En este artículo queremos hablar del momento en que Jesús ora a su Padre a pocas horas de ser detenido. En el mismo ilustraremos al lector todo sobre Jesús en el huerto de los olivos, y su oración.
La oración de Jesús en el huerto, llega muy al fondo del alma del cristiano
Jesús vive horas de verdadera amargura en Getsemaní, ya que como es sabido tiene que cumplir con la voluntad del Padre. Estas horas y vivencias de Jesús en el huerto de los olivos tocan en lo más hondo el alma de los cristianos.
Jesús en ese momento ora con los hombres y por ellos en las últimas horas que preceden a su entrega redentora por la humanidad entera.
En este pasaje se nos muestra la fuerza y amor de Jesús a toda la humanidad así como el extremo de como asumió la flaqueza y debilidad de los hombres. Cada detalle de ese momento nos hace reflexionar ya que debemos vernos en esa situación y agradecer la bondad y misericordia de Dios.
Según San Lucas el trance que vivió Jesús tiene una fuerza lo cual nos hace preguntarnos y reflexionar sobre:
“Jesús padece, por el cumplimiento de la Voluntad de su Padre… Yo igualmente quiero cumplir la Santísima Voluntad de Dios, siguiendo los pasos del Maestro Jesús, ¿tendré derecho a quejarme si encuentro por compañero de camino las penas del sufrimiento?”
Constituye una señal de mi relación, porque soy tratado como trataba a su Divino Hijo. Y, será que como Él, podré llorar, entristecerme estando a solas, pero de rodillas, reconociendo mi nada, se elevará hasta el Señor el grito salido de lo más íntimo de mi alma: Pater mi, Abba, Pater… fiat?”.
En ese momento en Jesús se mezclan la tristeza, el tedio y una angustia mortal. Busca el apoyo de sus más íntimos amigos, sin embargo los encuentra durmiendo, menos uno que no dormía sino trabajaba para más tarde traicionarlo.
Es por esto que nos debe servir de enseñanza la imagen de Jesús en el huerto de los olivos, y no debemos poner obstáculos ni condición alguna aunque nuestras pruebas o situaciones se tornen duras y difíciles.
“vigilad y orad para que no caigáis en tentación…” Ello nos hará fuertes para poder sobrellevar las dificultades y cargas así como las tentaciones de nuestra vida diaria. Al descuidarnos perdemos la alegría y no tendremos la fuerza necesaria para combatir y dar testimonio de la Verdad.
El mismo Santo Tomás Moro fue fortalecido en cuanto a contemplar las escenas mientras esperaba el martirio por ser fiel a la fe. Asimismo puede enseñarnos a nosotros a ser fuertes cada día en nuestras dificultades y pruebas a lo largo de nuestras vidas.
Oración de Jesús en el huerto
Observamos a Jesús sudando gotas de sangre, encontrándose solo, en el huerto de Getsemaní.
Petición. Conoce, Jesús mío, la grandeza de tu amor y tu dolor.
Despierta y ven, alma mía a observar el momento de que la alegría del cielo se vuelve triste y existe temor de la fortaleza de Dios, y siente tedio y pesar mortal el que forma la delicias de los Ángeles… Ven a acompañar en sus horas de soledad y agonía al que es la fuente de vida y dicha… Bajo sombríos olivos… en la majestuosidad de un huerto… verás al trabes de pálidos reflejos de la luna cómo reza, suda sangre y va pereciendo tu Divino Redentor Jesús… y esto por tu amor…
Se aleja de la compañía de sus Apóstoles, y de rodillas en la tierra reza con gran reverencia tres veces al Padre celestial diciéndole: “Padre, si posible es, traspasa de Mí este cáliz; mas no se haga como Yo lo quiero, sino como Tú …” Aprendamos de Jesús a rezar con humildad. ¿lo estaremos haciendo así?
Durante tres horas reza Jesús, y se queja ante sus Apóstoles que estaban dormidos, porque no habían estado con él en vela al menos una hora.
Cuántas veces Jesús nos reprende y nos dice: “Hija (o) mio, ¿una hora o un cuarto de hora cuando mucho no me has podido acompañar en mi soledad con tu oración?…” Adoremos a Jesús en su soledad y agonía, para que él esté contento y nunca nos dirija una queja.
La tercera vez que oró Jesús sufrió tanta agonía, que empezó a sudar gotas de sangre, que corrían por todo su Cuerpo Sagrado, hilo a hilo hasta caer en tierra… ¿Porqué, Jesús mío?… No os azotan ahora los verdugos… ni te coronan los soldados… ni descubro clavos ni espinas que te hagan brotar la sangre… ¿Por qué Señor, este sudor de sangre, porqué tanto dolor?.
¡Oh alma mía! tus culpas son las espinas que le punzan… ésos los verdugos que le atormentan… ésa la obligación tan dura que le hace sudar… ¡Oh Corazón de mi amado Jesús! ¡Cuánto te ha costado mi remedio y salud!… ¡Si al menos me aprovechase de ella, y con tu sangre mi corazón se ablandara por tanta dureza!.
observemos el rostro de Jesús en esta posición: su frente serena que esclarece la lumbre del cielo… aquella cara tan reverenciada de los Ángeles, ¡cuán desmejorada se encuentra!… ¡Goteada y cubierta por el sudor de sangre!!! Aquellos ojos tan bellos y piadosos, ¡cuán tristes!… Mira a Jesús, alma mía, en este trance, y ayúdame a mirar… mirar en Él sus ojos tan hermosos y piadosos, que al cruzar nuestras miradas hará mucho bien.
Pregúntale: ¿Padre qué hago para consolarte? Estas solo!!! Aceptaras mi triste compañía?… Sí, Jesús, la aceptará, si tratas de evitar las causas de la tribulación y su dolor. Tus pecados y los de todo el mundo… el olvidarlo y la falta de agradecimiento de tantos de sus hijos, que no habían de reconocer este beneficio, ni saben aprovechar tan costoso remedio: allí están las causas de la agonía de Jesús… ¿Podemos hacer que conozcan y amen a Jesús, salvar muchas almas? Si, con ello complaceremos a un Dios tan bueno.
¡Oh Dios mío! Quiero de veras quitar tu sudor, aliviarte tus dolores, trabajando con mis oraciones y ejemplo en la conversión y santidad de las almas… No quiero que tu sangre caiga en el suelo; caiga mejor en la tierra de todos nuestros corazones, y con ella ablandar su dureza y ser convertirlos a tí. Amen.
Padre nuestro y la Oración final
Debemos procurar durante todas las noches antes de dormir pensar y reflexionar sobre cada momento en este paso de la vida de Jesús en el huerto de los olivos. Repetiremos en el día o muy frecuentemente:
Corazón de Jesús puesto a prueba, apiádate de los que mueren en este día. Corazón Inmaculado de Jesús en agonía, apiádate de los que mueren en este momento.
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