La mejor forma de responder la interrogante de cómo orar en el espíritu es haciéndolo en todo momento, con la fe e intensión de conectarse con todo el corazón, principalmente en el trabajo de súplica y arrepentimiento de los pecados cometidos. Este proceso es un encuentro jovial con nuestro Padre Celestial.
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¿Cómo orar en el espíritu?
El Espíritu Santo es considerado la fuente principal de nuestra alma. Puesto, cada acción y desarrollo que se tiene en relación al ámbito de la vida espiritual se desenvuelve con firmeza y gracias a su misericordia con nosotros.
Es el Espíritu Santo la energía que se presenta en nuestras oraciones. Puesto, Él es el que permite que las oraciones lleguen a Dios. A su vez permite que se llegue a lograr hacer una verdadera conversación de hijo con padre.
A través de la intervención del Espíritu Santo, con y en él, cada oración que efectuemos llega a relacionarse directamente con la oración hacia nuestro Salvador y Padre Celestial. Puesto somos seres injertados en él.
Por otro lado, este proceso permite que estemos unidos íntimamente a nuestro Salvador Jesucristo. Puesto se nos permite gracias al desarrollo de esta conexión el préstamo de los ciertos sentidos en relación a las facultades para las que sirven los elementos del espíritu como nuestro instrumento de alabanza hacia nuestro Padre Celestial.
De esta forma es que nuestras oraciones adquieren importancia con respecto a los procesos inexplicables que se incrustan en el corazón de nuestro Padre Celestial. A través de un verdadero sacrificio que ofrece adoración, agradecimiento y admiración hacia nuestro Señor.
Es por ello, que la oración al espíritu es una especie de respiro y alegría del alma y a su vez el aliento del corazón. Por esta razón es que se logra desarrollar con el Espíritu Santo una mejor vida.(Ver Articulo: El poder de la oración)
Orar en la carne
El significado de orar en el Espíritu tiene como contraste el orar en la carne. Puesto, la oración relacionada a el poder de la carne, se basa en la capacidad que posee el humano para efectuar la oración.
Cuando se nos hace complejo orar, sin saber que decir e intentar obligar efectuar correctamente la oración, esto se debe a que no contamos con el Espíritu Santo en nuestro interior para realizar una oración correcta que lleve a nuestras almas y corazones al camino de Dios.
Cuando se ora en la carne la confianza en las capacidades y esfuerzos humanos son mayores en relación a la forma en la que se logra superar cada dificultad que se presenta en nuestras vidas.(Ver artículo: Oración para triunfar en el trabajo )
Sin embargo este proceso no es correcto, puesto usualmente cuando ocurre se busca colocar muchas palabras en las oraciones, sin realmente darle un sentido verdadero a lo que se le está comunicando a Dios. Es por esta razón que nuestro Salvador Jesucristo nos indica que no seremos escuchados de la misma forma que cuando lo hacemos con palabras reales, llenas de fe y amor por Dios.
Cuando se batalla justo posterior a un corto tiempo orando no nos encontramos centrados en el lapso de tiempo en el que oramos. Y es por ello que se necesita entender que el éxito de la oración realmente no depende del lapso de tiempo en el que se esté orando.
En muchas ocasiones se trata de superar la oración moribunda utilizando enfoques relacionados en que tan bien se puede orar, es por ello que muchos confían plenamente en oraciones ya realizadas que tratan temas doctrinalmente correctos pero realmente no cuentan con emoción alguna hacia nuestro Señor por parte de nosotros.
Este tipo de intentos son aquellos elementos que superan las dificultades de la oración en relación al poder de la carne. Puesto este tipo de trabajos tienen como elemento real imitar la vivacidad que posee el Espíritu en cada oración.
Se tiene que tener en cuenta que el Espíritu posee la esencia de vida y a su vez también de verdad. Es por ello, que su trabajo primordial es que todo lo que hace desarrolle vida y vitalidad. Además de ello, es importante mencionar que se debe tener en cuenta la diferencia entre vida y vivacidad producida por el Espíritu.
Por esta razón, es importante mantener una oración lejos de lo artificial e imitación brillante con grados de pomposidad. Puesto son producciones que ejercen las personas, sin una verdadera entrega hacia nuestro Señor. Con todos estos elementos, debemos entender que orar en la carne es una falsificación de orar con el Espíritu.
La diferencia elemental de la oración relacionada al poder de la carne y la oración hecha en relación al espíritu se centra en la forma en como es movida y dirigida hacia nuestro Padre Celestial.
Cuando se ora en el Espíritu se experimentan situaciones relacionadas a la conexión que se tiene en cuerpo y alma con él. Además de ello el Espíritu da vida y a su vez trae vida en el momento de orar.(Lee también sobre el artículo oración de intercesión de alto nivel para pedir la misericordia de Dios)
Poder de la oración
Cuando se ora en el Espíritu este nos da la virtud de poder, puesto nos otorga una conexión con nuestro Padre Celestial. Además de ello nos otorga una muy buena calidad de vida que se describe con una muy buena calidez y libertad que nos permite tener un sentido de intercambio.
Es gracias a esta oración, que pasamos por un proceso de comunicación con Dios que nos otorga por completo la presencia de nuestro Señor y las mejores formas y más auténticas de hablar con él a través de la verdad y el amor.
Por otro lado, esto permite que se ilumine nuestra mente y corazones, lo que también nos otorga libertad. Es por ello que existe un gran contraste entre orar en la carne y orar en Espíritu.
Además de ello, es importante saber que existen grados de experiencia en relación a la oración en Espíritu. Cada vez que se realiza con más frecuencia se siente un avivamiento espiritual mucho mayor. Por otro lado, existen variedades de experiencias que se unifican con el proceso para llegar a este avivamiento.
Sin embargo, existen ocasiones en las que cuando se ora en Espíritu no se siente una energía electrizante que aviva el espíritu. Más bien es considerado una sensación de gemidos. (No dejes de leer el artículo de oración de intercesión de alto nivel)
Es importante mencionar que el Espíritu es el principal colaborador para luchar contra nuestras debilidades y además intercede por nosotros ante la voluntad y deseos de nuestro Señor. Cuando se ora en el Espíritu se experimentan sensaciones que se trasladan hacia Dios a través de la oración por el Espíritu.
Orar en el espíritu cuenta con tres aspectos, que son administrar nuestras incapacidades en el nombre del Señor. Luego se necesita disfrutar de la creación de una comunicación real y viva con nuestro Padre Celestial. Además de ello se necesita pedir por las promesas de Dios con un gran nivel de seguridad y audacia.
Admitir nuestra incapacidad para orar
El primer paso es confesar nuestros pecados. Es necesario que admitamos nuestras incapacidades para orar y a su vez la forma en cómo debemos orar. A su vez, es necesario enfrentarnos a la tendencia de no orar por nuestra cuenta, es decir, de esta forma debemos hacerlo con el corazón.
Es muy importante reconocer que la oración desarrolla una actividad espiritual. Esto a su vez permite que se admita que el poder de la carne realmente no nos beneficia en nuestras vidas y en la conexión con Dios.
Cuando no se efectúa correctamente la oración se siente sequedad y a la vez existen dificultades en la vida. Por esta razón es que se inicia la lentitud espiritual que no debería incrustarse en nuestras vidas como personas creyentes de nuestro Señor.
Es por ello que debemos iniciar con pasos positivos para nuestro ser. Pues debemos realizar actos relacionados a la entrega de nuestras almas y cuerpos al Espíritu. Cuando se inicia con la confesión se llega en muchas ocasiones con la conexión correcta al orar para Dios.
Disfrutar la comunión viva con Dios
Debes estar completamente consiente de qué es la comunión, por lo tanto también saber que es dar y recibir, como un medio de expresión. Además de ello, esto permite que tengamos el Espíritu Santo en nuestro interior.
Todos estos elementos, son grandes colaboradores de la conexión que establecemos con nuestro Señor. Puesto que conversar con nuestro Padre Celestial es mucho fácil con estos atributos.
Por otro lado, orar nos permite estar a nivel espiritual en el trono celestial. Puesto cualquier lugar en donde te dispongas a orar tiene el poder de transformarse en los aposentos de nuestro Señor, con la fe.
Además de ello, entre las diferencias que existe entre el orar en la carne y orar en el Espíritu, es que cuando se ora de la última forma indicada, las palabras salen de manera espontánea, puesto verdaderamente nos conectamos con nuestro Señor.
Esto se debe a que el Espíritu crea la conciencia de que existe la presencia de Dios en nuestras vidas. Es por ello que la sola experiencia relacionada a la presencia de nuestro Padre Celestial es de mucha más importancia que cualquier petición que se desee hacer.
Por otro lado, es importante saber, que el Espíritu no será el único que nos llevará a descansar bajo el trono de nuestro Señor. Además de ello se efectuara una audacia de santidad que permita que se clame correctamente las promesas de nuestro Padre Celestial.
Suplicar con audacia santa
El trabajo del Espíritu, se relaciona directamente a que nos inclinemos ante Dios a suplicar como sus humildes hijos. Es importante mencionar que no nos debemos inclinar ante un Dios que desconozcamos. Por esta razón, es que debemos tener un sentido real de intimidad y admiración.
Además de ello, el Espíritu nos infunde una vida audaz a través de nuestras oraciones. Por otro lado, nos permite contar con la promesa de nuestro Señor que tiene hacia nosotros, sus hijos. La importancia de la misma, es que se relaciona a una audacia humilde y santa, que no cuenta con ningún sentido de demanda presuntuosa.
Es positivo que no se reclame ni se exija a la hora de efectuar una petición, estas deben salir de tu corazón, con mucha fe y amor por Dios. De esta forma Dios nos entenderá. Además de ello, debemos entender que no tenemos derecho a exigirle nada a nuestro Padre Celestial. Esto se señala, porque existen cristianos que tienden a hacerlo.
Es necesario que oremos con suplica y a su vez debemos utilizar nuestros argumentos y promesas reales, sin ningún tipo de exigencia ni reclamos. Se debe entender que nuestro Señor es soberano y es por ello que su existir va más allá de nuestro entendimiento.
Oración
Oh mi querido Salvador Jesucristo. Tu que estas realmente en el cielo justo en el Santísimo Sacramento del Altar.
Te amo sobre todas las cosas y deseo con todo mi corazón que mi vida se concentre en recibirte dentro de mi alma, para desarrollar de esta forma mi vida junto a ti.
Oh mi querido Jesucristo te pido que bajo el sacramento de nuestro Señor el Espíritu Santo se aloje en el interior de mi corazón. De esta forma, deseo que al recibirte, te abrace y seamos uno solo.
Eres gloria y gracia mi Señor, por ello te pido que no permitas que mi vida sea apartada de ti, por obra de los malvados planes de Satanás y sus entes demoníacos, que se ocupan de dañar la vida de aquellos creyentes que se encuentran débiles e incapaces de abrir su corazón a tu divinidad. Amén.