Para la Iglesia Católica un mártir, es aquel que sufrió y murió, siendo ejemplo del amor de Jesús. La muerte y el sufrimiento debe trascender las adversidades de la vida cotidiana. Descubre de primera mano y de forma sencilla todo sobre los niños mártires de Tlaxcala, canonización, quiénes son, cuántos son y mucho más, no dejes de leerlo
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Niños mártires de Tlaxcala, ¿Quiénes fueron?
Los niños mártires de Tlaxcala, se convirtieron en protomártires, es decir, los primeros mártires del continente americano. Se les considera, como los primeros laicos católicos del continente americano, en sufrir el martirio, defendiendo la fe católica, en territorio mexicano.
Los niños se llamaban Cristóbal, Antonio y Juan, después de la visita de los españoles a América, fueron los primeros evangelizados por frailes franciscanos y dominicos. La fecha exacta de su nacimiento no tiene un registro exacto, pero lo que, si se sabe, es que murieron entre 1527 y 1529.
San Cristóbal
Este niño nació en Atlihuetzia, y era el mayor de los hijos del cacique Acxotécatl, con su primera esposa Tlapaxilotzin. En compañía de sus tres hermanos: Bernardino, Luis y un tercero que hasta la fecha se desconoce su nombre, fue enviado con los frailes franciscanos, que recién había llegado a México para que evangelizaran a su pueblo.
Fue bautizado y educado por los frailes, que por cariño lo llamaban Cristobalito, y le fue encomendada la tarea de evangelizar a su papá, la esposa y los criados en creyentes practicantes del catolicismo. El padre de Cristobalito, le gustaba beber mucho el pulque, y constantemente vivía embriagado, razón por la que no aceptaba el ofrecimiento de su hijo, de convertirse a la religión católica.
El niño Cristóbal, en un llamado o arrebato de fe, le volcó la vasija donde su papá tenía la bebida, y destrozó todas las figuras de barro de los ídolos. El padre, ciego de la ira, le dio muchos golpes con su garrote, hasta causarle la muerte y luego lo quemó en una hoguera.
Es rescatado
Del fuego fue rescatado por su madre y un grupo de sirvientes, ya había transcurrido gran parte del día, y aún permanecía con vida, a lo que solicitó que su padre se acercara hasta su lecho de muerte. Ya agonizante, Cristobalito perdonó a su padre, convencido que tal acto le garantizaría una vida eterna.
Estando su padre al lado pronunció las siguientes palabras:
“Padre mío, no quiero que quede en tu pensamiento que estoy molesto contigo, o me moriré lleno de rencor. Yo te quiero perdonar, porque esto, me dará la gloria eterna”.
El olvido
Durante mucho tiempo, diremos que, por siglos, el niño Cristobalito fue venerado como una deidad fue durante siglos “venerado” como santo dentro de la comunidad de Atlihuetzia, del municipio de Yauhquemecan.
Pero lamentablemente su historia fue quedando en el olvido de sus pobladores. Hasta finalmente el obispo de Tlaxcala, Luis Munive y Escobar, encontró un cuadro que tenía escrito: “Venerable Cristóbal”, y esto le hizo poner manos a la obra, en la recopilación de toda la información de este tema.
El resultado de esa investigación y acopio de información es lo que se conoce en la actualidad, como: “Historia de los niños mártires”. La ejemplar vida de Cristobalito, hoy es muy divulgada en la comunidad y en todo México.
Niños mártires de Tlaxcala: Antonio y Juan
Antonio era nieto de Xicoténcatl, por tanto, sería al crecer, señor de Tizatlán, su nacimiento puede ubicarse entre 1516 a 1517 y fue torturado hasta morir en el año 1529, por cosas de la vida, a la misma edad que Cristóbal entre los doce a trece años. Y Juan era un servidor de Antonio
Según cuenta la historia, habiendo pasado dos largos años, después de la muerte de Cristobalito, como cariñosamente le decían al niño Cristóbal. Llegó a Tlaxcala, un fraile de la orden dominica llamado fray Bernardino Minaya, acompañado por otro fray, ellos se dirigían a la población de Huaxyacac.
Los frailes
Los frailes dominicos, le pidieron a Fray Martín de Valencia que les mandaran a algunos niños para los ayudaran en las labores de catequesis y sirvieran de intérpretes. Fray Martín, por el miedo a la seguridad de los muchachos que fueran en su compañía, se negó a tal pedimento.
A pesar de ello, Antonio y Juan se ofrecieron para acompañarlos, y después de tanto insistir, lograron el permiso de Fray Martín. Pero fueron advertidos, que tenían que ser muy cuidadosos, ya que correrían muchos peligros. Ya que no sería una tarea fácil evangelizar a un pueblo, que idolatraba a otros dioses.
Destrozo de imágenes
Al llegar a un caserío muy próximo, Antonio se dispuso a recoger las imágenes de ídolos, que los indígenas tenían dentro de sus casas. Mientras, afuera de las viviendas, Juan se encargaba de destruirlas con un palo. Cuando los hombres del pueblo se dieron cuenta de lo que estaban haciendo Antonio y Juan, corrieron hacia ellos y golpearon fuertemente a Juan, por ser el que se encontraba afuera.
Al oír Antonio, todo el tropel fuera de la vivienda salió, y se encontró con esa horrible escena, pero sacó valor y los enfrentó diciéndoles: ¿por qué han asesinado a mi amigo, si he sido yo, quien dio la orden?, esas palabras no les importaron mucho, y también le dieron muerte a Antonio.
Luego, agarraron ambos cuerpos y los echaron por un peñasco cercano. Cuando rescataron los cuerpos, los enterraron en una capilla donde se celebraba misa en Tepeaca.
Niños mártires de Tlaxcala: Beatificación
El obispo de Tlaxcala, Mons. Luis Munive y Escobar en 1982 introdujo la causa para la beatificación de los niños mártires de Tlaxcala. Y fueron beatificados el 6 de mayo por el Papa Juan Pablo II, en una visita a México en 1990, la ceremonia se llevó a cabo, en la Basílica de Guadalupe.
La Conferencia Episcopal Mexicana, en noviembre de 2015 los declaró como los Patronos de la Niñez de México. En mayo del 2016, el carácter de Patronos fue confirmado por la Congregación para el culto Divino y Disciplina de los Sacramentos.
Canonización
La Canonización de los niños mártires de Tlaxcala, fue aprobada mediante decreto papal, por el Papa Francisco, a los niños indígenas mexicanos Cristóbal, Antonio y Juan, quienes fueron asesinados en 1527, el primero y los otros dos en 1529, por profesar la fe cristiana.
El cardenal Ángelo Amato, quien es el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, dijo en la misa del 15 de octubre de 2017, en la Plaza San Pedro, que ellos no requerían demostrar ningún milagro. Porque el simple hecho, de haber sido muertos en nombre de Jesús, era más que suficiente para un caso de martirio.
Fase romana
Esta fase duró aproximadamente catorce meses de intenso trabajo, ya que debía remitirse al postulador, las pruebas e informaciones recogidas en México, tales como: la historicidad del martirio de Cristóbal, Antonio y Juan; la devoción que le tiene el pueblo de Dios hacia los niños; la iconografía; los testimonios de los favores pedidos a Dios por su intercesión y los testimonios de los miles de favores concedidos.
El 21 de marzo, en su sesión ordinaria, todos los cardenales y obispos, que conforman la Congregación para las Causas de los Santos, hicieron una valoración a la Positio super canonizatione de los Niños Mártires, y su valoración fue positiva. Dándole luego la debida comunicación al Papa Francisco, quien de inmediato ratificó la decisión y da la autorización para la Canonización.
Junto a los niños mártires de Tlaxcala, se Canonizaron a otros 32 santos, y en su homilía, el Papa Francisco, expresó que era necesario que viviéramos la santidad a diario, ya que, si no se hace esto, permaneceremos en el mismo lugar.
Repican las campanas
Cuando se estaba haciendo la declaración como santos, las campanas de la Iglesia del estado de Tlaxcala, repicaron. E igual acción fue replicada en el Convento de la Caridad en Huamantla, la Basílica de la Misericordia en Apizaco, en la Parroquia de Santa Ana en Chiahutempan, y en Atlihuetzia.
Oración
Santísima Trinidad, venero profundamente tu generosidad e infinita majestad, por las firmezas que otorgaste a los niños Cristóbal, Antonio y Juan, quienes, al iniciarse la evangelización de México, y a pesar de sus cortas edades, colmados de inmenso de amor por llevar la palabra de tu reino y sin detenerse a pensar en el miedo a los sufrimientos.
Con su verbo y su martirio, nos heredaron ejemplo, de una inquebrantable y sincera fe. Por la preferencia que tuviste a estos niños, confiere la gracia especial que, por su intercesión te pido (haz tu petición). Y su pronta canonización, si es para mayor gloria tuya.
Al finalizar la oración de petición, los creyentes deben rezar el Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
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