tus hijos que nos han precedido en la fe en especial (Nombre del difunto) Participen de su victoria y disfruten por siempre de la visión de tu gloria donde Cristo vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Dales, Señor, el descanso eterno. Brille para ellos la luz perpetua. Descansen en paz. Amén.
María, Madre de Dios, y Madre de misericordia, ruega por nosotros y por todos los que han muerto en el regazo del Señor. Amén.
Oración Virgen María por las almas del purgatorio
Esta oración más que para Dios o Jesús, se trata de una plegaria que le hacemos a la virgencita esperando que ella interceda por todas esas almas del purgatorio:
“Santísima Virgen María, Reina del Purgatorio; vengo a depositar en tu Corazón Inmaculado una oración en favor de las almas benditas que sufren en el lugar de expiación. Dígnate escucharla, piadosa Señora, si es ésta tu voluntad y la de tu misericordioso Hijo.
Amén.
María, Reina del Purgatorio, te ruego por aquellas almas por las cuales tengo o pueda tener alguna obligación, sea de caridad o de justicia.
Dios te salve María…
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amen.
María, Reina del Purgatorio: te ruego por las almas más abandonadas y olvidadas y a las cuales nadie recuerda; tú, Madre, que te acuerdas de ellas, aplícales los méritos de la Pasión de Jesús, tus méritos y los de los santos, y alcancen así el eterno descanso.
Dios te salve María…
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amen.
María, Reina del Purgatorio: te ruego por aquellas almas que han de salir más pronto de aquel lugar de sufrimientos, para que cuanto antes vayan a cantar en tu compañía las eternas misericordias del Señor.
Dios te salve María…
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amen.
María, Reina del Purgatorio: te ruego de una manera especial por aquellas almas que han de estar más tiempo padeciendo y satisfaciendo a la divina Justicia. Ten compasión de ellas, ya que no pueden merecer sino sólo padecer; abrevia sus penas y derrama sobre estas almas el bálsamo de tu consuelo.
Dios te salve María…
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amen.
María, Reina del Purgatorio: te ruego de modo especial por aquellas almas que más padecen. Es verdad que todas sufren con resignación, pero sus penas son atroces y no podemos imaginarlas siquiera. Intercede Madre nuestra por ellas, y Dios escuchará tu oración.
Dios te salve María…
Dales, Señor, el descanso eterno.
Y luzca para ellas la luz perpetua.
Descansen en paz.
Amen.
Virgen Santísima, te pido que, así como me acuerdo de las benditas ánimas del Purgatorio, se acuerden de mí los demás, si he de ir allá a satisfacer por mis pecados. En Ti, Madre mía, pongo toda mi confianza de hijo, y sé que no he de quedar defraudado.
Amén.”
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