Oraciones milagrosas para sanar enfermedades en el nombre de Jesús

A nadie le gusta sufrir o ver sufrir a alguien que queremos. No nos gusta tener a un enfermo en un hospital o en casa, es por ello que se presentan algunas formas de dirigir una plegaria a Jesucristo para que nos sane o sane a la persona que está en sufrimiento.

Por ello, gracias al Señor y para su gloria, existen oraciones que se elevan a Jesucristo, en las que se pide que Él interceda ante Dios, en cuyas manos ponemos todo para que no permita que nada malo ocurra y procure la sanación que por fe, fervor y con mucha ansiedad estamos esperando.

A continuación, señalamos varias oraciones milagrosas para sanar algunas de las enfermedades más comunes, graves o no.

Cáncer

Esta es una oración que esperamos sirva de inspiración para que cada quien pueda hacer la suya propia, según sus sentimientos y su pesar. Con ella se busca dar sosiego y paz para los que sufren tan terrible enfermedad.

Es una ayuda para que aumenten su fe en la infinita misericordia del Señor y que Él les permita soportar todo el proceso que tienen que pasar y así también poder expulsar definitivamente ese mal de su cuerpo y rogar que no le vuelva a dar lo mismo.

En Santiago 5:15, se señala el poder sanador que tiene una oración hecha con la debida fe e incluso como ella sirve también para el perdón de los pecados.

Es por ello tan importante que las personas tengan una ferviente fe al orar, así como mucha constancia al acudir a la Palabra de Dios, aferrarse a ella y no desistir de su llamado a Jesús.

Veamos el siguiente modelo de oración de sanación.

Oración

Santo Padre, creador de todo el universo y de todos tus hijos sobre la tierra.

Me postro ante ti hoy para pedirte la sanación definitiva de mi ser querido [decir nombre completo de la persona], quien sufre esta terrible enfermedad del cáncer.

Sé que este familiar ha caído varias veces en faltas que no te agradan y que ha cometido errores por su soberbia. Pero también sé que se ha arrepentido por haberte desobedecido y también sé que es genuino su arrepentimiento.

Ha hecho, y Tú lo sabes mejor que nadie, muchos intentos de redimir sus pecados y ha confesado debidamente sus culpas.

Padre celestial, te pido con todo mi corazón que lo sanes, en el nombre de tu amado hijo Jesucristo y por su preciosísima sangre, perdónalo, sánalo y dale la oportunidad de demostrarte su fe, su arrepentimiento y sus ganas de dedicarse a ti como hijo obediente y fervoroso de tu gloria.

Pero si es tu Santa Voluntad que deba partir a tu lado, pues su misión en la tierra ya se cumplió, alíviale el dolor, dale la paz y conformidad que necesita en estos momentos tan difíciles.

Así también dale la conformidad y la entereza a todos sus familiares para que acepten lo que Tú consideras debe ser, en el nombre de Jesús y que siempre se haga tu voluntad y no la nuestra. Gloria a ti, Señor.

Amén.

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Diabetes

Sirva la siguiente oración como un modelo que se hace en forma colectiva para solicitar la intercesión de Cristo Jesús ante Dios por los enfermos de diabetes, quienes se reúnen y en conjunto oran y claman por la sanación de este mal que padecen por largo tiempo.

Oración

Acudimos a ti en este momento, Jesucristo Bendito, Hijo del Padre Santo, para hacerte llegar nuestra plegaria por la sanación de todos los enfermos de diabetes que estamos recluidos en este hospital y clamamos por nuestra curación.

Queremos alivio a nuestras dolencias para poder rehacer nuestra vida con normalidad y así ya no ser más una carga para nuestros familiares, que están padeciendo igual que nosotros.

Te lo pedimos por tus Santas Llagas, intercedas ante el Dios Todopoderoso, que nos liberes de este mal que nos aqueja desde hace tanto tiempo. Tal como lo hiciste con Bartimeo, quien recobró la vista por un milagro de sanidad tuyo, según lo que leímos en la Biblia en Marcos 10:51-52.

Imploramos tu ayuda, consuelo y auxilio y todos confiamos que Tú nos puedes ayudar a sanar, porque el Dios Padre te concede lo que tú le pidas.

Sabemos de tu gran poder e infinita misericordia, por lo que rogamos nos escuches, ¡oh buen Jesús!

Prometemos redimir nuestras culpas, pedir perdón, estar eternamente agradecidos por tu inmensa bondad y estar ahora más consagrados a ti, venerable Hijo del Omnipresente Dios y de la amantísima Santa Madre Virgen María.

Gracias Jesús Bendito por oír nuestras oraciones y por darnos la oportunidad de ser hijos de dignos de Dios.

Te lo pedimos con la más ferviente fe que podemos profesar y porque sabemos que al Santo Padre le agrada saber que sus hijos confían solo en Él como el único Dios Verdadero.

Agradecidos por todo lo que has hecho, haces y harás por nuestras vidas.

Amén.

Alzheimer

Esta oración pide consuelo y auxilio para las personas de edad adulta, que han perdido sus fuerzas, reflejos y algunos de los sentidos, debido a la terrible enfermedad del Alzheimer.

Ello no les permite funcionar debidamente, ni valerse por sí mismo, porque esta enfermedad los lleva a olvidarlo todo. Resulta muy difícil para sus familiares poder convivir con ellos por el deterioro físico y mental.

Es por ello que le presentamos a continuación un modelo de oración muy piadoso dirigido por un enfermo de Alzheimer al milagroso Jesucristo, para que interceda ante su Padre para su consuelo y sanación.

Oro a ti, amantísimo Jesucristo, para pidas a nuestro Señor Todopoderoso por mí y me ayudes a salir de estos terribles momentos que atravieso por culpa del Alzheimer que padezco.

Te pido, mi Señor Jesús, que atiendas esta súplica y seas misericordioso conmigo ahora que tanto te necesito.

Pido perdón por todas las faltas, culpas y pecados que he cometido.

Recuerda que fui madre abnegada dedicada a mis hijos en los años que ellos dependían de mi.

Así, también procuré ser la mejor esposa, hice todo lo que consideré estaba bien, aun cuando sé que fallé en muchas ocasiones por mi mal carácter y desconfianza hacia mi esposo.

Ello llevó a que se rompiera nuestra relación, de lo cual estoy profundamente arrepentida. ¡Perdóname!

Envíame una Palabra de aliento, estoy presta a tu llamado, incluso si no entiendo lo que estás diciendo, pero sé que con una señal, sabré que me escuchas.

Te ruego tu consideración en estos días de lucha que debo afrontar y aún tengo sentimientos y puedo sentir dolor.

Recordarás que antes de la enfermedad del Alzheimer, estaba llena de vida, de esperanzas, reía, amaba a mis hijos y dedicaba tiempo a las cosas religiosas. Tal vez no en la cantidad que se debería, pero si en calidad, pues invocaba con fervor al Espíritu Santo.

Pero ahora esta enfermedad distorsiona mi forma de pensar, de interactuar con mis seres queridos. También ha deteriorado mis sentimientos y mi capacidad de respuesta, porque no controlo mis reacciones y vivo en una total desorientación.

Necesito que me entiendas y no reproches mi desespero, pero es culpa del Alzheimer. Recurro a ti tomando las mismas palabras del Salmos 28:2.

Necesito tu compasión y, sobre todo, necesito que me ames y saber que piensas en mí y que me ayudas ante tu Padre para alcanzar mi pronto alivio.

Sé que con tu amor infinito y tus bendiciones lograré el auxilio y sosiego que tanto anhelo.

Siempre dedicada a ti.

Amén.

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Parkinson

Como sabemos, la enfermedad de Parkinson es un padecimiento que progresivamente va deteriorando el sistema nervioso de la persona.

Ello afecta el movimiento del paciente, quien comienza con temblores leves en una sola mano, pero gradualmente va afectando otros miembros y órganos ocasionando rigidez o disminución de la movilidad de la persona.

Es una enfermedad degenerativa, por la cual oramos al Santo Padre, quien responderá aliviando los dolores y temblores del paciente. A continuación, un modelo que puede servir de inspiración para los orantes.

Oración

Hoy acudo a ti, Jesús bondadoso, primero para alabarte y darte gracias por todo el amor que nos diste en nombre de tu Amadísimo Padre.

Asimismo, oro en este momento por la salud de [nombre del paciente], que, como ya sabes, sufre de esa desafortunada enfermedad del Parkinson, que lo aqueja desde hace unos años y se ha agravado recientemente.

Quiero interceder por él y en tu nombre, Jesucristo, para que pongas tus ojos y manos piadosas sobre él y le que alivies su pesar.

Te pido que, junto con el Espíritu Santo, con el cual iluminas nuestras almas, bendigas cada uno de los órganos enfermos de [nombre del paciente] y le sanes de tan doloroso mal.

Tú conoces su corazón y sabes que es una persona caritativa, siempre presto a servir al prójimo, por lo que considero que bien merece sanar su padecimiento.

Te invoco tal como lo dice el Salmos 50:15.

Tú sabes toda su trayectoria, todo lo que ha querido hacer y ha hecho, pero también conoces sus fallas y errores, con los cuales tal vez te haya ofendido, desobedeciendo tus preceptos.

Te pido, en su nombre, lo perdones, pues estoy seguro que no era su intención lastimar a un Dios tan bueno.

Hoy, mi Señor Jesús, él requiere de tu ayuda y misericordia para que sanes sus males, traumas y complejos de su vida.

Por el gran e inmenso amor que le tienes a la Santísima Madre la Virgen María, te ruego derrames Tu Santo Espíritu sobre él, y lo protejas con tu amor sanador.

Sánalo ahora de cuerpo, alma y mente. Entra en él, Señor Jesús, y dale la sanación que tanto ansía y necesita, bríndale la paz que él anhela y llénalo de amor.

Yo oro por su vida y sanación.

Sabemos, Señor Jesús, que siempre concedes lo que con mucha fe y fervor te pedimos. Haz que el Espíritu Santo lo libere de tanta penuria para que pueda ser nuevamente un ser sano, para la gloria de Dios Padre.

Permite que se alivien lo más que se pueda sus padecimientos y pueda vivir lo más sanamente posible en compañía de su familia y amigos.

No me resta más nada que darte las gracias, Jesús Mío, porque sé responderás positivamente a mis peticiones por [nombre del paciente], porque tus nos amas y por ello no deseas sufrimientos para ninguno de los hijos de Dios.

Gracias eternas por el amor que nos dispensas a todos, por la fe que nos brinda el Espíritu Santo y porque eres grande Señor Jesús.

¡Bendito y alabado seas por siempre!

Artritis

Esta una enfermedad degenerativa que ocasiona la inflamación de la membrana que alimenta, protege y cubre los cartílagos de las articulaciones y en los tejidos circundantes.

Es responsable del dolor, hinchazón y sensación de rigidez que los pacientes suelen sentir por las mañanas y de la pérdida de la movilidad articular.

Deseamos mediante esta plegaria ofrecer un ejemplo de cómo orar por estas personas para que se alivien sus dolores, se sanen y puedan volver a tener una vida normal.

Oración

Padre amado y celestial, acudo a ti en este momento en que estoy sufriendo de los dolores tan fuertes de la artritis reumatoide que me aqueja.

Te oro a ti porque sé que escuchas mis súplicas desesperadas y porque sé que, en nombre de tu Amado y Bondadoso Jesucristo, aliviarás mis dolores y confío plenamente que me sanarás totalmente de este mal.

Sé que, por intermedio de Jesús bondadoso, obrarás un milagro en mí por lo grande y misericordioso que eres para con todos tu hijos.

Perdóname mis errores, torpezas, descuidos y pecados que he cometido, que sé te han herido. ¡No debí cometerlos y estoy profundamente arrepentida!

Quiero redimirme ante ti, quiero ser tu más fiel devota, quiero seguir tu camino, por lo que imploro me ilumines y permitas que el Espíritu Santo actúe en mí, guiándome, llevándome de su mano y enseñándome todo lo que debo saber y hacer para tu Santa Voluntad.

Sé que en este preciso momento Jesucristo está aquí conmigo, pues Él quiere mi bien, Él quiere que yo sane y Él intercede por mi ante ti, mi Gran Señor Todopoderoso.

Jesucristo ha venido para perdonarme, a ayudarme a no pecar más y ha venido a salvarme. Por eso pongo toda mi confianza en Él, pues sé que se presentará ante ti para pedirte en mi nombre que sanen mis articulaciones, que se desinflame la hinchazón, que ya no tenga ningún dolor y que desparezca la enfermedad, para poder trabajar por mí, por mis familiares y para toda tu gloria, mi Gran Señor.

Jesús es mi salvador, mi sanador y está presente aquí vivo, pues me quiere perdonar todo y salvar. Por eso, le abro la puerta de mi corazón a Jesús, que está llamando y lo dejo entrar para que obre en mí su Santa Sanación.

Como lo dijo Mateo en 11,28: “Vengan a mí, todos los que están cansados, agobiados, afligidos, Yo les voy a aliviar”. Por eso, ¡ven Jesús, ven a mí, ven a sanarme, te espero…en ti confío!

Amén.

Gripe y fiebre

Esta es una enfermedad común, no grave, pero en vista de que es muy recurrente en muchas personas, se elevan también oraciones en nombre de Jesús para su curación, ya que si la persona se descuida, puede agravarse.

Oración

Jesucristo, Hijo amantísimo del Padre Eterno, te pido te lleves esa enfermedad, con todo su malestar, que aqueja tan seguido a [nombre de la persona].

Te suplico que se reponga total y definitivamente de este mal que no le permite levantarse de la cama y hacer su vida normal.

No me gusta verla postrada en ese lecho, sin ánimos de pararse, ni de comer, lo cual ha hecho que se debilite aún más, haciendo que el malestar general y la fiebre se agudicen.

Aleja, por favor, al maligno que la tiene acosada en su salud y le hace perder las ganas de recuperarse, por lo que con fervor te pido la auxilies para no tener que internarla en ningún hospital si sigue decayendo su salud.

Elevo esta súplica yo en lugar de mi sobrina, porque ella ha perdido la fe y la esperanza. Es por ello que deseo interceder por él ante ti y te prometo tan pronto haya sanado que trabajaré con ella afanosamente para que se acerque a ti nuevamente, vuelva a orar al Padre y sea hija tuya.

Sé que Tú no deseas ningún mal para los hijos de Dios, por lo que confío en su pronta sanación que obtendrá por tu santa intercesión ante Tu Padre Amado.

Es por ello que me atrevo a declarar a mi sobrina una persona totalmente sana, con la alegría de vivir y con el deseo de hacer lo que al Rey de Reyes le gusta en todo lo que emprenda de ahora en adelante como señal de agradecimiento por haberla curado de este mal.

En tus santas y venerables manos dejo la salud de [ nombre de la persona], porque solo en ti confío, porque sé que me escuchas.

Amén.

Revise de qué se trata la oración de agradecimiento por la salud

Orar con eficiencia

La misericordia de Dios es infinita y de ello hay numerosos testigos y hechos que lo avalan, así como los milagros que Él concede cuando se le pide ardorosamente por un favor.

Él siempre nos muestra un camino para que lleguemos a Él y le abramos el corazón. Él nos ha regalado el don de la oración que es una de las formas confiables y expeditas que tenemos para comunicarnos con Él.

A través de la oración le podemos transmitir nuestras alabanzas y plegarias y dirigirnos a Él con palabras agradables, dulces y sinceras para crear un contacto directo de reflexión con Él.

Cuando rezamos buscando la solución a algún problema, podemos optar por hacer una oración milagrosa que llega directo al corazón del Señor.

La oración es un arma poderosa mediante la cual podemos pedir a nuestro Señor Jesús por la sanación de un hermano, familiar, amigo, vecino o compañero enfermo.

Con esta oración ponemos en manos de Dios todas las esperanzas y fe de que nuestro hermano será sanado por la gracia de Jesucristo, quien hará un milagro como los miles que hizo en su peregrinar por la tierra cuando curó leprosos, revivió muertos, sanó enfermos y expulsó demonios del cuerpo de las personas enfermas.

¿Sirve de algo orar?

La oración es efectiva, si se hace con absoluta fe, convicción y certeza de que se cumplirá y al hacerlo, si somos lo suficientemente sensibles, podemos sentir como nuestro espíritu o consciencia superior se eleva en forma de vibración o energía hacia el Ser Supremo, quien lleno de amor, escucha nuestra oración.

Es por esta razón de que si hemos orado con fervorosa fe, nos sentiremos confiados y felices, pues hemos llegado al Omnipresente y eso nos hace “sentir” su mensaje. Para ello debemos aprender a percibir con detenimiento la vibración positiva que nos emana confianza, paz y tranquilidad espiritual porque hemos sido escuchado.

Para lograrlo, debemos ser humildes, perceptivos y atentos a los señales que sutilmente nos envía el Señor. De allí que es importante acallar el rebulicio mental y las distracciones externas que no nos dejan “sentir” lo que nos dice el Dios Padre.

En cuanto si orar sirve o no, algunos médicos, entre ellos el Dr. Larry Dossey, médico de la Universidad de Texas en Austin, quien se desempeñó como cirujano en la guerra de Vietnam, han descubierto que, combinando oración y medicina, se pueden alcanzar mejores resultados de recuperación y sanación de los enfermos.

Esto sucede porque al orar por un enfermo, invocando la energía del Espíritu Santo, se logra la movilización de las energías positivas que deshacen y destruyen las negativas liberando las partes u órganos afectados del mal. Todo ello por el flujo energético que emana de la oración, pues sabemos que todo el universo es básicamente energía y el Espíritu Santo es energía.

Algunos no creyentes hablan de que eso es sugestión, pero si lo fuera y funciona, ¿cuál es el problema? Se trata de la sugestión que proviene del Espíritu Santo.

Podemos resumir, entonces, que sí sirve orar, ya que nos hace pensar en positivo y nos relaja, con lo cual calmamos cualquier angustia que pudiéramos tener.