El trabajo diario que se presta a una empresa es el que permite generar los ingresos requeridos para sostener un hogar. De allí que se deba ejecutarlo lo mejor posible. No obstante, se requiere también protegerlo espiritualmente. Revisaremos en este post de que se trata la protección del trabajo, qué cualidades y capacidades necesarias hay que tener, como pedir la protección divina para conservarlo, como es visto el trabajo en la Biblia y un ejemplo de oración de protección para el trabajo.
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¿Cómo pedir la protección divina para conservar el trabajo?
La convulsionada realidad de la sociedad moderna hace que sea toda una odisea mantener un empleo, en virtud de la quiebra de muchas empresas, de ambientes hostiles debido a críticas, envidias, discordia, celos y rivalidades. Esto ha generado que surja la mala intención con el fin de lograr un puesto, desprestigiando a otra persona.
Esto ha llevado a que las personas pueden estar en peligro de perder su empleo cuando ya no se tiene integridad, responsabilidad y ética profesional en su ejercicio laboral diario. No obstante, mediante las oraciones se puede acudir a la divina providencia para buscar guía, sabiduría e impulso y así poder acometer cualquier emprendimiento, proyecto o tarea en el trabajo.
Al dirigirse al Santo Padre en oración con la petición se puede lograr la debida orientación a seguir si se está atento al mensaje que Él envía. Todos sabemos que Dios es persona íntegra, honesta y misericordiosa con todos sus hijos y espera lo mismo de ellos.
Como sabemos a nivel de la iglesia se han elevado varias oraciones de protección para el trabajo para solventar cualquier situación adversa que se pueda presentar. Pero para hacer esa oración se debe:
- Agradecer por el inicio de la jornada de trabajo.
- Hacerla con el pleno convencimiento de que Dios está escuchando todas y cada una de las palabras que se le dicen.
- Contar que Dios tiene el control de cualquier adversidad o situación controversial desde el mismo momento en que se pronuncia la palabra Amén.
- Activar y fortalecer la fe.
- Ser humilde en la forma de pedir.
- Pedir, no solo por el trabajo propio, sino también por el bienestar del país entero.
- Humillar el orgullo propio a la Palabra de Dios.
- Confiar que Él sana.
- Orar por los compañeros de trabajo, lo que nos lleva a cumplir el precepto de Dios de orar los unos por los otros.
- No permitir que el maligno robe el momento sagrado de conversación con Dios.
- Contar con la bendición del Señor.
Por otra parte, es aconsejable y saludable para el espíritu que, al salir de la jornada laboral, hacer una oración para bendecir el trabajo realizado en el día.
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Al respecto la Biblia señala “Pon en manos del Señor todas tus obras y tus proyectos se cumplirán”. Esto lo encontramos en Proverbios 16:3, lo cual nos da la certeza de que si le pide a Dios su bendición por lo hecho, el cumplirá y bendecirá.
No hay que enfrascarse en el momento difícil que se haya tenido durante el día, eso hay que dejarlo ir, dejarlo en el pasado y así se verá como todo comenzará a fluir y marchar bien, pues la mano de Dios obra a nuestro favor.
A todos nos ha pasado que en ocasiones la jornada laboral se puede tornar turbia, molesta y, a veces, hasta violenta. Lo bueno en que hay que pensar es que siempre tenemos a Dios y clamar su auxilio. Eso se puede hacer a través de la oración de protección en el trabajo.
Surgen circunstancias en las que se puede correr el riesgo de ser despedido, o tal vez en las que hay que enfrentar situaciones tensas con los compañeros de trabajo por chismes, malos entendidos o malas intenciones e incluso en las que se pueda sufrir un accidente laboral.
Todo ello lo podemos contrarrestar al orar por la protección del trabajo. De esta manera le estamos permitiendo al Santo Padre que cubra con su manto protector y divino la vida laboral y que elimine cualquier peligro que se pueda presentar por el ataque de Satanás.
De modo que al solicitar la intercesión de Dios con esta plegaria, es posible que todo aquel que busque ocasionar daño en el empleo, tropezará y caerá, como dice el Salmo 27:2.
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¿Cómo se considera en la Biblia?
La Biblia describe el trabajo en el libro de Génesis, ya que desde ese mismo inicio se habla de que Dios es el primer trabajador. Tuvo a su cargo todo el proceso de la creación del mundo (Génesis 1:1-15). Si se quiere, se puede decir que fue el primer obrero en el planeta tierra, pues se dedicó durante seis días a su labor de crear la tierra y el universo y solo descansó el séptimo día. Después de ello sigue trabajando por cada uno de nosotros.
Al respecto podemos señalar que, en virtud de que Dios es bueno por naturaleza, el trabajo también lo es naturalmente y eso lo hayamos expresado en el Salmo 25: 8 y en Efesios 4:28. Por otra parte, también encontramos que Génesis 1:31 dice que Dios señaló que el fruto de su trabajo era “bueno” cuando Dios lo vio terminado, pues sabía que lo que había creado fue hecho con amor y cuidado.
Ello implica que todo trabajo que se realiza debe ser bien hecho, deber ser útil y de beneficio para el que lo hace y para el que lo recibe. Y ello trae como consecuencia la recompensa por el trabajo hecho, lo cual es el honor y la satisfacción por el deber cumplido.
También la Biblia expresa en el Salmo 19 que gracias a su trabajo Dios se reveló ante el mundo, mostrando a través de él sus motivaciones, habilidad, carácter y personalidad.
Así también se puede encontrar en las Santas Escrituras el trabajo de Jesucristo expresado por los distintos apóstoles que dieron cuenta de la labor que Él hizo en la tierra. Así lo podemos leer en Mateo 7: 15-20 que nos habla que los árboles malos sólo dan frutos defectuosos e inútiles, mientras que los árboles buenos dan buenos frutos, diciéndonos con ello que el ser humano como hijo de Dios se debe esforzar por hacer un buen trabajo.
No obstante, se puede agregar, para complementar, lo que se dice en 1ª Corintios 10:31 sobre el trabajo que todo lo que se haga se debe hacer para la Gloria de Dios. Allí es de resaltar que cuando se habla de glorificar se refiere a “dar una representación precisa.” Con lo cual se debe resaltar que todo trabajo que hagan los cristianos, se debe hacer para representar a Dios y dar una imagen de su justicia y excelencia.
Como sabemos Dios creó al ser humano a su imagen y semejanza, tal como se señala en Génesis 1:26-31 y, al ser semejante a Dios, el hombre debe trabajar como lo hizo Él para lograr sus objetivos y para la gloria divina.
Este mandato dado por Dios con respecto al trabajo aplica a todas las vocaciones. Es por ello que una profesión debe ser vista como un ministerio ante Dios. Así lo evidenciamos en el siglo XV durante la reforma a través de sus líderes que se avocaron a realizar su trabajo como obra de Dios
De allí que un puesto de trabajo se dice debe ser visto como un ministerio o como una misión ante Dios y el lugar de trabajo como el campo en el cual se debe cumplir dicha misión.
Es por ello que cuando Dios hizo el edén y colocó a Adán en él, era para que lo cultivara, lo mantuviera y pudiera sustentarse de él. Eso lo describe en Génesis 2:8, 15. A través de ello Dios enseñó al hombre que debía cultivar, mejorar y hacer crecer el jardín del Edén, a través de su trabajo, que era productivo y que se hacía con placer.
Sin embargo, debido al pecado cometido por Adán y Eva, como se relata en Génesis 3, ello enfureció a Dios e hizo que se cambiara la naturaleza del trabajo. Es así como éste se tornó difícil y ahora se le asocia con agotamiento, lucha, dificultad, problemas, retos y, además, el hombre lo debe realizar con “el sudor de su frente”, sin garantizar resultados positivos.
Encontramos también referencia al trabajo, como llevarlo a cabo y como encomendarlo al Señor en los siguientes principios bíblicos, que tienen un carácter más crítico, en:
• Éxodo 23:10-11, en Deuteronomio 15:7-11 y en Efesios 4:28, en los que podemos leer que el trabajo se hace para beneficiar al trabajador, pero también para el beneficio de otros.
• Salmo 104:1-35; 127:1-5, en Eclesiastés 3:12-13; 5:18-20 y en Proverbios 14:23, en donde se nos dice que el trabajo es un don de Dios para el pueblo, por lo tanto será bendecido por ello.
• Éxodo 31:2-11, versículo que nos revela que Dios equipa a su pueblo para que haga su trabajo según sus preceptos.
En la actualidad se hacen muchos análisis en cuanto a las obligaciones y responsabilidades sociales que se deben tener para con las personas desempleadas, pero al respecto se señala que las Sagradas Escrituras hacen referencia a oficios que siempre se pueden ejercer, que siempre hay una actividad por hacer y que esto es lo que se practicaba en un sistema de trabajo definido en Levítico 19:10; 23:22.
Así también las Escrituras Santas son duras y contundentes al condenar la pereza, lo cual se lee expresamente en Proverbios 18:9. Igualmente, Pablo señaló sus apreciaciones sobre la ética del trabajo que debe tener todo cristiano cuando expresó: “porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo”. Esto lo encontramos en 1ª Timoteo 5:8.
A pesar de que el pecado de nuestros padres bíblicos pervirtió el plan de trabajo que tenía preparado Dios para el hombre, los estudiosos de los temas bíblicos aseveran que Dios restaurará el trabajo sin cargas y sin penas del que fuimos desterrados por el pecado, tal como se señala en Isaías 65:17-25 y en Apocalipsis 15:1-4; 22:1-11.
Ejemplo de oración de protección para el trabajo
Seguidamente se presentan algunas líneas a manera de ejemplo a seguir para hacer una oración de protección del trabajo, que tal vez puedan ayudar al lector a hacer la propia, recordando que la misma debe salir del corazón:
Señor Padre, en este momento recurro a tí para presentarte mis ruegos.
Pero en primer lugar quiero pedirte perdón por mis culpas, faltas y ofensas, que pudieran haberte dolido.
Perdóname por mi debilidad, pero sé que con tu ayuda y consuelo lograré acercarme a tí y conseguir tu perdón.
También quiero agradecerte porque has sido muy generoso conmigo en cada una de las peticiones que te he hecho en el pasado.
En este momento acudo a tí para pedir tu protección para mi trabajo y para el lugar en el que lo realizo.
Pido, Señor, que por favor allí siempre reine la armonía, que fluya la energía positiva, que no exista desunión.
Permite, Dios Bendito, que se aleje toda envidia y malas vibraciones del maligno.
Haz que por la gracia de la preciosísima Sangre de tu Adorado Hijo, que haya prosperidad.
Tú conoces, Padre mío, la difícil situación económica que estamos atravesando por lo que es imprescindible para mí contar con este trabajo y el ingreso que me genera.
Requiero de tí, Padre Santo, que protejas mi trabajo, pues de esta manera podré seguir dando a mi familia el bienestar y seguridad que merecen.
Te pido, también, que ilumines a mi jefe, a mis compañeros de trabajo, a los clientes y a todo el entorno laboral, los bendigas a todos, Señor.
Dame, Dios Santo, la fuerza y energía que necesito para hacer mi trabajo cada día mejor.
Llena siempre de creatividad mi mente para aportar buenas ideas a mi trabajo.
También agradezco tu divina intercesión para poder comprender sin perjuicios todos los planteamientos distintos a mi proceder que me hagan.
Sé, mi Señor, que puedo confiar en tí porque creo en tu palabra.
Gracias, Padre Milagroso, porque al proteger mi trabajo me estás dando la tranquilidad y seguridad para mi futuro y el de toda mi familia.
Haz que yo pueda ser la palabra de aliento para mis compañeros de trabajo y que ellos te puedan también alabar y agradecer por tus bendiciones.
Sé que Tú, Padre Santo, nos inspirarás y guiarás para realizar un buen trabajo en equipo con la armonía y solidaridad necesarias para lograr los frutos deseados.
Con ello podemos cumplir con los objetivos de la empresa, pero primordialmente con nuestra misión de llevar el sustento a cada uno de nuestros hogares.
Te pido, finalmente, Padre Santo, me ayudes en mi relación con los clientes. Permite que puedan estar satisfechos del trabajo que les brindo y que ello sea de provecho para ellos, para la empresa y para mí como trabajador.
Todo ello al final redundará en un mejor país que progresa con el trabajo efectivo y provechoso de todos, siempre gracias a tu intercesión divina.
Amén.
Protección para el trabajo
En el ámbito laboral se suceden a diario muchas situaciones difíciles de enfrentar y que en determinadas ocasiones pueden poner en riesgo la estabilidad laboral, lo cual pudiera conllevar a la pérdida del empleo.
Así es común encontrarse con problemas sobre no saber como cumplir debidamente con las funciones asignadas, diferencias con los compañeros por rencillas y celos laborales, con el jefe por no ser de su confianza o por no satisfacer sus expectativas, falta de entrenamiento, problemas para cumplir con el horario, etc.
Todo ello genera estrés y angustia pues alguno de esos motivos podría ocasionar la pérdida del trabajo. Y de resultar despedido no solo se afecta esa persona, sino también los familiares que depende de ese ingreso.
Surge allí la necesidad de abogar a Dios y al Espíritu Santo y pedir su orientación sobre la mejor forma de llevar a cabo el trabajo diario. La oración de protección para el trabajo es una poderosa herramienta de la que se dispone para que Dios interceda para no perder el empleo.
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Sin embargo, ello requiere de mucha fe y aferrarse a la Palabra para buscar la guía y protección que se solicita. Además, en esa petición es importante pedir el auxilio divino para fortalecernos tanto personal como profesionalmente, puesto que la competencia laboral es muy dura, ya que hay muchos en la búsqueda de un trabajo y si no se ejerce debidamente, pueden prescindir del servicio de uno para contratar a otro.
Veamos primeramente como cumplir con el trabajo diario de una manera armoniosa, que no signifique un sacrificio demasiado grande y que no amerite dedicar más del tiempo justo.
Cualidades y capacidades para un empleo
Como señalamos, el mundo laboral es duro y las relaciones que se entablan son de muy variada índole; algunas son beneficiosas, otras intrascendentes, pero hay algunas tóxicas y peligrosas, por lo que requiere de las personas fortalecer sus competencias profesionales, pero también humanas y espirituales para sobrellevar el día a día. Se debe, entonces:
- Tener conocimiento de la cultura empresarial. Aquí se incluye todo lo que tiene que ver con la forma de funcionar la empresa en la que se trabaja, su filosofía, sus políticas, su misión, visión y valores. Este conocimiento facilitará el cabal y oportuno cumplimiento de las tareas asignadas orientado hacia las metas empresariales.
Además, ello evitará que se trabaje en balde y que no se reconozca el esfuerzo que se realiza. Hay que adaptarse y seguir los lineamientos, pero siempre dentro de lo legal.
- Ser proactivo. Estar siempre disponible y presto para ejecutar alguna tarea extra o auxiliar a un compañero y lograr así cumplir los objetivos.
- Superar las expectativas. Dar el rendimiento extra que permita culminar satisfactoriamente las actividades, pero con un adicional provechoso para la empresa. Además, no está demás hacerse imprescindible en algunas de las funciones, ya que así sé es irreemplazable.
- Anticiparse a todo. Esto puede abarcar desde hacer lo posible por prevenir cualquier inconveniente hasta procurar conocer todos los detalles que permitan facilitar el trabajo solicitado por el jefe o el equipo en que se trabaja. Ello redundará en beneficios de valoración ante los supervisores.
- Reunirse con gente positiva. Evitar a los compañeros tóxicos, para no dejarse llevar por sus palabras y acciones y contaminarse de esas actitudes negativas.
- Trabajar en equipo. Este aspecto es de mucha valoración en el entorno empresarial, en el que, por lo general, se busca la integración, la unión de esfuerzos y concreción de los proyectos de manera colectiva, efectiva y oportuna.
- Capacitarse constantemente. Buscar y aprovechar los recursos de formación de la compañía o los de autoformación a través de los cursos que se ofrecen online.
- Ser flexible. Si se requiere concluir una actividad fuera del horario regular, es importante estar disponible, en la medida de lo posible, y lograr así el cumplimiento del objetivo empresarial.
No obstante, esta flexibilidad debe tener un equilibrio sobre cuando estar disponible para una urgencia laboral y cuando no, de manera que ello no se convierta en una costumbre. La clave es tener flexibilidad y adaptación, según el trabajo que se realiza. Además, hay que recordar que actualmente muchos asuntos se pueden atender desde casa, poniendo ciertas reglas para no entorpecer la vida hogareña.
- Representar a la compañía. Aun cuando no se trabaje en ventas, es importante que como trabajador de la empresa, se debe ser la imagen que la representa en cualquier ocasión, hablando bien de ella y contribuir con su posicionamiento en el mundo de los negocios en el que se desenvuelve.
- Buscar la excelencia. Esforzarse por revisar bien el trabajo hecho, verificar que no haya errores, brindar lo mejor y entregar un trabajo de calidad, tratando de lograr un equilibrio entre ésta y la rapidez.