Es sumamente importante que nuestras vidas estén bajo una estrecha comunión con Dios. Se considera entonces este elemento, una participación en lo común, mejor dicho entonces una unión de dos o más factores que tengan aspectos en común. Esto quiere decir que para tener una comunión con Dios debemos compartir cosas en común con Él. Es por ello que debemos buscarlo con el corazón y adaptarnos a su voluntad que se caracteriza por ser amorosa con nosotros.
Indice De Contenido
Comunión con Dios
La comunión con Dios se relaciona en compartir situaciones y emociones en común con el Señor. Es por ello que debemos adaptarnos a las características que posee el Señor. Los elementos que caracterizan el proceder de nuestro Creador deben ser parte de los elementos comunes en nuestras vidas.
Se debe por otro lado, comulgar con la esencia que describe a Dios, que es el amor. Si esto no ocurre, entonces realmente nunca podremos tener una real comunión, por más que realicemos otro tipo de esfuerzos para comunicarnos correctamente con Él.
Dios cuando se ocupó de crear al ser humano, lo hizo con el propósito de vivir en comunión junto a él. Es por ello, que Dios puso su aliento en el cuerpo del humano. La Biblia indica muy claramente que el Señor nos atrae hacia Él.
La comunión con Dios, forma parte de la creación humana y es además el llamado permanente que permite que seamos criaturas conectadas con nuestro Creador, en cuerpo y alma.
Los seres humanos por naturaleza, poseen un impulso por llevar una vida espiritual estable, en donde se anhela y se busca ejercer correctamente la comunión. Es gracias al proceso de comunión que tenemos una verdadera cercanía con Dios.
Abrirnos a sentir fe
La comunicación con Dios es un proceso complejo, pues debemos abrirnos a sentir fe y amarlo con el corazón. Es importante que sepamos entender qué es comunicarnos a nivel personal y una comunicación real con el Creador. La comunicación con Dios debe ser diaria. (Ver: La Biblia)
Los pensamientos, acciones, hábitos y carácter se deben relacionar a un grado grande de comunicación con nuestro Salvador Jesús. Lo importante es relacionar lo que hemos visto y oído con los elementos relacionados a Dios, esto permite que exista una comunicación verdadera con nuestro Padre Celestial y nuestro Salvador.
Aquellos que poseen una unión con Jesús lo manifiestan a través del espíritu, a través de la palabra y las obras. La unidad en comunión se relaciona a los frutos que tengamos a lo largo de nuestras vidas con Jesús. Aquellos que tienen un alma purificada tras admitir los pecados y comprometerse a realizarlos nuevamente, se purifica y llega a una correcta comunión.
Cuando conocemos a Dios somos una mente y alma con Él, lo que permite que contemos con una comunión real con el Señor. Esto se proporciona gracias a la obediencia sincera.
La forma más sencilla de saber si estamos bajo comunión con Dios, es conociendo cómo nos encontramos a nivel de frutos en el espíritu relacionados a nuestro Señor. Esto a su vez nos genera experiencia a la hora de manejar los aspectos religiosos en nuestra vida.
Es importante por lo tanto que unamos palabras con hechos de nuestras vidas relacionados a la fuerza del espíritu y aprendamos a manejarla a través de la palabra de Dios enmarcada en la biblia. Pues Jesús resalto los conocimientos que nos permiten formar parte de la comunión correctamente con nuestro Creador.
Pensamiento central
La idea de la comunión con Dios es un factor que nos atrae constantemente. Sin embargo, existen muchos aspectos en nuestras vidas que funcionan como distracción hacia los elementos genuinos que nos llevan a Dios.
Vivir en una sociedad acelerada no colabora mucho con las interminables formas de comunicación que desea el Señor tener con nosotros lo que a su vez no permite que logremos complacer a Dios como es debido como los hijos que somos. Es necesario que actuemos entonces con constancia y dejemos atrás cualquier elemento que nos entretenga con los propósitos que tiene el Señor con nosotros.
Además de ello debemos tener muy presente que tenemos que tener un intercambio mutuo y constante con el Señor con el objetivo que prosperemos a nivel espiritual y lleguemos a tener una vida en comunión bendecida por Dios.
Las relaciones con Dios deben centrarse en una verdadera comunicación con el Creador, que está caracterizada por elementos profundos que representen a su vez las necesidades que tenemos como seres humanos en relación al aspecto espiritual, brindado por Dios para su creación.
Forma de vida
Se debe entender por otro lado, que la comunicación con Dios es considerada una forma de vida necesaria para vivir bendecidos y llenos de felicidad. Nosotros fuimos creados para funcionar en concordancia con la palabra del Señor. Debemos de tener una relación de amor con Dios real pues esa es nuestra naturaleza. (Ver: Nuevo testamento)
Como auténticos cristianos estamos comprometidos a cultivar el interés de amor por el prójimo. Esto nos permite cumplir con las leyes que tiene Dios para nosotros, lo que genera a su vez que tengamos una relación real con él.
Por otro lado, se nos manda como hijos de Dios a amarlo y obedecerle, esto porque es Él quien nos creó, con el objetivo de ser seres que lo amen y a su vez él nos paga con bendiciones y elementos que nos llevan a la prosperidad.
Es la senda de la vida y del bien, propiedad del Señor, mientras que satanás es propietario de la muerte y del mal. Nosotros como hijos de Dios debemos disfrutar de nuestro Creador.
Dios es quien no lleva a descansar y ser acogidos por su presencia llena de amor para dar, únicamente a cambio de una fidelidad auténtica. Debemos por lo tanto buscar aprender cómo funciona la comunión en nuestras vidas que debemos tener con Dios. Buscando a su vez acabar con el pecado en nuestras vidas que amenaza a nuestra comunión con el Señor.
El amor con nuestro Padre Celestial requiere de ser mutua, no puede ser unidireccional de ningún lado. Debemos escuchar, hablar, dar y recibir constantemente con el Señor. Esto a través de una comunicación directa con Él.
¿Por qué la comunión con Dios es tan difícil?
La comunión con Dios es destruida por nuestros pecados y a su vez con el pecado del mundo, este elemento obliga al Señor a huir de nuestras vidas. A pesar de ello, nosotros estamos diseñados para comunicarnos y deleitarnos con el Señor.
Es gracias al poder de Dios que logramos recibir el gran consuelo y fortaleza que debemos tener para vivir en prosperidad. Por otro lado, como creyentes e hijos de Dios no sólo hemos sido rescatados de las consecuencias que acarrean los pecados, también somos invitados a formar parte de una comunión restaurada con el Creador.
A pesar de todo esto, el mundo sigue roto por culpa de la maldad que nos lleva a cometer pecados. Es este entonces un elemento que nos afecta como seres de Dios, incluso si no se domina correctamente afecta la relación que poseemos con el Creador.
Cuando logramos descubrir y efectuar lo necesario para el perdón y promesa de comunión con el Señor del universo, somos capaces de participar en el santuario sagrado del reino de Dios. (No dejes de conocer más acerca de la fe en dios)
Presencia divina
La presencia divina de Dios, nos lleva a entender que es inevitable el pecado para nosotros. A pesar de ello logramos entender la profundidad de la gracia de Dios y a su vez logramos entender cómo Él desea estar con nosotros. Dios desea tanto como nosotros que logremos una comunión real.
Posterior a ser abrazados por el amor y compresión de Jesús, nuestra visión se debe centrar en evitar el pecado y llevar nuestras vidas a la riqueza y misericordia del amor de Dios.
Dios nos permite una vida llena de esperanza, el Señor nos permite una renovación de la comunión que nos entrega seguridad verdadera en nuestras vidas, pues nos permite una verdadera intimidad con Jesús y con Dios.
Es gracias a esto que logramos transformar nuestras vidas a través de la comunión basada en la unión con el Creador. Dios es gloria, por lo tanto con una conexión con Él tenemos una comunión sin obstáculos.
Es gracia a nuestra lucha diaria con el pecado que podemos llegar a tener una relación estable y de crecimiento con Dios. Los cristianos deben estar totalmente confiados que con fe y amor las acciones que realizan formaran parte de la luz de la soberanía y gracia del Señor.
Unión y comunión
Debemos deleitarnos bajo la promesa de unión y comunión con Dios lo que nos permite tener una vida plenamente cristiana. Los cristianos por lo tanto tienen que enfocarse en el espíritu que se une a Jesús.
Somos seres de luz que podemos disfrutar una verdadera comunión con Dios. Mientras va creciendo por lo tanto nuestra unión con el Señor aumenta el proceso de comunión lo que nos genera una verdadera experiencia de comunicación con el Creador.
Las oraciones por otro lado, son parte importante en nuestra vida, pues nos permite una conexión real con Jesús y el Creador. Esto a su vez establece una relación directa con ellos en nuestras vidas.
Los beneficios que trae para nosotros la comunión a partir de la unión divina con el Señor se relacionan a una buena vida, llena de bendiciones, prosperidad, paz y amor. Para esto los creyentes no deben ser descuidados con la comunión ni conexión que deben tener con Dios. Más bien deben buscar siempre prosperar con la relación con Dios.
Es necesario que aprendamos a saborear el amor y la gracia del Señor que permite que tengamos comunicación con nuestro Creador. Por otro lado, es bueno que contemos con la misericordia de Dios, que nos permite ser empapados en amor. Todo este proceso se ejecuta a través de la presencia y poder del Espíritu que nos genera una verdadera comunión con el Señor. (No dejes de ver el artículo de historia de Jesús)
Algunas sugerencias prácticas
Debemos cultivar el hambre hacia las escrituras sagradas de la Biblia. De esta forma podemos entender con mayor facilidad quién es nuestro Señor y que quiere para nosotros. Además nos permite tener una relación en comunión mucho más fluida.
Por otro lado se debe buscar tener una relación en condiciones sanas. Lo que permite a su vez un tiempo junto a Dios lleno de comunicación, compresión y alegría compartida. Es importante entender entonces que nosotros fuimos creados para tener relaciones que le dan vida a nuestra alma.
Como cristianos debemos estar completamente seguros de la unión con Jesús, lo que permite que se haga una unión en comunión con el Creador que nos permite una posibilidad gozosa.