Respuestas de la misa: guía, textos y oraciones

Las Respuestas de la misa constituyen la participación y compromiso que cada fiel tiene al momento de acudir a la Eucaristía, cada respuesta del creyente es una participación de agradecimiento a Dios, conoce más de este tema leyendo el siguiente artículo.Respuesta de la misa

Respuestas de la misa

La misa no representa una ceremonia para extraños, se considera el momento más importante para entrar en contacto con Dios no importa que la persona pertenezca a otra religión, o sencillamente no crea en el catolicismo, la invitación de la Iglesia de asistir a la misa está abierta a todos.

Participar en las actividades eclesiásticas permite a los fieles integrarse de manera constante a la Eucaristía, las respuestas en la misa permiten establecer la conexión con Dios, conocer el camino que lleva a la paz, reforzar la fe y promover la bondad entre todos los cristianos.

La participación de los fieles se promueve en la iglesia a través de las respuestas de la misa, que pueden ser muchas, entre las más importantes se encuentran las que se realizan al momento de decir las oraciones de la misa novenas, jaculatorias o plegarias, en ellas los presentes en la misa dan una respuesta a ellas, y se consideran parte de la ceremonia

Existen otra respuestas de la misa que los fieles pueden hacer, y resulta cuando se necesita leer la palabra o participar en las actividades dominicales, muchos fieles están dedicados a responder a la ayuda solicitada por los curas para organizar la ceremonia dominical.

Sabemos que a nivel mundial, los católicos asisten por millones a la santa misa dominical, acuden a la casa de Dios a pedir perdón, solicitar ayuda, alabarlo o simplemente pedir por la paz del mundo, estas respuestas de la misa permiten cada domingo consolidar las bases católicas de la Iglesia. Y hacer de ella el movimiento espiritual más grande del planeta.

Las respuestas de la misa católica son un compromiso de devoción y sumisión hacia Dios, la misa está elaborada con el objeto de establecer la conexión con el creador, cuando respondemos diciendo amen o decimos alguna frase espiritual posterior  a una plegaria o alabanza hacia Dios, estamos conectando nuestra alma con el señor, las respuestas de la misa tienen que ser hechas con verdadera devoción.

Cuando acudas a la casa de Dios, hazlo con pasión y busca de comprender que lo haces con fe y devoción, responde con alergia y entrega, porque Dios te está escuchando y esperando que respondas de la misma forma como él te responde a ti, a través del amor.

A continuación vamos ver unos ejemplos de cómo son las respuestas de la misa, desde su comienzo hasta la finalización de la ceremonia.

Respuestas y textos participativos

Consiste en realizar respuestas orales después de una oración o ceremonia eclesiástica durante la misa, vamos describir a  continuación el proceso de cómo se realiza la eucaristía y cómo responden los fieles.

Bienvenida y saludo

La ceremonia inicia con las palabras de bienvenida de sacerdote quien recibe a los fieles y poco a poco los va llevando hacia el desarrollo de la misa, el comienzo es muy emocionante, las personas están a la expectativa, después de dar la bienvenida el sacerdote comienza.respuesta de la misa

Procede entonces a presentar a Dios los dones del pan y del vino, los cuales entrara en el cuerpo del señor a través de la Consagración, se convierten entonces en el Cuerpo y la Sangre del Señor, este momento es denominada el ‘Ofertorio’.

Sacerdote (S) En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Respuesta de los fieles (R): Amén.

S: La gracia de nuestro Señor Jesucristo, el amor del Padre y la comunión del Espíritu Santo estén con vosotros.

R: Y con tu espíritu.

Luego el padre invita a todos s sentarse. Después de ofrecer el Pan el Cura dice:

“Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este pan, fruto de la tierra y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros pan de vida.”

R: Bendito seas, por siempre, Señor.

Continúa con la acción de colocar un poco de agua al vino, lo cual puede hacerlo el diácono o el mismo cura y dice el siguiente:

S: El agua unida al vino sea signo de nuestra participación en la vida divina de quien ha querido compartir nuestra condición humana. Bendito seas, Señor, Dios del Universo, por este vino, fruto de la vid y del trabajo del hombre, que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos: él será para nosotros bebida de salvación.

R: Bendito seas, por siempre, Señor.

Luego el sacerdote se inclina y dice en voz baja.

S: Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios nuestro. Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.

Luego se dirige al centro del altar y dice el siguiente:

S: Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro, sea agradable a Dios, Padre todopoderoso. (Invita a los fieles a ponerse de pie)

Los fieles responden:

R: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia.

Oración de las ofrendas

Si se realizan ofrendas ese día se realiza la oración respectiva, luego continúa con la plegaria Eucarística la cual consiste en una oración donde el padre invita a todos a orar juntos vemos.

S: El Señor esté con vosotros.

R: Y con tu espíritu.

S: Levantemos el corazón

R: Lo tenemos levantado hacia el Señor.

S: Demos gracias al Señor, nuestro Dios.

R: Es justo y necesario.

Seguidamente el padre lee el prefacio respectivo del domingo y los fieles responden.

R: Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

Continúa entonces las plegarias y oraciones previas a la consagración. Se reza un Padre nuestro, luego el sacerdote invita a los fieles a colocarse de rodillas con el objeto de realizar la consagración y procede a decir los siguiente.

Consagración

S: Tomad y comed todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será entregado por vosotros

Prosigue con la consagración del vino diciendo lo siguiente:

S: Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados. Haced esto en conmemoración mía.

S: Jesucristo Sacerdote, sirviéndose de las palabras de la Consagración pronunciadas por el sacerdote, convierte el pan en su Cuerpo y el vino en su Sangre.

El sacerdote muestra a los fieles la hostia consagrada y el Cáliz, luego realiza el signo de la cruz en el aire y dice.

S: Este es el sacramento de nuestra fe. O también puede decir “Este es el misterio de la fe”.

Continúa invitando a los fieles a ponerse de pie y estos dicen el siguiente:

R: Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!

También pueden decir “Aclamad el Misterio de la redención.”

R: Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas. Cristo se entregó por nosotros. Por tu cruz y resurrección nos has salvado, Señor.

Se realizan entonces las oraciones correspondientes a cada plegaria, el Ave María o el credo, también se puede incluir una Gloria, durante la oración el sacerdote toma la patena, junto a la hostia consagrada, el cáliz y sosteniéndola en sus brazos y levantándola dice:

S: Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos.

R: Amén.

La comunión

Continúa entonces el ceremonial de la comunión después que el sacerdote ha dejado el cáliz y la ostia en la patena, pronuncia lo siguiente:

S: Fieles a la recomendación del Salvador y siguiendo su divina enseñanza, nos atrevemos a decir, Llenos de alegría por ser hijos de Dios, digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó, El Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado; digamos con fe y esperanza:

S: Antes de participar en el banquete de la Eucaristía, signo de reconciliación y vínculo de unión fraterna, oremos juntos como el Señor nos ha enseñado:

R: Los fieles y todos los que se encuentran en la iglesia rezan un padrenuestro

Al Finalizar el sacerdote extiende sus manos y dice:

S: Líbranos de todos los males, Señor y concédenos la paz en nuestros días, para que ayudados por tu misericordia, vivamos siempre libres de pecado y protegidos de toda perturbación, mientras esperamos la gloriosa venida de nuestro Salvador Jesucristo.

R: Tuyo es el reino, tuyo el poder y la gloria, por siempre, Señor.

Con las manos extendidas aún el sacerdote reiteró el siguiente:

S: Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: ‘La paz os dejo, mi paz os doy’, no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.

R: Amén.

Luego el cura junta las manos y dice en voz alta:

S: La paz del Señor esté siempre con vosotros.

R: Y con tu espíritu.

S: Daos fraternalmente la paz.

Proceden entonces todos los presentes a otorgarse la paz entre, los que están más cerca algunos se besan en los cachetes otros sencillamente utilizan la frase “La paz sea contigo”, este pequeño ceremonial dura entre 3 y 5 minutos dependiendo de la fe y la entrega de cada participante así como de la cantidad de fieles que hayan en la misa.

Este proceso representa un de las respuestas de la misa más hermoso, donde la fraternidad y la unión se hacen presente con el objeto de demostrar y responder a Dios que somos sus hijos, que sentimos su amor y que estamos llenos de fe.

Al finalizar la paz, el sacerdote coloca luna parte de la hostia en el cáliz y dice en secreto.

S: El Cuerpo y la Sangre de Nuestro Señor Jesucristo, unidos en este cáliz, sean para nosotros alimento de vida eterna.

Los fieles proceden a cantar una canción relacionada con el evangelio, generalmente la realiza un coro o pequeños grupos de jóvenes que colabora con las actividades de la Iglesia y tienen condiciones musicales, entre los cantos el más utilizado es “El cordero de Dios” que quitas el pecado del mundo, finalizando con “Danos la paz”.

El sacerdote reza en secreto la siguiente oración relacionada con la comunión.

S: Señor Jesucristo, la comunión de tu Cuerpo y de tu Sangre no sea para mí un motivo de juicio y condenación, sino que, por tu piedad, me aproveche para defensa de alma y cuerpo y como remedio saludable.

S: Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte la vida al mundo, líbrame, por la recepción de tu Cuerpo y de tu Sangre, de todas mis culpas y de todo mal. Concédeme cumplir siempre tus mandamientos y jamás permita que me separe de ti.

El sacerdote  toma el pan consagrado, lo eleva y lo muestra al pueblo, diciendo:

S: Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.

Dicen todos los presentes en la misa y el sacerdote.

S y R: Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.

El cura comulga con el cuerpo y la sangre de Jesús, y procede leer la Antífona de Comunión correspondiente a ese día, siempre está relacionada con la fecha y calendario católico. Se dirige a las persona que van a tomar la comunión ese día y dice.

S: El Cuerpo de Cristo.

La respuesta de quien recibe la hostia y comulga es solamente “Amen”. Posteriormente el padre invita a los fieles a colocarse de rodillas y el cura limpia la patena y el cáliz diciendo en voz baja.

S: Haz, Señor, que recibamos con un corazón limpio el alimento que acabamos de tomar, y que el don que nos haces en esta vida nos aproveche para la eterna.

El sacerdote se dirige a la sede y se sienta, allí queda meditando por unos segundos, algunos incluso cantan un salmo o alabanza. Se levanta después de la meditación e invita a todos a orar.

El sacerdote realiza la oración del día y al final el pueblo sencillamente lo verifica y aclama diciendo “Amén”.

Ceremonia final

El sacerdote realiza los anuncios y advertencias al pueblo, algunos aprovechan para realizar una homilía, luego extiende los brazos y dice.

S: El Señor esté con vosotros.

R: Y con tu espíritu.

S: La bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros. (Todos se persignan)

R: Amén.

Y para despedir a los fieles el diácono o el mismo sacerdote dice.

S: Podéis ir en paz.

R: Demos gracias a Dios.

Para finalizar la ceremonia el sacerdote besa el altar de la misma forma como lo hizo al principio y se retira a l sacristía, la Santa Misa católica se da por concluida y los fieles terminan o quedándose un rato en la Iglesia o retirándose.

Esta forma de realización de la misa junto a sus respuestas representa una forma específica que en cualquier Iglesia del mundo puede contener variaciones, recordemos que este acto litúrgico es una inspiración divina y se realiza con devoción, no existen reglas fijas ni limitaciones, solo sugerencias.

Las respuestas las establecen los fieles a medida que los propios fieles van recibiendo inspiración de Dios y la Iglesia sugiere la forma de estas, a través de indicaciones y exhortaciones que a medida que se realiza la ceremonia se van adaptando, las respuestas varían de periodo en periodo y de lugar en lugar.

En Latinoamérica por ejemplo los países con devoción católica tienen respuestas que varían según su tradición y cultura de cada uno, pero el contenido espiritual siempre sigue siendo el mismo.

De esta forma es como los fieles hacen las respuestas de la misa, todos los domingos o durante las fechas importantes del calendario católico, si deseas obtener información y conocer un poco más con respecto a este y otros temas, te invitamos a visitar nuestro portal haciendo click en los siguientes enlaces.

Peticiones de la misa de difuntos

Eucaristía

Oracion de los fieles

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